Así son los túneles donde se esconde Hezbolá en la guerra con Israel: fortines de cientos de metros plagados de armas

Así son los túneles donde se esconde Hezbolá en la guerra con Israel: fortines de cientos de metros plagados de armas

Los soldados israelíes han hallado duchas, una cocina y reservas de comida.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Guerra 06.10.2024

La guerra entre Israel y Hezbolá ha entrado en una nueva y devastadora fase, marcada por una intensa campaña militar que ha dejado un saldo trágico tanto en el Líbano como en el territorio israelí. Desde hace más de diez días, los bombardeos israelíes han azotado el sur del Líbano, así como áreas de Beirut, donde la reciente muerte del máximo líder de Hezbolá, Hasan Nasrala, ha sido un golpe significativo para la organización. El conflicto ha escalado, llevando a Israel a iniciar operaciones terrestres que han revelado una red de túneles subterráneos utilizados por la milicia chií.


El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, ha compartido imágenes impactantes que muestran a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) accediendo a uno de estos complejos subterráneos, que, según informes, se extiende por 250 metros y se encuentra a solo 300 metros de la frontera israelí. Estos túneles, que Hezbolá había utilizado como fortines, parecen haber sido abandonados por los milicianos en su huida ante la presión del avance militar israelí.


El contenido hallado en el túnel es revelador. Hagari afirmó que se encontraron centros de control, equipo de combate y una cantidad considerable de armas, que aparentemente iban a ser empleadas en una invasión planificada de Israel. Esta infraestructura subterránea, que había sido objeto de vigilancia e investigación por parte de las fuerzas israelíes, destaca la complejidad de las operaciones de Hezbolá y su preparación para el conflicto.


Más allá de los armamentos, los soldados israelíes encontraron elementos que apuntan a la vida cotidiana de los milicianos, como duchas, una cocina y reservas de comida. Las imágenes divulgan incluso una nevera con restos de alimentos y otros objetos personales, lo que sugiere que estos túneles eran utilizados como bases operativas permanentes para los combatientes. Esta combinación de instalaciones militares y habitacionales refleja una estrategia de guerrilla bien estructurada, que Hezbolá había desarrollado a lo largo de los años.


Desde el inicio de esta nueva escalada, el Ejército israelí ha informado que ha eliminado a unos 440 milicianos de Hezbolá, de los cuales aproximadamente 30 eran comandantes. La combinación de ataques aéreos y enfrentamientos en el terreno ha llevado a una serie de bajas significativas en ambas partes. La devastación humanitaria también es alarmante: más de 2.000 libaneses han perdido la vida y alrededor de 1,2 millones se han visto obligados a abandonar sus hogares debido a los intensos bombardeos.


El avance de las tropas israelíes ha llevado a la organización chií hacia el norte, según lo declarado por Hagari. Este movimiento refleja una estrategia de presión sobre Hezbolá que busca desmantelar su capacidad operativa y debilitarlos significativamente en la región. Sin embargo, la continuación de este conflicto plantea serias preguntas sobre el futuro de la estabilidad en el Líbano y la seguridad en Israel.


Por otro lado, la comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de la situación. La crisis humanitaria en el Líbano está alcanzando niveles críticos, y las organizaciones humanitarias expresan alarmas sobre la falta de recursos y la creciente necesidad de asistencia para la población desplazada. La respuesta a este conflicto no solo requiere una solución militar, sino un enfoque diplomático que contemple las raíces históricas y políticas de la confrontación.


Mientras tanto, la respuesta de la comunidad internacional ha sido tibia, con llamados esporádicos a la calma y a la reanudación de las negociaciones de paz. Las potencias regionales y globales tienen un papel crucial en la búsqueda de una solución sostenible que ponga fin a la violencia y garantice la seguridad de ambos lados del conflicto.


En este complejo escenario, queda claro que la lucha entre Israel y Hezbolá no solo es un enfrentamiento militar, sino también una batalla por la supervivencia, tanto de comunidades como de ideologías. La esperanza de un futuro pacífico parece lejana, mientras los ecos de la guerra continúan resonando en una región marcada por la tensión y el sufrimiento.

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