Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La situación en la costa peruana se ha vuelto alarmante tras el anuncio de la Marina de Guerra del Perú, que ha decidido cerrar 81 puertos debido al incremento del oleaje en el norte del país. Este fenómeno natural, que ha sido catalogado como de fuerte intensidad, presenta olas que alcanzan alturas de hasta tres metros, lo que ha comenzado a afectar a diversas embarcaciones y negocios aledaños a la playa. El capitán de la Marina, Enrique Varea, ha subrayado la gravedad del asunto, advirtiendo que se espera un incremento adicional en la altura de las olas, que podría llegar a ser hasta tres veces mayor en algunas playas. "Hasta ahora, contamos con 30 puertos cerrados en la costa norte y centro, y no descartamos que en los próximos días se sumen más a esta lista", afirmó Varea durante su intervención en medios locales. Las imágenes que han circulado en redes sociales muestran claramente cómo las olas han comenzado a golpear con fuerza las caletas y desembarcaderos en las regiones de Tumbes y Piura, generando un clima de incertidumbre y miedo entre pescadores y comerciantes de la zona. Las autoridades han instado a la población a mantener la calma y a seguir las recomendaciones para evitar cualquier accidente en el mar. Además, el fuerte oleaje no solo ha afectado a la pesca artesanal, sino que también ha impactado en el Callao, el principal puerto del país, donde se han reportado olas de hasta cuatro metros. Estas olas han inundado malecones y plazas adyacentes al mar, provocando la evacuación de los ribereños y la suspensión de actividades recreativas en la zona. La preocupación crece entre los habitantes de esta región, que ven cómo su vida cotidiana se ve alterada por las inclemencias del tiempo. La alerta de oleaje fuerte se extiende hasta el 1 de enero, lo que significa que las condiciones climáticas adversas podrían prolongarse durante varios días más, afectando gradualmente diferentes zonas del litoral. El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) ya ha emitido recomendaciones claras: se sugiere suspender todas las actividades portuarias y de pesca, así como asegurar las embarcaciones y retirar las flotas pequeñas hacia tierra firme. Este fenómeno ha llevado a que no solo las autoridades marítimas se activen, sino que también se requiera un esfuerzo coordinado de las comunidades costeras para garantizar la seguridad de sus habitantes. Las autoridades locales han preparado planes de emergencia y están en constante comunicación con la población para monitorear la situación. Es importante destacar que la comunidad pesquera, un sector vital para la economía de muchas regiones costeras, se enfrenta a un desafío significativo en estos momentos. La interrupción de las actividades de pesca no solo afecta el sustento diario de los pescadores, sino que también tiene un impacto en el suministro de productos del mar en los mercados, lo que podría desencadenar un aumento en los precios. Mientras tanto, los organismos de defensa civil están evaluando la situación y están listos para actuar en caso de que las condiciones se deterioren aún más. El llamado a la calma por parte de las autoridades es esencial, pero también lo es la preparación ante cualquier eventualidad que pueda surgir de este fenómeno natural. A medida que la Marina de Guerra continúa monitoreando el oleaje en la costa peruana, la población se prepara para enfrentar los retos que vienen. La seguridad de las comunidades costeras es prioridad, y las recomendaciones para evitar situaciones de riesgo son más relevantes que nunca. La colaboración entre las autoridades y la comunidad será clave para superar esta adversidad.