
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




En un desarrollo innovador para la detección de tsunamis, los investigadores están aprovechando la tecnología de láseres ultraestables para monitorear la actividad sísmica bajo las olas del mar de Tasmania. Este enfoque innovador emplea interferometría óptica en cables submarinos y representa un avance significativo en los sistemas de alerta temprana para la región del Pacífico. La colaboración, que involucra el programa de Caracterización Rápida y Tsunami (RCET) de GNS Science, el Laboratorio Nacional de Física (NPL) del Reino Unido y el Laboratorio de Normas de Medición (MSL) de Nueva Zelanda, está programada para probar este nuevo método de detección en una sección del cable Southern Cross NEXT, un extenso enlace de telecomunicaciones entre Nueva Zelanda y Australia. Esta iniciativa no solo es una maravilla de la ingeniería, sino que también destaca el potencial de la infraestructura existente para desempeñar un papel crucial en la preparación ante desastres. En el corazón de esta técnica está el uso de láseres para enviar luz ultraestable a lo largo del cable de fibra óptica. A medida que la luz viaja, interactúa con amplificadores de telecomunicaciones ubicados aproximadamente cada 50 a 70 kilómetros, y cualquier desviación de las señales esperadas puede indicar perturbaciones sísmicas como terremotos o el potencial de tsunamis. La reciente detección de señales del terremoto de 7.2 de magnitud cerca de Vanuatu subraya aún más la eficacia del método, y los investigadores son optimistas de que la tecnología láser mejorada aumentará la claridad y precisión de las lecturas, mejorando así las evaluaciones de tsunamis. El Dr. Bill Fry, una figura destacada en esta investigación y miembro del Sistema de Alerta de Tsunamis del Pacífico de la UNESCO, describe el despliegue de una fibra no portadora de tráfico en el cable como algo similar a colocar alrededor de 70 sensores adicionales en el fondo marino. Esta mayor densidad de capacidades de monitoreo podría mejorar significativamente la red de sensores de tsunamis de Nueva Zelanda, proporcionando advertencias tempranas vitales tan pronto como se detecten cambios en las condiciones oceánicas. La alta actividad sísmica del Pacífico Sur lo convierte en un terreno de prueba ideal para esta tecnología pionera. El Científico Senior de Investigación del MSL, Dr. Johan Grand, enfatiza el potencial revolucionario de esta colaboración, afirmando que aborda brechas críticas en el monitoreo oceánico. La capacidad de analizar datos de la infraestructura submarina existente podría llevar a una detección más rápida y confiable de terremotos y análisis de corrientes oceánicas, salvando vidas y minimizando daños costeros. Con la capacidad de inferir la generación, dirección y proximidad de tsunamis a Nueva Zelanda y sus vecinos, los datos recopilados podrían integrarse sin problemas con los datos DART existentes, conocidos por su fiabilidad en la medición de alturas de olas. Este enfoque integral permite a los científicos no solo comprender la amenaza inmediata que representa un tsunami, sino también prever su evolución, incluidas las alturas de olas esperadas y los plazos seguros de evacuación. Esta iniciativa se alinea con los objetivos más amplios del Programa de Tsunami de la Década del Océano de la UNESCO-IOC, que busca mejorar los sistemas de alerta de tsunamis a nivel global. Para 2031, el objetivo es garantizar que el 100% de las costas en riesgo reciban advertencias oportunas y accionables. El Científico Principal Giuseppe Marra del NPL expresó su entusiasmo por el proyecto, señalando que las aguas que rodean Nueva Zelanda proporcionan un entorno de prueba ideal para esta tecnología. Él considera que la colaboración es un brillante ejemplo de cómo las asociaciones científicas pueden trascender barreras geográficas para fomentar la innovación que beneficia a comunidades de todo el mundo. A medida que los investigadores continúan recopilando datos hasta diciembre de 2025, son optimistas de que más refinamientos mejorarán la efectividad del método, allanando el camino para integrar infraestructura adicional en la red global de detección de tsunamis. Este esfuerzo no solo representa un avance en la preparación ante terremotos y tsunamis, sino que también demuestra el inmenso poder de la investigación colaborativa para abordar los complejos desafíos que plantean los desastres naturales. En una era donde los riesgos son altos para las poblaciones costeras, esta tecnología de vanguardia brilla como un rayo de esperanza. Como dice acertadamente el Dr. Fry, aprovechar el poder de los datos multidimensionales es la clave para fortalecer la resiliencia ante desastres naturales, fortificando, en última instancia, a las comunidades contra las fuerzas impredecibles de la naturaleza. Para aquellos que viven en áreas propensas a tsunamis, el mensaje sigue siendo claro: comprender las señales de advertencia naturales y actuar con rapidez frente al peligro es crucial. Cuando un terremoto es largo o fuerte, llegar a un lugar seguro es primordial.