Rusia refuerza control sobre planta nuclear de Zaporiyia en medio del conflicto

Rusia refuerza control sobre planta nuclear de Zaporiyia en medio del conflicto

Un informe de Greenpeace confirma que el invasor ha construido 90 kilómetros de alta tensión para enlazar la planta atómica con las regiones ucranias ocupadas militarmente y con Rusia

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Mundo 28.05.2025

Moscú ha intensificado sus esfuerzos para consolidar el control sobre la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, al acelerar las obras para conectar sus instalaciones a la red eléctrica rusa. Esta decisión subraya la intención del Kremlin de no devolver la planta a las autoridades ucranianas, a pesar de la continua guerra en la región. Un informe reciente de Greenpeace, hecho público este martes, revela que desde febrero hasta mayo, Rusia ha construido aproximadamente 90 kilómetros de líneas de alta tensión en los territorios ocupados del mar de Azov, que colindan con su frontera.


Las imágenes satelitales mostradas por Greenpeace indican que la próxima fase del proyecto contempla la ampliación de estas líneas en unos 100 kilómetros hacia el oeste, alcanzando la ciudad ucraniana de Melitópol, que también se encuentra bajo control ruso. La central de Zaporiyia se ha convertido en un punto estratégico no solo por su capacidad de generación de energía, sino también como símbolo del conflicto entre Ucrania y Rusia.


La importancia de esta planta atómica ha sido reconocida por actores internacionales, incluido el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien durante las negociaciones de paz insistió en que Zaporiyia debería ser un activo en un posible acuerdo. Trump llegó a sugerir que la propiedad de la central podría transferirse a empresas estadounidenses, reflejando así la alta tensión y el interés geopolítico en la región.


A pesar de los intentos de negociación, el Kremlin ha dejado claro que no tiene intención de ceder el control de Zaporiyia. Durante una reunión en Estambul el 16 de mayo, los representantes de Putin demandaron que Ucrania retirara sus tropas de la provincia, reafirmando su posición sobre el territorio ocupado y su deseo de integrar completamente Zaporiyia en el sistema ruso.


Rosatom, la corporación estatal rusa de energía nuclear, ha reiterado su compromiso de reiniciar la producción de energía en Zaporiyia. Alexéi Likhachev, presidente de Rosatom, afirmó en una reciente reunión gubernamental que están trabajando en un plan para llevar la planta a su pleno funcionamiento. Sin embargo, la situación actual de los seis reactores es crítica, ya que ninguno de ellos se encuentra operativo debido a la destrucción de las infraestructuras eléctricas y los constantes riesgos que representan los conflictos armados en la región.


El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha manifestado su preocupación acerca de la seguridad de la planta, destacando que un dron impactó en la central el 21 de mayo. Aunque el OIEA no atribuye directamente la responsabilidad por tales agresiones, se presume que el dron pueda haber sido ucraniano, lo que añade una capa de tensión en un entorno ya de por sí peligroso.


Los incidentes relacionados con la energía nuclear en Ucrania no son nuevos. En febrero, un dron bomba ruso causó daños en el sarcófago de Chernóbil, lo que demuestra la inestabilidad y los riesgos asociados con el conflicto. La situación en Zaporiyia es aún más alarmante, dada su cercanía a la zona de combate y el déficit de personal capacitado que se ha deteriorado tras años de guerra.


Greenpeace ha emitido un llamado urgente para que se evalúen los peligros de reactivar Zaporiyia, señalando que el riesgo de una catástrofe nuclear es extremadamente alto. La organización ecologista advierte sobre la falta de mantenimiento y la escasez de personal en la planta, lo que podría resultar en un desastre de proporciones inimaginables, no solo para Ucrania, sino también para la región y el continente europeo.


Ante esta serie de acontecimientos, Greenpeace ha instado al OIEA a comunicar a Moscú su oposición al reinicio de operaciones en Zaporiyia, enfatizando la amenaza inminente que representa para la seguridad nuclear. A medida que la situación se desarrolla, la comunidad internacional observa con creciente inquietud el futuro de una de las instalaciones nucleares más importantes del mundo, cuya estabilidad ahora pende de un hilo en medio del caos bélico.

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