La obsesión por la belleza: de la delgadez milenial a la piel perfecta actual

La obsesión por la belleza: de la delgadez milenial a la piel perfecta actual

Marina recuerda la obsesión por la delgadez en su juventud. Hoy, las nuevas generaciones enfrentan la presión por una piel perfecta, afectando su autoestima.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Mundo 07.03.2025
Marina, una mujer de 41 años, recuerda con nostalgia su adolescencia marcada por el culto a la delgadez que definía a la generación millenial. En aquellos días, el hueso de la cadera se convirtió en un símbolo de belleza, un ideal que, aunque ha evolucionado, sigue siendo una obsesión que persiste en la actualidad. En un periodo donde la cultura visual dominaba, las imágenes de modelos extremadamente delgadas como Natasha Poly y celebridades como Christina Aguilera dejaron una huella indeleble en la percepción de la belleza. La presión social para alcanzar estos estándares fue tan intensa que muchas mujeres, como Marina, se ven aún atrapadas en esos ideales. En el contexto actual, la Generación Z y la Generación Alpha se enfrentan a nuevas formas de presión estética. A pesar del auge del movimiento de "body positivity", el estigma en torno a la piel imperfecta ha tomado el relevo. La búsqueda de una piel "perfecta" se ha convertido en una obsesión que domina las plataformas sociales, especialmente TikTok. A través de innumerables vídeos y tutoriales, las jóvenes son bombardeadas con mensajes que promueven una apariencia inalcanzable, donde la textura de la piel, los poros y las arrugas son considerados defectos. Este cambio de enfoque revela que, aunque los cánones de belleza se transforman, la cultura de la insatisfacción persiste. Las generaciones más jóvenes se han visto inmersas en un entorno donde el cuidado de la piel es parte de su rutina diaria. A tan corta edad como diez años, muchas niñas pasan su tiempo libre en tiendas de cosméticos, fascinadas por productos de limpieza facial y maquillaje. Estas "Sephora Kids" buscan replicar la apariencia de las influencers en redes sociales, a menudo sin comprender que estas expectativas son, en gran medida, irreales. Así como las millenials lucharon por alcanzar el ideal de delgadez, las más jóvenes están atrapadas en la búsqueda de la piel perfecta, lo que puede tener consecuencias devastadoras en su salud mental y autoestima a largo plazo. El director de la Escuela de Moda del IED Madrid, Federico Antelo, señala que cada cambio en los estándares de belleza refleja un cambio cultural más amplio. La delgadez de los años 2000 respondió a un cambio en la percepción de la moda, pero ahora, el foco ha cambiado hacia la piel. Las líneas de expresión y los signos de envejecimiento han tomado el lugar de la talla 0 como el nuevo enemigo, creando un ciclo interminable de insatisfacción. Este fenómeno se ve alimentado por la presión constante de las redes sociales, donde los estándares de belleza se amplifican y se perpetúan en un ciclo que parece no tener fin. La psicóloga clínica Ana Kovacs advierte que la presión social puede definir la identidad de una generación. Los mensajes culturales sobre la imagen corporal y la alimentación han evolucionado, pero la esencia sigue siendo la misma: la sensación de no ser suficiente. La búsqueda insaciable de la perfección puede llevar a problemas de autoestima, insatisfacción personal y trastornos alimentarios, reflejando un patrón preocupante en la salud mental de las generaciones actuales. La nueva obsesión por el cuidado de la piel ha generado un aumento en el consumo de productos que, en muchos casos, no son adecuados para las jóvenes. Dermatólogos han reportado un incremento en casos de irritación y acné en adolescentes que utilizan cosméticos agresivos, imitando los hábitos de influencers. Esta tendencia no solo afecta la piel, sino que también puede dejar cicatrices emocionales profundas, ya que el mensaje de que "no se vale envejecer" se convierte en un mantra. El mercado de productos de cuidado de la piel para niños y adolescentes ha crecido de manera exponencial, generando ingresos que alcanzan miles de millones de dólares. Se proyecta que esta tendencia seguirá en aumento, lo que plantea preguntas sobre la ética de dirigir productos de belleza a un público tan joven. Las marcas están respondiendo a esta demanda, pero es imperativo cuestionar las consecuencias de fomentar la inquietud por la apariencia desde una edad tan temprana. La influencia de las redes sociales en las percepciones de belleza es innegable. Los algoritmos de plataformas como TikTok amplifican la exposición a estándares de belleza poco realistas, creando un entorno donde el "skincare" y la juventud de la piel se convierten en el objetivo. Este fenómeno se traduce en un aumento de trastornos como la cosmeticorexia, que involucra el uso excesivo de productos para el cuidado de la piel en un intento por alcanzar ideales inalcanzables. Es fundamental que tanto la sociedad como los padres y educadores tomen conciencia de cómo estos estigmas afectan a las nuevas generaciones. Debería existir un empoderamiento que fomente la aceptación de la diversidad corporal y la belleza en sus múltiples formas. La conversación debe dirigirse hacia la salud holística, abordando no solo la apariencia física, sino también el bienestar mental y emocional. Finalmente, mientras los ideales de belleza y los cánones estéticos continúan evolucionando, es crucial reflexionar sobre los efectos a largo plazo de estas obsesiones en la juventud. La historia nos ha enseñado que cada generación enfrenta sus propios desafíos en cuanto a la imagen corporal. Sin embargo, a medida que avanzamos, debemos trabajar juntos para romper el ciclo de insatisfacción y cultivar una cultura que celebre la autenticidad, la diversidad y el amor propio.
Ver todo Lo último en El mundo