
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




Salvador Macip, un investigador con 25 años de experiencia en el estudio de la biología del cáncer y el envejecimiento, se encuentra en la vanguardia de la investigación sobre el alzhéimer y los fármacos antienvejecimiento. Su nuevo rol en el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), parte de la Fundación Pasqual Maragall, le permite dirigir un equipo que busca entender la neurodegeneración y su relación con este tipo de demencia. Según Macip, “estamos en la pista de despegue” para ralentizar el avance del alzhéimer y acercarnos a la posibilidad de desarrollar tratamientos que aborden el envejecimiento de manera más efectiva. Las líneas de investigación que se están trazando en la Fundación son tres. En primer lugar, Macip y su equipo están en la búsqueda de biomarcadores específicos en sangre o en el líquido cefalorraquídeo que permitan identificar mejor a los pacientes con alzhéimer. La identificación de estos biomarcadores es esencial para aplicar tratamientos personalizados, ya que la enfermedad no tiene una solución única que sirva para todos los pacientes. Macip señala que “no va a haber un tratamiento universal”, sino que es probable que diferentes pacientes respondan mejor a diferentes tipos de intervención. El segundo enfoque del equipo radicará en el desarrollo de nuevos fármacos. Macip sostiene que el alzhéimer podría estar relacionado con un envejecimiento acelerado del cerebro, lo que sugiere que los tratamientos antienvejecimiento podrían tener un efecto positivo sobre la enfermedad. Así, se plantea una investigación multidisciplinaria que no solo se centre en la acumulación de la proteína beta amiloide, sino que también considere cambios en el estilo de vida que puedan ralentizar el proceso degenerativo. En cuanto a qué área podría ofrecer resultados más rápidamente, Macip se muestra optimista respecto a los senolíticos, un tipo de fármaco que tiene como objetivo eliminar las células senescentes. Estos tratamientos están siendo objeto de numerosos ensayos clínicos y se ha demostrado su seguridad. Macip sugiere que podrían tener un impacto significativo en la prevención del deterioro cognitivo, aunque no necesariamente curen el alzhéimer. “Hay una relación bastante clara entre el envejecimiento excesivo del cerebro y el alzhéimer”, afirma. La reciente aprobación del fármaco Lecanemab por Europa ha generado un gran interés. Aunque se ha debatido su efectividad, dado que ralentiza el deterioro cognitivo en un 27%, Macip cree que es un avance significativo, aunque todavía se encuentre lejos de cumplir con todos los requisitos que se esperarían de un tratamiento eficaz. La llegada de este medicamento a España está sujeta a trámites burocráticos, y se espera que sea una realidad en el corto plazo. Sin embargo, Macip advierte que aunque estamos viendo avances, todavía hay un largo camino por recorrer antes de conseguir un tratamiento que transforme radicalmente la enfermedad. El investigador menciona que ahora estamos en una etapa inicial, y que el feedback de años de investigación comienza a dar sus frutos, lo que puede traducirse en mejores marcadores y en intervenciones más tempranas en el futuro. En el amplio campo del envejecimiento, Macip destaca que aunque ya se están vislumbrando resultados en patologías como el alzhéimer, la diabetes o la obesidad, la búsqueda de un fármaco que logre la eterna juventud sigue siendo un objetivo muy lejano. Para él, el principal objetivo es mejorar la calidad de vida, buscando alargar la salud en los últimos años de vida. El investigador también aborda la controvertida idea de la inmortalidad, que algunos expertos en la industria 'antiaging' predicen para el año 2045. Macip considera que aunque teóricamente posible, esta meta es sumamente lejana, y señala que aunque en laboratorio han logrado alargar la vida de mamíferos, la situación en humanos es diferente y más compleja. Dentro de la investigación sobre el envejecimiento, la inflamación crónica ha cobrado gran importancia. Macip explica que este fenómeno tiene un impacto significativo en el deterioro de los tejidos y, por ende, en el envejecimiento. Sin embargo, manipular y controlar la inflamación de manera efectiva es un desafío, dado que el cuerpo humano tiene mecanismos de contrarresto que dificultan su regulación. Finalmente, Macip refuerza la idea de que factores como la dieta y el ejercicio juegan un papel crucial en la lucha contra el envejecimiento. Una alimentación equilibrada, especialmente la dieta mediterránea, junto con la práctica regular de actividad física, puede reducir el riesgo de enfermedades y mejorar la longevidad celular. Sin embargo, resalta que no existen soluciones mágicas y que es vital concienciar a la población sobre estos aspectos para contribuir a una vida más saludable y prolongada.