Banco de España eleva proyección de PIB al 2,7% para 2025 en medio de riesgos

Banco de España eleva proyección de PIB al 2,7% para 2025 en medio de riesgos

El Banco de España eleva su pronóstico de crecimiento del PIB al 2,7% para 2025, aunque advierte sobre riesgos e incertidumbres globales.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Economía y Finanzas HACE 12 HORAS

El Banco de España ha dado a conocer sus proyecciones económicas para los próximos años, elevando su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2025 al 2,7%. Esta revisión al alza representa un aumento de dos décimas respecto a sus estimaciones anteriores y se enmarca en un contexto de crecimiento robusto para la economía española, que ha logrado un 3,2% en 2024, muy por encima del 0,9% registrado en el conjunto de la eurozona. Este desempeño sugiere que España podría estar en medio de un "oasis macroeconómico" que, sin embargo, no está exento de riesgos significativos. El crecimiento en España parece estar impulsado por una serie de factores favorables. Entre ellos, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha señalado que la inercia positiva del consumo privado, potenciado por un mercado laboral sólido y el aumento de las rentas de los hogares, está desempeñando un papel crucial. Además, se espera que la inversión recupere terreno, especialmente después de un sorprendente aumento en el cuarto trimestre del año pasado, donde se evidenció un crecimiento del 3% en inversión productiva. A pesar de estas proyecciones optimistas, el Banco de España ha alertado sobre la existencia de "extraordinaria incertidumbre" en sus estimaciones. El organismo enfatiza que los riesgos a la baja son significativos, y que diversos factores globales, como las tensiones geopolíticas y un posible aumento de aranceles, podrían afectar la actividad económica. De hecho, el informe no incluye explícitamente el impacto potencial de la creciente guerra comercial, lo que podría tener consecuencias adversas para la economía. La inflación también ha sido un punto de atención. El Banco de España ha elevado su pronóstico de inflación al 2,5%, un aumento que se atribuye a los precios energéticos en ascenso y a la prolongación de ciertas medidas de estímulo. La institución señala que, aunque se observan señales de estabilización en el proceso de desinflación a nivel global, el riesgo de resurgimiento de la inflación es latente, particularmente si las tensiones comerciales se intensifican. La demanda nacional se perfila como el principal motor de crecimiento para 2025. Se anticipa que el consumo privado crecerá un 3,3%, impulsado por la mejora de las rentas de los hogares, mientras que la demanda pública también contribuirá, aunque en menor medida, con un crecimiento del 2,2%. Sin embargo, la demanda exterior podría restar a este crecimiento, ya que se espera un incremento de las importaciones que superará al de las exportaciones. En el ámbito del empleo, las proyecciones son igualmente positivas, aunque moderadas. Se estima que la tasa de desempleo disminuirá al 10,5% en 2025, una reducción considerable desde el 11,3% de 2024. Aunque el crecimiento del empleo será más lento que en trimestres anteriores, la resiliencia del mercado laboral es un factor que el Banco de España considera fundamental para mantener el dinamismo de la economía. No obstante, el Banco de España se cuestiona la capacidad de la economía española para sostener un crecimiento superior al de sus principales socios comerciales, como Francia y Alemania. La posibilidad de que las exportaciones españolas no respondan a la actividad de estos países como lo han hecho históricamente plantea un desafío que podría reducir el ritmo de crecimiento proyectado. El contexto fiscal también se presenta con matices. Después de un déficit elevado del 3,4% del PIB en 2024, se prevé una mejora significativa, con un descenso al 2,8% en 2025. Este ajuste se debe al crecimiento de los ingresos públicos, que superan el de los gastos gracias a la robustez económica y al aumento de las rentas. Sin embargo, la deuda pública seguirá superando el 100% del PIB, aunque se espera una ligera reducción en su peso relativo. Finalmente, aunque el Banco de España ha presentado un panorama relativamente optimista para la economía española, la advertencia sobre la incertidumbre y los riesgos globales es un recordatorio de que el futuro económico siempre está sujeto a cambios imprevisibles. La interacción de factores internos y externos será crucial para determinar si España podrá navegar este complejo escenario y mantener su crecimiento en los próximos años.

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