Biden y Lula exigen a Maduro transparencia electoral ante crisis en Venezuela

Biden y Lula exigen a Maduro transparencia electoral ante crisis en Venezuela

Los presidentes Brasil y el de EE UU han compartido en una llamada telefónica sus dudas sobre los resultados electorales difundidos por el chavismo

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 31.07.2024

Joe Biden y Luiz Inácio Lula da Silva, presidentes de Estados Unidos y Brasil respectivamente, han unido fuerzas en un llamamiento conjunto dirigido a Nicolás Maduro, instándole a que haga públicas las actas de todas las mesas electorales de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela. Este pronunciamiento se produce tras un intercambio de 30 minutos entre ambos líderes, en el que expresaron su preocupación por la situación política en Venezuela, considerada crítica para la democracia en el continente americano.


Las elecciones venezolanas han estado marcadas por graves sospechas de fraude y una alarmante falta de transparencia. Maduro fue proclamado reelecto con un 51,2% de los votos frente al 44,2% de su rival, Edmundo González Urrutia, aunque las autoridades electorales no han facilitado las actas que respalden estos resultados, lo que ha generado un clima de desconfianza tanto a nivel nacional como internacional. Biden y Lula coinciden en que la divulgación de información precisa y detallada es fundamental para la legitimidad del proceso electoral.


La situación en el terreno es igualmente preocupante, con ambos bandos —oposición y gobierno— movilizándose en las calles. La represión ha dado lugar a disturbios que ya han causado varias muertes y detenciones, incluyendo a figuras destacadas de la oposición. Las tensiones siguen escalando, lo que hace que el llamado a la transparencia electoral por parte de los líderes de EE. UU. y Brasil adquiera una relevancia aún mayor.


En el contexto de esta crisis, la administración estadounidense ha manifestado su escepticismo respecto a los resultados electorales, sugiriendo que, dependiendo de la información que se reciba, se podrían implementar nuevas sanciones a funcionarios venezolanos implicados en el proceso electoral. Estas sanciones podrían incluir restricciones de viaje a EE. UU., como han indicado fuentes cercanas a la Casa Blanca.


Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, ha enfatizado que el mundo está observando la situación en Venezuela y ha calificado como inaceptable la violencia política ejercida contra los opositores. En este sentido, Biden y Lula han subrayado la necesidad de que la comunidad internacional apoye a los venezolanos en su lucha por restaurar la democracia.


Brasil, en particular, ha mantenido una postura especial en esta crisis, ya que históricamente ha tenido relaciones más cercanas con el régimen venezolano, a diferencia de EE. UU. Lula, que ha buscado romper el aislamiento diplomático de Maduro, ha sido más cauteloso en sus declaraciones, priorizando el diálogo. Sin embargo, la cancillería brasileña ha resaltado que la victoria de Maduro solo será legítima si se publican las actas electorales, reflejando una postura de respaldo a la oposición sin romper completamente con el líder venezolano.


El ex canciller Celso Amorim, enviado especial de Lula, ha estado monitorizando la situación, reuniéndose con ambos candidatos tras la jornada electoral. Sin embargo, no se ha dado a conocer información sobre el contenido de esos encuentros, lo que contribuye a la opacidad del proceso. La falta de claridad y el silencio de Lula sobre los resultados han generado tensiones tanto a nivel interno como en su relación con otros líderes regionales.


Mientras varios países, incluidos Argentina y Chile, han criticado abiertamente los resultados, Brasil se posiciona como un observador más neutral que busca mantener canales de comunicación abiertos. La reciente decisión del gobierno venezolano de expulsar a embajadores de varios países, en respuesta a la presión internacional por la falta de transparencia, ha incrementado la tensión diplomática en la región.


Lula, quien ha sido menos crítico hacia Maduro que otros líderes latinoamericanos, se encuentra en una encrucijada. Su Partido de los Trabajadores ha reconocido la victoria de Maduro, lo que ha llevado a Lula a lidiar con presiones internas y externas respecto a su postura sobre el régimen venezolano. Mientras tanto, el veterano líder brasileño ha mantenido que los resultados deben ser discutidos en el marco de la justicia venezolana, a pesar de que muchos critican que ésta está controlada por el chavismo.


Con la creciente presión internacional y la inestabilidad en las calles, el futuro político de Venezuela sigue siendo incierto. Lo que está claro es que la comunidad internacional, liderada por figuras como Biden y Lula, está decidida a mantener un enfoque proactivo en la defensa de los principios democráticos en la región. Las próximas semanas serán cruciales para determinar el rumbo de Venezuela y la legitimidad de su gobierno, así como para la relación entre Brasil y Estados Unidos en el contexto de la política latinoamericana.

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