El oscuro secreto del Sena: contaminación que desafía su imagen romántica.

El oscuro secreto del Sena: contaminación que desafía su imagen romántica.

La percepción que suele tener el parisino medio de su río dista mucho de ser una estampa de postal, como demuestran la avalancha de tuits ironizando sobre su suciedad a menos de 100 días del inicio de los Juegos Olímpicos

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 09.06.2024

El Sena, ese río emblemático que atraviesa París y que ha inspirado a poetas, artistas y enamorados a lo largo de la historia, no siempre ha sido el escenario idílico que imaginamos. Detrás de la belleza de sus aguas y puentes se esconden historias no tan románticas, como las que algunos parisinos comparten entre amigos, llenas de anécdotas poco convencionales que revelan la verdadera cara del río.


Aunque solemos asociar al Sena con paseos en bateau mouche, cenas románticas con vista a la ciudad o atardeceres mágicos, la realidad cotidiana de este río dista mucho de la postal perfecta. Recientemente, la ONG Surfriders Foundation publicó un informe alarmante sobre el estado de contaminación del Sena, con altos niveles de bacterias fecales que ponen en riesgo la salud de quienes se aventuren a sumergirse en sus aguas. Esta noticia ha generado una ola de tuits irónicos que reflejan la percepción generalizada de que el Sena no es precisamente el lugar más limpio para un baño.


La promesa de devolver el Sena a los parisinos, haciendo que sea apto para el baño, ha sido un objetivo político que se ha repetido a lo largo de los años, sin llegar a materializarse. Tanto Jacques Chirac en 1992 como Anne Hidalgo en la actualidad han expresado su voluntad de hacer del río un espacio de recreo y disfrute para los ciudadanos, pero la realidad actual dista mucho de esa visión idealizada. La contaminación sigue siendo un problema grave que pone en duda la viabilidad de albergar pruebas náuticas de los próximos Juegos Olímpicos en el Sena.


El proyecto de descontaminación del Sena, que supone un coste millonario, plantea dudas sobre su efectividad y sobre si realmente logrará cambiar la percepción negativa que la mayoría de los franceses tienen del río. A pesar de los esfuerzos por limpiar sus aguas, será difícil convencer a la población de que el Sena es seguro para el baño, especialmente cuando la imagen del río como un lugar sucio y poco atractivo está tan arraigada en el imaginario colectivo.


Las redes sociales se han llenado de memes y montajes que satirizan la situación del Sena, con imágenes de políticos nadando en aguas contaminadas o parodias que reflejan el escepticismo de la población. La nostalgia de tiempos pasados, cuando París se transformaba en una especie de Biarritz en verano y la gente se bañaba en el Sena pese a las prohibiciones, contrasta con la realidad actual, en la que la idea de lanzarse al agua del río resulta poco atractiva para la mayoría.


Las anécdotas personales de los parisinos, como la de una mujer dispuesta a lanzarse al Sena por un concierto privado de Johnny Hallyday, revelan que, a lo largo de los años, el río ha sido testigo de momentos peculiares y extravagantes. Sin embargo, la idea de bañarse en el Sena sigue siendo un tabú para la mayoría, que prefiere mantenerse alejada de sus aguas turbias y contaminadas. A pesar de los esfuerzos por devolverle su esplendor, el Sena seguirá siendo, al menos por ahora, más un símbolo romántico que un destino de recreo para los parisinos.

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