Rusia fortalece su influencia en América Latina a través de economía y política

Rusia fortalece su influencia en América Latina a través de economía y política

El Centro para el Estudio de la Democracia advirtió que Moscú ha centrado su estrategia geopolítica en países como Venezuela, Brasil y Bolivia, utilizando el sector energético como herramienta de poder

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo HACE 12 HORAS

El reciente informe del Centro para el Estudio de la Democracia (CSD), titulado “El Alcance Global de Rusia: Manual del Kremlin en América Latina y el Caribe”, arroja luz sobre la creciente influencia de Moscú en la región latinoamericana. En un contexto marcado por sanciones internacionales a Rusia tras la invasión de Ucrania, el Kremlin ha encontrado en América Latina un terreno fértil para expandir su poderío económico y político, según lo señalado por los autores del informe en una videoconferencia en la que participó Infobae.


El documento subraya que países como Venezuela, Brasil, Bolivia y Panamá, que enfrentan desafíos de gobernanza, han sido identificados como objetivos estratégicos por parte de Rusia. Germán Rueda Orejarena, uno de los autores del informe, destacó que el Kremlin busca reforzar lazos económicos y políticos, aprovechando las vulnerabilidades de estas naciones. Sin embargo, aunque las importaciones desde Rusia hacia Latinoamérica han casi duplicado en la última década, aún representan solo una pequeña fracción del comercio total ruso, con un 2% del comercio global de Rusia y aproximadamente un 0,7% de los lazos comerciales de América Latina.


Brasil se ha destacado como el mayor socio comercial de Rusia en la región, concentrando el 75% del comercio total. La dependencia de América Latina de las importaciones rusas en sectores clave, como la energía y los fertilizantes, se vuelve notoria, especialmente en el contexto agrícola del país. Venezuela, por su parte, mantiene estrechos lazos en el sector energético, con la compañía rusa Rosneft controlando la exportación de petróleo venezolano, lo que permite a este país sortear las sanciones internacionales.


El informe también revela un aumento en las exportaciones de petróleo ruso hacia América Latina, que han alcanzado los 300.330 barriles diarios, representando aproximadamente el 5% de las ventas totales de petróleo de Rusia. Este uso del sector energético como herramienta geopolítica se muestra como un pilar fundamental de la estrategia rusa en la región.


Por otro lado, la penetración de empresas rusas en sectores críticos no se limita al petróleo. La actividad de Rosatom en Bolivia, donde se trabaja en la investigación nuclear y exploración de recursos de litio, pone de manifiesto el interés de Rusia en las materias primas estratégicas para el futuro. Asimismo, el informe señala la presencia de numerosas empresas rusas en paraísos fiscales del Caribe, que facilitan la evasión de sanciones y ayudan a mantener a flote regímenes autoritarios en la región.


En el ámbito político y mediático, Rusia ha utilizado el soft power para expandir su influencia, a través de la difusión de propaganda y desinformación a través de medios como Russia Today y Sputnik. Sin embargo, el informe destaca una disminución en la percepción positiva hacia Rusia en América Latina, evidenciando que, a pesar de los esfuerzos, la opinión pública se ha vuelto más crítica.


Vladimir Rouvinski, director del Laboratorio de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad ICESI, comparó la estrategia de Putin en América Latina con las políticas de la antigua Unión Soviética, sugiriendo que Moscú opera en la región desde una perspectiva global. Mientras tanto, los países latinoamericanos, al pensar en términos regionales, a menudo dejan espacio para que Rusia logre sus objetivos.


Armando Chaguaceda, coordinador de Investigación en GAPAC, afirmó que la influencia rusa en la región va más allá de la desinformación, describiéndola como una alianza de una potencia global con regímenes autoritarios que han debilitado la democracia local. Esta interpenetración de la cooperación autoritaria sugiere que Rusia se ha consolidado como un actor clave en la región, no solo a nivel global, sino también regional y nacional.


La advertencia final de los expertos es clara: es fundamental fortalecer las instituciones locales y entender las debilidades que existen en los sistemas democráticos latinoamericanos para contrarrestar la influencia rusa. La falta de mecanismos adecuados para abordar esta penetración podría dejar a los países de la región vulnerables ante las incursiones del Kremlin en el futuro. La concienciación sobre esta influencia maliciosa se vuelve un elemento crucial para preservar la democracia en América Latina.

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