Jadiya de Marruecos cumple 18 años y se proyecta como símbolo de modernidad real

Jadiya de Marruecos cumple 18 años y se proyecta como símbolo de modernidad real

La princesa Jadiya de Marruecos cumple 18 años, asumiendo un rol simbólico como primera dama en un momento de modernización de la monarquía.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 28.02.2025
Jadiya de Marruecos ha alcanzado este viernes su mayoría de edad, marcando un hito significativo en la historia de la monarquía alauí. La princesa, que cumple 18 años, se está proyectando simbólicamente como la 'primera dama' de Marruecos, en medio de un contexto donde su figura se vuelve cada vez más relevante, especialmente tras el divorcio de sus padres en 2018. Este evento ha dejado un vacío en la representación femenina de la familia real, un rol que poco a poco empieza a asumir la joven princesita, quien ha estado alejada de las cámaras y el bullicio mediático durante gran parte de su infancia. Su entrada en la vida pública no ha sido sencilla. Durante años, la princesa Jadiya se mantuvo alejada de la atención mediática, un hecho que ha cambiado en los últimos meses, cuando comenzó a aparecer en actos oficiales y a hacerse notar en el protocolo real. A pesar de que constitucionalmente no tiene derecho al trono —un privilegio reservado para su hermano mayor Mulai Hasán—, su creciente presencia en el escenario real indica que podría convertirse en un símbolo moderno de la monarquía marroquí. Las imágenes filtradas de la joven princesa disfrutando de unas vacaciones en Mikonos, junto a su madre y su hermano, revelan un lado más desenfadado de la realeza. Esta visión de Jadiya, con su estilo fresco y contemporáneo, contrasta con la imagen más tradicional de la dinastía alauí, sugiriendo un cambio que podría resonar con las nuevas generaciones de marroquíes. Su apariencia y su enfoque hacia la vida parecen alinearse con una modernización de la institución real que, aunque siempre ha sido respetada, busca adaptarse a los tiempos actuales. La historia de Jadiya no solo es la de una joven princesa, sino también la de un legado familiar. Su nombre es un homenaje a la primera esposa del profeta Mahoma, un símbolo de confianza y respeto en la cultura marroquí. Desde su infancia, ha sido objeto de atención pública y de rituales que celebran su llegada a este mundo, siendo colmada de regalos por la casa real en su cumpleaños. No obstante, a diferencia de su hermano, quien ha tenido un papel protagónico en la vida pública desde joven, la princesa ha vivido una existencia más discreta, centrada en sus estudios y en el aprendizaje de varios idiomas. Con el regreso de la familia real a la escena oficial, se abre un nuevo capítulo en la historia de la monarquía marroquí. La asistencia de Jadiya a eventos importantes y su reciente aparición junto al presidente francés Emmanuel Macron marcan su debut en el protocolo real, destacando su rol como embajadora de Marruecos en el extranjero. Esto también sugiere una necesidad de contar con una figura femenina que represente la modernidad y el avance hacia una sociedad más inclusiva. Además de su debut en el ámbito diplomático, el cumpleaños de Jadiya se enmarca en un contexto de crisis económica en Marruecos, exacerbada por una prolongada sequía. Esta situación ha llevado a su padre, el rey Mohamed VI, a tomar decisiones difíciles, como la cancelación de la celebración religiosa de la Fiesta del Cordero, lo que refleja la responsabilidad y realidad que enfrenta la monarquía en estos tiempos complicados. En este sentido, la presencia de Jadiya podría ser vista como una luz de esperanza y renovación en un país que atraviesa desafíos significativos. Sin embargo, la situación del rey también ha puesto en relieve la vulnerabilidad de la monarquía. Las recientes noticias sobre su salud, que lo han mantenido alejado de los eventos públicos, hacen que su presencia en la escena política sea crucial. La transición hacia la nueva generación, representada por el príncipe heredero y su hermana, está siendo observada con atención tanto en el ámbito nacional como internacional. La familia real marroquí, con la figura de Jadiya emergiendo como un icono en la modernización de la monarquía, enfrenta el reto de mantener su relevancia y conexión con la población. La princesita representa no solo la continuidad de la dinastía, sino también la posibilidad de un cambio que podría resonar en toda la región. A medida que el país navega por tiempos inciertos, la figura de Jadiya podría convertirse en un símbolo de esperanza y modernidad para un futuro que, aunque incierto, promete ser diferente. Con su mayoría de edad, la princesa Jadiya de Marruecos se encuentra en un momento crucial de su vida, donde el peso de la tradición y el deseo de modernización entran en juego. Su papel como primera dama simbólica de la monarquía podría ser el comienzo de una nueva era, donde la juventud y la modernidad se entrelazan con la rica historia cultural de Marruecos. La mirada está puesta en ella, y el futuro de la monarquía podría verse influenciado por los pasos que decida dar en este nuevo capítulo de su vida.
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