
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




En las últimas semanas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su presión sobre Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), para que implemente un recorte en las tasas de interés. La insistencia del mandatario ha sido notable, llegando a calificar a Powell de “lento” y “estúpido” en reuniones que han puesto de relieve una tensión creciente entre el Ejecutivo estadounidense y la institución encargada de regular la política monetaria del país. Sin embargo, a pesar de estas presiones, la Fed ha decidido mantener las tasas en su rango actual de 4,25% a 4,5%, lo que ha generado un debate sobre las implicaciones tanto para la economía estadounidense como para la economía de otros países, incluidos los de América Latina, como Perú.
La preocupación de Trump por la política de tasas de interés responde a su visión de que la inflación en EE.UU. es baja y que, por lo tanto, no hay justificación para mantener los costos de endeudamiento en niveles elevados. Argumenta que una reducción en las tasas podría facilitar el acceso al crédito, abaratando la deuda tanto a corto como a largo plazo, lo que, en su opinión, beneficiaría a la economía estadounidense. Sin embargo, esta presión política podría tener efectos adversos. Marco Ortiz, economista principal del BBVA Research Perú, advierte que un intento de influir en la Fed podría percibirse como una pérdida de su independencia, lo que podría llevar a un aumento en las tasas de largo plazo y, por ende, a una mayor inflación.
La relación entre las decisiones de la Fed y el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) es un aspecto relevante de esta discusión. Según Jorge Guillén, profesor de ESAN, cuando la Fed decide recortar sus tasas, el BCRP suele seguir el mismo camino para evitar salidas abruptas de capitales especulativos. Sin embargo, Ortiz indica que, si bien podría haber ajustes, el BCRP se siente cómodo con la tasa actual y no prevé cambios inmediatos. Esto refleja una postura de cautela, dada la inestabilidad que podría generar la presión de Trump sobre la Fed.
La posible depreciación del dólar en el contexto de una reducción de tasas también tendría repercusiones en la economía peruana. Una baja en las tasas de la Fed podría llevar a una apreciación del sol frente al dólar, lo que, aunque no sería drástico, podría afectar a los exportadores peruanos. Guillén señala que un tipo de cambio más bajo significa que el valor en soles de los ingresos en dólares de los exportadores disminuiría, lo que podría poner presión sobre esta industria. Además, en el sector de créditos hipotecarios, si bien es probable que las tasas se mantengan o bajen, los efectos no serían inmediatos ni tan pronunciados como los cambios en la tasa base.
La incertidumbre también se agrava por los nuevos aranceles impuestos por Trump, que entrarán en vigor el 1 de agosto. Según Ortiz, esto obliga a la Fed a ser más cauta en su toma de decisiones. Algunos miembros de la Reserva Federal han comenzado a presionar a Powell, influenciados por el entorno político generado por el presidente. Esta dinámica pone de manifiesto la interconexión entre las políticas comerciales y monetarias, y cómo las decisiones en una esfera pueden tener repercusiones en la otra.
El impacto de los aranceles en la inflación estadounidense aún es incierto, pero, según Guillén, esto podría afectar negativamente a las exportaciones peruanas y, por ende, al empleo en el país. Si las empresas exportadoras ven mermadas sus ventas, es probable que se enfrenten a reducciones en la plantilla laboral. Mientras tanto, los consumidores estadounidenses podrían experimentar un aumento en los precios de los productos, lo que podría repercutir en un consumo más cauteloso y afectar la demanda de bienes importados, incluyendo aquellos provenientes de Perú.
Ambos especialistas coinciden en que, a pesar de las tensiones actuales, es posible que se produzca una reducción de tasas por parte de la Fed en los próximos meses. Ortiz estima que esta podría ocurrir en diciembre, mientras que Guillén anticipa un posible recorte en septiembre. La anticipación de estas decisiones es crucial no solo para la economía estadounidense, sino también para las economías emergentes que dependen en gran medida de las políticas de la Fed.
En resumen, la insistencia de Trump en que la Fed reduzca las tasas de interés refleja su preocupación por el crecimiento económico en Estados Unidos, pero también plantea riesgos significativos tanto para la independencia de la Fed como para economías como la peruana. A medida que el panorama económico global continúa evolucionando, será fundamental que los gobiernos y los bancos centrales mantengan una vigilancia constante sobre las decisiones de política monetaria y sus efectos en el comercio internacional y el bienestar económico de sus ciudadanos.
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