La popularidad de la monarquía aumenta en Canadá en medio de crecientes llamados por un cambio democrático.

La popularidad de la monarquía aumenta en Canadá en medio de crecientes llamados por un cambio democrático.

El apoyo a la monarquía en Canadá ha aumentado al 31%, mientras que el 40% favorece un jefe de estado electo, lo que revela complejas divisiones regionales y demográficas.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 21.03.2025
En los últimos meses, la posición de la monarquía en Canadá ha mostrado una sorprendente resiliencia, incluso mientras la nación lidia con paisajes políticos cambiantes y crecientes demandas por un jefe de estado más democrático. Una encuesta reciente realizada por Research Co. indica que el sentimiento público hacia la monarquía ha tomado un giro ascendente, con un 31% de los canadienses ahora a favor de la continuación de la monarquía, un aumento de ocho puntos porcentuales desde marzo de 2024. Si bien este cambio es notable, se encuentra en contraste con una porción significativa de la población—el 40%, que ha bajado seis puntos—que aboga por un jefe de estado electo. La dinámica de este debate revela divisiones marcadas a lo largo de líneas de género y edad. Las mujeres están casi igualmente divididas sobre el tema, con un 34% apoyando la monarquía y un 35% prefiriendo una elección, mientras que los canadienses más jóvenes (de 18 a 34 años) y los grupos demográficos de mediana edad (de 35 a 54) muestran una inclinación más fuerte hacia un modelo republicano. Regionalmente, el apoyo para mantener la monarquía es más robusto en Saskatchewan y Manitoba, donde el 35% de los encuestados favorece el sistema actual, en contraste con solo el 24% en Quebec, que muestra una preferencia significativamente mayor por el cambio. Estas estadísticas subrayan las matices regionales que moldean el discurso en curso sobre la gobernanza de Canadá. Curiosamente, el aumento en el apoyo a la monarquía no parece correlacionarse directamente con un aumento en la favorabilidad hacia miembros individuales de la Familia Real. El rey Carlos III tiene una calificación de aprobación modesta del 40%, mientras que la reina consorte Camilla se queda atrás con un 30%. Los jóvenes miembros de la realeza, el príncipe Harry y la duquesa Meghan, disfrutan de una mayor favorabilidad, con el príncipe William y la princesa Catherine liderando el grupo con un 54% y un 58%, respectivamente. Esto sugiere que, si bien la institución en sí puede generar un interés renovado, el atractivo personal de sus miembros sigue siendo variable. Las expectativas públicas sobre el papel del rey Carlos III parecen estar cambiando, con una disminución notable en las demandas para que se involucre en esfuerzos sociales y ambientales específicos. Por ejemplo, el deseo de que el rey trabaje en la reducción de la huella de carbono de la Familia Real ha caído 17 puntos al 51%, mientras que el apoyo para avanzar en la reconciliación con los pueblos indígenas también ha disminuido. A pesar de estas complejidades, más de la mitad de los canadienses (53%) todavía anticipan que Canadá seguirá siendo una monarquía dentro de dos décadas. Esta perspectiva a largo plazo se alinea con las recientes tendencias políticas en casa, donde los políticos han ganado terreno en medio del controvertido segundo mandato del presidente estadounidense Donald Trump. Líderes como Doug Ford de Ontario y David Eby de Columbia Británica han visto aumentar sus índices de aprobación, reflejando un sentimiento que puede estar parcialmente arraigado en un deseo de estabilidad en contraste con la naturaleza impredecible de la política estadounidense. La postura tradicional apolítica del monarca ha permanecido como un principio vital, distanciando a la institución de la contienda de conflictos partidistas. A la luz de los comentarios provocativos de Trump sobre Canadá como un "51º estado", la presencia duradera de la monarquía se está volviendo cada vez más atractiva para muchos canadienses que buscan continuidad en la gobernanza en medio de presiones externas tumultuosas. A medida que la opinión pública continúa evolucionando, se hace evidente que la monarquía en Canadá está navegando por un paisaje complejo. Si bien crecen las demandas de republicanismo, el interés renovado en la monarquía sugiere que todavía ocupa un lugar significativo en los corazones y mentes de muchos canadienses, estableciendo un vínculo único entre la tradición y el entorno político moderno.
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