El nuevo aeropuerto de Lima inaugura en medio de controversias por su planificación

El nuevo aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima, Perú, abrirá sus puertas este domingo en medio de un torbellino de críticas y preocupaciones. Tras 65 años de operación del antiguo terminal, la llegada de este nuevo espacio se presenta como una necesidad inminente ante el crecimiento del tráfico de pasajeros en la región. Sin embargo, el camino hacia su inauguración no ha estado exento de controversias que han generado desconfianza en la población y expertos del sector.

Ubicado en la ciudad portuaria del Callao, este nuevo aeropuerto se erige como una solución ante los problemas históricos del antiguo terminal, que siempre ha enfrentado retos logísticos debido a su ubicación céntrica. Los viajeros han lidiado con un tráfico vehicular insoportable, y se temía que el nuevo aeropuerto repitiera los errores del pasado; sin embargo, la realidad ha demostrado que los obstáculos han aumentado. El acceso al nuevo terminal se limita a la avenida Morales Duárez, que se caracteriza por ser angosta y poco iluminada, lo que genera una sensación de improvisación en su planificación.

Uno de los puntos más criticados es la ausencia de una conexión directa y eficiente con el Metro de Lima. Aunque se anunció una futura estación llamada “Aeropuerto”, su apertura se programó para dentro de tres años, lo que representa una incomprensible falta de coordinación en la infraestructura de transporte público. Carlos Gutiérrez, gerente general de AETAI, ha señalado la situación como un claro ejemplo de la falta de planificación en el país, haciendo eco de las preocupaciones de muchos ciudadanos.

A medida que los turistas comiencen a llegar al nuevo aeropuerto, se enfrentarán a un entorno desolador. A la salida del terminal, los viajeros serán recibidos por basurales y viviendas inacabadas que desafían la erosión en sus laderas. En un intento de embellecer la zona, la Municipalidad de Callao ha optado por construir un muro de 900 metros decorado con imágenes de vegetación, una solución que muchos podrían considerar una mera fachada que no aborda los problemas de fondo.

La seguridad también ha sido un tema candente en los días previos a la inauguración. Durante la marcha blanca del aeropuerto, un incidente casi provoca una tragedia aérea, cuando una confusión en el control de tráfico aéreo estuvo a punto de causar una colisión entre dos aviones en medio de la transición al nuevo terminal. Aunque se logró evitar un desastre, la situación ha dejado a muchos cuestionando la preparación del nuevo aeropuerto para manejar el tráfico aéreo de manera segura.

Los costos del uso del nuevo terminal también han suscitado críticas, ya que los pasajeros deberán enfrentarse a una nueva tarifa llamada Tarifa Unificada de Uso de Aeropuertos (TUUA). Esta tarifa de hasta 11,32 dólares para vuelos internacionales ha sido calificada por la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC) como una carga económica adicional que no considera la capacidad de los usuarios.

El proyecto del nuevo Jorge Chávez ha pasado por un proceso lleno de contratiempos, desde presupuestos que se dispararon de 2.000 a 2.400 millones de dólares, hasta múltiples postergaciones en su fecha de apertura. Inicialmente programada para diciembre de 2024, la inauguración ha sido postergada en varias ocasiones debido a problemas estructurales y de seguridad, lo que ha dejado a muchos en la industria preocupados por la presión con la que se ha llevado a cabo el proceso.

A pesar de los retos, el gobierno peruano y Lima Airport Partners tienen grandes expectativas para el nuevo terminal. Se proyecta que se alcance una capacidad de 38 millones de pasajeros anuales para 2030, lo que representaría casi el doble de la capacidad actual. Hay esperanzas de que el nuevo aeropuerto posicione a Perú como un hub regional fundamental para el comercio exterior y el turismo.

La inauguración del nuevo Jorge Chávez está programada para este domingo con el primer vuelo hacia Atlanta, seguido de arribos internacionales desde Madrid, São Paulo y Santiago de Chile. Sin embargo, la incertidumbre persiste. Aunque el gobierno confía en que la nueva infraestructura impulsará la economía, muchos ciudadanos y expertos observan con cautela el futuro del nuevo aeropuerto y esperan que se aborden de manera efectiva las debilidades evidentes en su planificación y ejecución.