Líbano al borde del colapso tras ataque israelí que deja decenas de víctimas

Líbano al borde del colapso tras ataque israelí que deja decenas de víctimas

Beirut y la milicia atribuyen las explosiones y una treintena de muertos a Israel y prometen una respuesta.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Guerra 21.09.2024

La situación en Líbano se ha vuelto crítica tras un ataque aéreo israelí que dejó un saldo devastador de víctimas entre las filas de Hezbolá, un grupo chií que ha desempeñado un papel fundamental en la política y el conflicto militar del país. El bombardeo selectivo, dirigido principalmente contra el comandante Ibrahim Akil, ha resultado en la muerte de catorce miembros de la milicia, lo que ha exacerbado la tensión en un país que ya enfrenta desafíos significativos en términos de seguridad y estabilidad.


Hezbolá, en un comunicado emitido a través de su medio de comunicación afín, Al Manar, ha expresado su orgullo por los líderes caídos, describiéndolos como mártires en la lucha por Jerusalén. La carta enfatiza la trayectoria de Akil, quien había estado involucrado en operaciones significativas desde los años ochenta, y resalta su liderazgo dentro de la organización desde la década de los noventa. Este ataque representa no solo una pérdida estratégica para Hezbolá, sino también un fuerte golpe moral para su base de apoyo.


El Ministerio de Salud de Líbano ha certificado que, además de los miembros de Hezbolá, al menos 30 civiles han perdido la vida y casi 70 han resultado heridos, muchos de ellos en estado grave. Las autoridades sanitarias advierten que estas cifras podrían aumentar, dado el número de personas que aún se encuentran bajo los escombros de un edificio residencial en el sur de Beirut, donde se produjo el ataque. La magnitud del suceso ha suscitado una ola de indignación y ha elevado el nivel de ansiedad entre los ciudadanos libaneses.


En respuesta a este ataque, el Consejo Central de Seguridad de Líbano ha declarado que la situación es "delicada y peligrosa". El ministro del Interior, Bassam Maulaui, ha instado a las fuerzas de seguridad a estar alerta ante cualquier movimiento sospechoso, señalando que la vigilancia es esencial para prevenir más ataques en áreas residenciales. Estas declaraciones subrayan la sensación de vulnerabilidad que sienten muchos libaneses ante la posibilidad de más bombardeos.


Mientras tanto, las autoridades israelíes han justificado el ataque, argumentando que Akil estaba planeando una incursión en el territorio israelí, similar a las operaciones de Hamás que tuvieron lugar el año pasado. Aunque la estrategia militar de Israel se basa en la prevención de ataques, el costo humano y la repercusión sobre la población civil son difíciles de ignorar y generan un clima de desesperación.


Hezbolá, por su parte, ha prometido una respuesta a las acciones israelíes, lo que podría escalar aún más el conflicto en una región ya marcada por la violencia. La amenaza de represalias genera incertidumbre sobre cómo actuará el grupo, conocido por su capacidad de movilización y su arsenal militar.


El reciente bombardeo no es un incidente aislado; es parte de una serie de enfrentamientos más amplios que han escalado desde los ataques de Hamás en octubre. La violencia ha cobrado múltiples vidas y ha dejado a la población civil atrapada en medio del fuego cruzado, lo que complica aún más la situación humanitaria en el país.


Las explosiones de dispositivos vinculados a Hezbolá en días recientes han añadido un nuevo nivel de tensión al panorama, ya que se atribuyen a Israel. Esta dinámica de ataque y represalia plantea interrogantes sobre el futuro de la seguridad en Líbano y la capacidad del gobierno para proteger a sus ciudadanos.


Mientras el gobierno libanés coordina esfuerzos para lidiar con la crisis, la sensación de inseguridad persiste entre la población, que se encuentra en un estado de constante alerta. La falta de estabilidad política y económica en Líbano complicará aún más la respuesta ante la agresión externa y la presión interna que enfrenta el país.


Con cada ataque, la historia de Líbano se entrelaza cada vez más con el conflicto israelí-palestino, y el sufrimiento de su gente se convierte en un recordatorio trágico de las consecuencias de la guerra. La comunidad internacional observa con preocupación, pero hasta ahora poco ha cambiado en términos de soluciones duraderas que puedan traer paz a una región que ha estado marcada por el conflicto durante décadas.

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