Terremotos sísmicos en Santorini generan nuevos conocimientos sobre antiguos tsunamis y la resiliencia humana.

Terremotos sísmicos en Santorini generan nuevos conocimientos sobre antiguos tsunamis y la resiliencia humana.

La investigación de la Prof. Beverly Goodman Tchernov sobre tsunamis antiguos se ve reavivada por los recientes terremotos en Santorini, fusionando conocimientos del pasado y del presente sobre desastres naturales.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En una notable intersección entre el pasado y el presente, la reciente actividad sísmica en Santorini ha proporcionado una rara oportunidad para la profesora Beverly Goodman Tchernov, una geoarqueóloga marina de la Universidad de Haifa. Este enero, mientras se encontraba en la pintoresca isla griega, se halló en el epicentro de más de 1,200 terremotos, un evento que preocupaba a los expertos por la posibilidad de que culminara en un terremoto catastrófico y un tsunami. Los temblores, considerados los más significativos en la memoria reciente, reavivaron la extensa investigación de la profesora Goodman Tchernov sobre antiguos tsunamis y eventos sísmicos en el Mediterráneo, particularmente la infame erupción del volcán de Santorini hace aproximadamente 3,600 años. “Teníamos terremotos todo el tiempo”, recordó Goodman Tchernov, describiendo cómo sentía el suelo temblar múltiples veces cada hora. La experiencia fue un profundo recordatorio de la volatilidad geológica de la isla y una demostración en vivo de los fenómenos que ha estudiado durante décadas. Invitada originalmente a liderar una expedición de campo bajo la alianza europea de universidades CIVIS, Goodman Tchernov fue la última miembro del personal docente que permaneció, ya que otros colegas se retiraron debido a preocupaciones de seguridad derivadas de los crecientes terremotos. El drama sísmico en desarrollo creó un telón de fondo único para que ella guiara a los estudiantes a través de una recreación natural de la historia geológica antigua. Su viaje de investigación comenzó con un depósito geológico aparentemente inocuo a lo largo de la costa de Israel que insinuaba actividad de tsunamis antiguos. Las investigaciones posteriores culminaron en hallazgos significativos, incluida evidencia sólida de un colossal tsunami provocado por la erupción volcánica de Santorini durante la Edad de Bronce, un evento que ha desconcertado a los investigadores durante mucho tiempo debido a la ausencia de fosas comunes a pesar de las estimaciones que sugieren decenas de miles de víctimas. Su descubrimiento en 2022 en Çeşme, Turquía, marcó un avance significativo: un esqueleto encontrado en una depresión en forma de concha, un remanente del antiguo tsunami. Este hallazgo abrió nuevas avenidas para identificar a las víctimas de tsunamis en contextos arqueológicos, sugiriendo que muchas habían pasado desapercibidas en excavaciones anteriores. A medida que su investigación ha progresado, también lo ha hecho el paisaje de la región. El reciente ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre llevó a la guerra, impactando las operaciones de su equipo de investigación. No obstante, sus colegas enfatizaron su importancia para el proyecto, negándose a avanzar sin su participación. Tal solidaridad refleja el compromiso con su objetivo compartido y el reconocimiento de su papel fundamental en su trabajo. Los terremotos de enero no solo contribuyeron a su investigación académica, sino que también proporcionaron información sobre el comportamiento humano durante eventos sísmicos. Goodman Tchernov observó cómo los residentes de la isla tomaron decisiones pragmáticas ante el peligro, contrastando las respuestas variadas según la edad, las responsabilidades familiares y las limitaciones económicas. “Las decisiones humanas—ya sea quedarse o irse—son bastante fascinantes”, señaló, enfatizando la diferencia entre las discusiones teóricas y las experiencias vividas. Estas observaciones han enriquecido su comprensión de cómo las poblaciones antiguas podrían haber reaccionado ante amenazas similares, y la idea de que los terremotos previos a la erupción actuaron como un sistema de advertencia para la catastrófica erupción es una teoría que está ansiosa por explorar más a fondo. A medida que la actividad sísmica se calma gradualmente, Goodman Tchernov planea regresar a Santorini para realizar investigaciones submarinas, cumpliendo con estrictos protocolos de seguridad para mitigar riesgos. Su trabajo no solo sirve para desentrañar los misterios de las catástrofes antiguas, sino que también ofrece perspectivas contemporáneas sobre nuestra vulnerabilidad ante desastres naturales. En sus palabras, la relevancia de estudiar estos eventos antiguos se extiende mucho más allá de la mera curiosidad histórica. Es un esfuerzo crucial que nos informa sobre nuestros riesgos actuales y nos prepara para los desafíos que se avecinan. A través de su investigación, los recientes temblores de Santorini actúan como un puente que conecta a la sociedad moderna con sus predecesores antiguos, iluminando las luchas atemporales contra las fuerzas de la naturaleza.
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