El fascinante trayecto de Roma: de pastores a imperio en un nuevo libro histórico

La historia de Roma es rica en matices y contrastes, un relato que abarca desde sus humildes comienzos como una comunidad de pastores hasta convertirse en el vasto imperio que dominó gran parte de Occidente. Este fascinante trayecto se convierte en el eje central del nuevo libro del historiador Pedro Ángel Fernández Vega, "Historia de Roma. Orígenes", donde explora no solo los eventos históricos, sino también el trasfondo social, político y cultural que contribuyó a la formación de esta poderosa civilización. La narrativa comienza con la figura de Tarquinio el Soberbio, el último rey de Roma, cuyo reinado se vio marcado por la tiranía y la violencia. Su expulsión de Roma, tras el trágico suicidio de Lucrecia, a raíz de una violación que simbolizaba la opresión sobre las mujeres y la lucha por el poder, señala un punto de inflexión en la historia romana. Este episodio no solo refleja la brutalidad del liderazgo monárquico, sino que también se convierte en un catalizador para la transición hacia la República, donde la lucha entre patricios y plebeyos empezaría a definir el paisaje político de Roma. Un aspecto fascinante de esta obra es la exploración de los orígenes místicos de Roma, tales como la leyenda de Rómulo y Remo, que encapsula no solo la fundación de la ciudad, sino también la violencia intrínseca que subyace en el acto de gobernar. La historia de estos hermanos, con su trasfondo divino y el fratricidio que llevó a la creación de la ciudad, plantea preguntas sobre el poder y el sacrificio, un tema recurrente en los relatos históricos romanos. Fernández Vega también se adentra en la relación entre la religión y el poder político en Roma, destacando cómo los augurios y la consulta a los dioses se volvieron instrumentos de legitimación del poder. La sibila de Cumas, por ejemplo, ilustra cómo los romanos, al adquirir los libros oraculares, no solo buscaban guías espirituales, sino que también encontraron en ellos herramientas políticas para enfrentar crisis y legitimarse ante la población. Esto revela un entrelazado intrincado entre creencias y estructura de poder que perduró a lo largo de los siglos. El libro también pone de manifiesto el rol de las mujeres en la antigua Roma, un tema a menudo relegado en las narrativas tradicionales. Aunque su voz política era nula, sus cuerpos y destinos fueron utilizados para cimentar alianzas y consolidar el poder. Desde el sacrificio de Lucrecia hasta la intervención de las mujeres en la paz entre romanos y sabinos, el autor destaca cómo, a pesar de su marginación, las mujeres jugaron un papel fundamental en la construcción de la historia romana. A medida que Roma evolucionó hacia un sistema republicano, la lucha entre patricios y plebeyos se intensificó. Este conflicto no solo fue un motor de cambio social, sino que también dio pie a la creación de leyes fundamentales, como las XII Tablas, que buscaban salvaguardar derechos para las clases menos favorecidas. Sin embargo, el autor advierte que, aunque se instauraron reformas, las élites patricias se las arreglaron para mantener su hegemonía, dejando la verdadera igualdad como un objetivo distante. El concepto de populismo también se aborda en el análisis de las tensiones sociales de la época. Fernández Vega señala que el populismo surgió como una respuesta a las desigualdades económicas y fue contrarrestado por una clase senatorial que, al igual que en la actualidad, utilizaba tácticas de división para proteger sus intereses. Este ciclo de demandas y represiones se convierte en un reflejo de cómo la política romana se adaptaba a las circunstancias cambiantes, mientras que los ideales de libertad se veían constantemente cuestionados. En este contexto de luchas y transformaciones, el autor también se detiene en la función de la religión como un elemento fundamental en la vida pública romana. La manera en que los romanos se dirigían a sus dioses y la importancia que otorgaban a los augurios no solo revelan su devoción, sino también cómo estos rituales eran utilizados para manipular la opinión pública y consolidar el poder político. Finalmente, el libro concluye en un momento crucial de la historia de Roma, cuando las estructuras republicanas se consolidan a mediados del siglo V a.C. Sin embargo, se anticipan siglos de conflictos, inestabilidad y transformaciones que llevarían a Roma desde su fundación bajo el liderazgo de Rómulo hasta la caída del último emperador, Rómulo Augusto. Este recorrido invita a reflexionar sobre la naturaleza del poder y el legado que Roma ha dejado en el imaginario político contemporáneo. Fernández Vega ofrece una perspectiva renovadora que combina el rigor académico con una narrativa accesible, rescatando relatos que, aunque míticos, son fundamentales para entender la identidad romana. Su obra no solo es un viaje a través del tiempo, sino también un recordatorio de las complejidades que dan forma a nuestra comprensión de la historia y la política, un legado que sigue influyendo en nuestro presente.