La reina Letizia: símbolo de modernidad y conexión emocional en la monarquía española

La reina Letizia: símbolo de modernidad y conexión emocional en la monarquía española

La reina Letizia se moderniza, ganando apoyo popular por su autenticidad y cercanía, clave para la relevancia de la monarquía en España.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 22.03.2025

La figura de la reina Letizia ha experimentado una notable transformación en los últimos años, convirtiéndose en un símbolo de modernidad dentro de la monarquía española. Según una reciente encuesta realizada por Sigma Dos para la revista ¡HOLA!, más de la mitad de los españoles apoya su labor y reconoce que ha contribuido a mejorar la imagen de la Corona. Este cambio en la percepción pública se debe, en gran medida, a su cercanía, autenticidad y espontaneidad, características que han resonado especialmente entre los jóvenes, quienes la valoran de manera significativa. Cristian Salomoni, psicólogo experto en comunicación no verbal, destaca cómo la reina Letizia ha evolucionado de ser una figura que simplemente acompañaba al Rey a convertirse en una soberana fuerte y comprometida. "Ha sabido equilibrar el mundo personal e institucional", explica Salomoni, señalando que la reina es ahora accesible, pero sin perder la autoridad que le confiere su rol. Este equilibrio ha sido clave para que la sociedad la perciba como una figura moderna, admirada tanto por monárquicos como por aquellos que no se sienten identificados con la monarquía. Un aspecto fundamental en este cambio es la habilidad de la reina para manejar lo que en psicología se conoce como 'regulación emocional'. Aránzazu Junquera, psicóloga y coordinadora en la Universidad Alfonso X el Sabio, afirma que Letizia ha aprendido a modular sus emociones dependiendo del contexto, lo que resulta esencial en su posición. Este manejo emocional le permite no solo conectar con el público, sino también afrontar la presión inherente a su rol. Uno de los gestos que más ha impactado a la opinión pública es el incremento en la frecuencia con la que la reina ofrece abrazos. Según Junquera, estas muestras de afecto son herramientas poderosas para transmitir cercanía y apoyo emocional. La incorporación de abrazos en su repertorio comunicativo no solo humaniza su figura, sino que también refleja una emoción auténtica. "Abrazar no solo calma a quien recibe el gesto, también regula emocionalmente a quien lo da", añade la experta, lo que demuestra una sensibilidad especial en situaciones de alta carga emocional. La reina Letizia se ha mostrado como una figura auténtica y rompedora, que se adapta a las exigencias de su cargo pero sin perder su esencia. Su decisión de prescindir de elementos tradicionales como la mantilla y la peineta, así como su rechazo a las reverencias y los besos de mano, marcan una clara diferencia con los reinados anteriores. Amadeo Rey, doctor en Historia y Derecho, señala que Letizia ha sabido conservar lo esencial del ceremonial, pero a la vez ha innovado en lo que puede, estableciendo un nuevo estándar para la monarquía. Esta evolución de la reina Letizia ha llevado a muchos a preguntarse cómo este cambio de imagen puede influir en la percepción de la monarquía en el futuro. A medida que España avanza hacia una sociedad más diversa y abierta, la capacidad de la reina para conectar con diferentes sectores de la población podría ser un factor determinante para el futuro de la institución monárquica. Además, el respaldo creciente que recibe de los ciudadanos es un indicador de que la monarquía puede adaptarse y encontrar relevancia en el siglo XXI, siempre que sus representantes, como Letizia, se mantengan en sintonía con las expectativas y los valores de la sociedad moderna. Esto plantea un desafío interesante no solo para la reina y su equipo, sino también para el resto de la familia real. En este contexto, la figura de la reina Letizia se erige como un modelo a seguir, no solo en el ámbito de la realeza, sino también en cualquier liderazgo que requiera empatía, autenticidad y una conexión genuina con la gente. Su evolución demuestra que el cambio es posible incluso en instituciones con una historia tan rica y a veces rígida como la monarquía. En conclusión, la reina Letizia ha logrado posicionarse como una figura clave en la modernización de la monarquía española. Su capacidad para conectar emocionalmente con el público, así como su disposición a desafiar las normas tradicionales, la han convertido en una soberana admirada y respetada, lo que a su vez refuerza la relevancia de la Corona en la España contemporánea. La sociedad española parece estar lista para aceptar esta nueva imagen de la monarquía, y la reina Letizia es, sin duda, una de sus principales embajadoras.

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