Durov defiende a Telegram ante imputaciones en Francia y pide leyes modernas

Durov defiende a Telegram ante imputaciones en Francia y pide leyes modernas

El empresario se defendió de la investigación judicial sugiriendo que él no debería haber sido el objetivo por fueron “delitos de terceros” en su red social

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 22.09.2024

Pavel Durov, CEO de Telegram, ha emitido declaraciones contundentes tras su imputación en Francia por presuntos delitos asociados con el uso de su plataforma para actividades criminales. En un contexto donde las críticas hacia las redes sociales y aplicaciones de mensajería han cobrado fuerza, Durov arremetió contra el uso de leyes obsoletas, afirmando que tales normativas no son adecuadas para regular la tecnología actual, que ha evolucionado significativamente desde la época en que fueron formuladas.


En una publicación reciente en la propia Telegram, Durov subrayó que responsabilizar a un director general por los actos de otros en una plataforma digital es un enfoque erróneo. “Crear tecnología ya es bastante difícil. Ningún innovador construirá nuevas herramientas si sabe que puede ser responsabilizado personalmente por el posible abuso de esas herramientas”, advirtió, reflejando una perspectiva que resuena con muchos en la industria tecnológica que abogan por un marco regulatorio más actualizado y justo.


A pesar de la controversia, Durov aseguró que Telegram no es un "paraíso anárquico". Reconoció que el crecimiento explosivo de la aplicación, que ahora cuenta con 950 millones de usuarios, ha traído consigo retos significativos en términos de moderación de contenido y seguridad. “Me propuse como objetivo personal asegurarme de que mejoramos significativamente las cosas en ese sentido”, afirmó, prometiendo que se están implementando medidas internas para abordar estos problemas.


El CEO de Telegram remarcó que la plataforma trabaja activamente en la eliminación de contenido dañino, resaltando que millones de publicaciones y canales son eliminados cada día. Además, destacó los informes de transparencia que publica diariamente, así como las colaboraciones con organizaciones no gubernamentales para abordar solicitudes de moderación urgentes. Estos esfuerzos, según Durov, son parte de un compromiso más amplio por crear un entorno seguro para sus usuarios.


Sin embargo, su detención e imputación en Francia han generado un clima de sorpresa e indignación. Durov se mostró especialmente crítico con las autoridades francesas, alegando que tenían múltiples canales para comunicarse con él en busca de cooperación, y destacó que había facilitado previamente líneas directas para abordar amenazas terroristas en el país. Esta falta de comunicación, en su opinión, refleja fallos en el sistema judicial que deben ser rectificados.


Durov también enfatizó la complejidad de equilibrar la privacidad de los usuarios y los requerimientos de las autoridades. “Hay que conciliar las leyes de privacidad con los requisitos de aplicación de la ley”, manifestó, añadiendo que Telegram siempre ha estado abierto al diálogo con los reguladores en diferentes países, aunque también ha demostrado una disposición a rechazar demandas que considera inaceptables.


Un aspecto notable de su defensa es la postura de Telegram frente a regulaciones que considera incompatibles con sus principios. Durov ejemplificó situaciones en las que la empresa ha optado por abandonar mercados donde no podía cumplir con sus valores, como en el caso de Rusia e Irán. “Estamos preparados para abandonar mercados que no sean compatibles con nuestros principios”, reafirmó, destacando que la misión de Telegram va más allá de la rentabilidad económica.


En el ámbito internacional, la reciente decisión del regulador surcoreano de comunicaciones, que requiere la eliminación de contenidos pornográficos ultrafalsos de Telegram, muestra que la empresa ha comenzado a dar pasos proactivos para abordar los problemas de contenido en su plataforma. Durov se disculpó por el papel que la aplicación pudo haber desempeñado en la proliferación de este tipo de contenido, lo que sugiere que está dispuesto a adaptarse a las expectativas regulatorias en diferentes regiones.


A medida que la comunidad tecnológica observa de cerca esta situación, la defensa de Durov pone de relieve la tensión existente entre innovación y regulación. La pregunta que queda en el aire es si las autoridades y las plataformas pueden encontrar un terreno común que garantice la seguridad sin sacrificar la libertad en el uso de la tecnología.


Así, el caso de Pavel Durov y Telegram se convierte en un microcosmos de una discusión más amplia sobre el futuro del espacio digital. A medida que las aplicaciones de mensajería continúan creciendo en popularidad, la necesidad de un marco regulatorio moderno se vuelve cada vez más apremiante. En este contexto, la postura de Durov podría servir como un llamado a la reflexión sobre cómo las leyes del pasado deben evolucionar para enfrentar los desafíos del presente y del futuro.

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