Terapia asistida con animales transforma la salud mental en La Rioja

La terapia asistida con animales está ganando terreno como una metodología innovadora y efectiva en el ámbito de la salud mental y emocional. En La Rioja, centros hípicos y asociaciones han comenzado a implementar programas que utilizan caballos y perros como herramientas terapéuticas, ofreciendo un enfoque fresco y compasivo para mejorar la calidad de vida de personas con diversas condiciones. Estas iniciativas han demostrado ser especialmente beneficiosas para niños y adultos que enfrentan desafíos como el autismo, el alzhéimer y enfermedades oncológicas. Carmen Alonso, del centro hípico El Dorado, destaca la conexión única que se establece entre los beneficiarios y los caballos. Uno de los casos que más le ha impactado es el de un joven con autismo que, aunque no montaba, pasaba horas cepillando y observando a los caballos. Este vínculo, según las monitoras, mejoraba su comportamiento, lo que resalta la capacidad de los animales para influir positivamente en el bienestar emocional de las personas. La naturaleza de la terapia invita a los participantes a comprometerse con el proceso, creando un espacio donde pueden explorar sus emociones y desarrollar habilidades sociales de manera natural. Ana Rodríguez, directora del proyecto Dejando Huella, comparte la importancia de contar con un protocolo de entrenamiento para los perros de terapia. Este enfoque asegura que las intervenciones sean no solo efectivas, sino también seguras y enriquecedoras para todos los involucrados. Los perros, tras ser adecuadamente socializados y entrenados, se convierten en compañeros que facilitan la expresión emocional y ayudan a los participantes a superar barreras que de otro modo resultarían difíciles de franquear. La experiencia de las familias que participan en estas terapias es igualmente reveladora. Jenifer Martínez, madre de Mateo, un niño que ha superado un cáncer, describe cómo la interacción con los caballos en el centro hípico les ha permitido desconectar de las preocupaciones y miedos asociados a la enfermedad. Sofía Bezares, madre de Lara, también resalta la transformación que ha visto en su hija, quien ha dejado atrás el miedo a los animales y ha comenzado a interactuar con confianza tanto con los caballos como con sus compañeros. En contextos educativos, como en el IES D'Elhuyar de Logroño, los perros de terapia están siendo utilizados para ayudar a estudiantes con trastornos del espectro autista y problemas de salud mental. Mayte Gil, orientadora del centro, explica que la presencia de un animal reduce la ansiedad y fomenta la participación en clase. Los estudiantes se sienten más cómodos al interactuar con un perro, lo que facilita el aprendizaje y la regulación emocional. Este enfoque innovador transforma la dinámica del aula, convirtiendo la terapia en una experiencia gratificante y motivadora. Las intervenciones con animales no solo se limitan a los niños. En la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de La Rioja, los perros se utilizan para ofrecer estimulación cognitiva y emocional a personas en fases leves y moderadas de la enfermedad. Aitor Piñeiro, terapeuta ocupacional, destaca que estas sesiones no solo son beneficiosas para la autoestima, sino que también satisfacen las necesidades y deseos de los participantes, promoviendo un sentido de autonomía y decisión. El impacto positivo de la terapia asistida con animales se observa en múltiples facetas de la vida de los participantes. Desde mejoras físicas en términos de equilibrio y coordinación hasta beneficios emocionales como el aumento de la autoestima y la gestión de miedos, las intervenciones están diseñadas para adaptarse a las necesidades de cada individuo. Ana Magaña, quien trabaja con caballos para recuperar su movilidad tras una lesión cerebral, confirma que esta terapia le ha proporcionado no solo mejoras físicas, sino también una renovación en su confianza y bienestar emocional. La metodología utilizada en estos programas es estructurada y abarcativa, involucrando a un equipo multidisciplinario que incluye terapeutas, psicólogos y educadores. Cada sesión se adapta a las necesidades específicas de los participantes, asegurando que se aborden diversas áreas de desarrollo personal y emocional. Este enfoque integral es fundamental para el éxito de las terapias, garantizando que cada persona reciba el apoyo necesario para avanzar. En conclusión, la terapia asistida con animales está emergiendo como una herramienta poderosa en la promoción de la salud mental y emocional. La conexión que se establece entre los beneficiarios y sus compañeros animales no solo facilita la superación de desafíos personales, sino que también crea un entorno de apoyo y comprensión. A medida que estas prácticas continúan expandiéndose en La Rioja, el impacto positivo que generan en la vida de las personas se hace cada vez más evidente, ofreciendo esperanza y nuevas oportunidades para quienes enfrentan dificultades.