FEMA se retira de su papel en el código de construcción, lo que genera preocupaciones sobre la preparación ante desastres.

FEMA se retira de su papel en el código de construcción, lo que genera preocupaciones sobre la preparación ante desastres.

FEMA se ha retirado del desarrollo de códigos de construcción para la resiliencia ante desastres, lo que ha generado preocupaciones sobre la seguridad pública en medio del aumento de desastres relacionados con el clima.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En un cambio significativo de política, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) se ha retirado de su papel de larga data en el desarrollo de códigos de construcción destinados a fortalecer los hogares contra los estragos de huracanes, inundaciones y otros desastres naturales. Durante los últimos 25 años, FEMA ha sido fundamental en la creación y promoción de estándares de construcción que no solo han salvado vidas, sino que también han mitigado sustancialmente las pérdidas económicas asociadas con tales desastres. Sin embargo, la reciente directiva de la Administración Trump de cesar su participación en estos esfuerzos señala un alejamiento de prácticas que históricamente han priorizado la resiliencia ante desastres. La investigación de NPR ha revelado que FEMA está retractando su nombre de recomendaciones críticas que había presentado previamente al Consejo Internacional de Códigos (ICC, por sus siglas en inglés), que es responsable de formular los códigos de construcción utilizados por los estados y gobiernos locales en todo el país. La retirada de la agencia se produce en un momento en que el país enfrenta una creciente frecuencia y gravedad de desastres relacionados con el clima, siendo las inundaciones responsables de un costo promedio de 46 mil millones de dólares anuales. Los expertos en desastres están expresando su preocupación por esta tendencia inquietante. Chad Berginnis, Director Ejecutivo de la Asociación de Administradores de Zonas Inundables de los Estados, subrayó la importancia de la asociación de FEMA en la construcción de un futuro resiliente, enfatizando que cuando está en juego la seguridad de las familias, los códigos de construcción robustos son una consideración crítica. El ICC está actualmente en proceso de actualizar sus estándares, que son adoptados por varias jurisdicciones locales y estatales, y la desconexión de FEMA de este proceso genera alarmas sobre las posibles implicaciones para la seguridad pública y la preparación comunitaria. El movimiento para distanciar a FEMA de la reforma de códigos de construcción parece alinearse con una crítica más amplia de algunos legisladores republicanos, quienes han etiquetado tales regulaciones como onerosas y gravosas para la industria de la construcción. Esta perspectiva se basa en preocupaciones sobre los costos asociados con la implementación de códigos de construcción más estrictos, a pesar de que investigaciones indican que los códigos modernos han generado miles de millones en ahorros al prevenir daños relacionados con desastres. Expertos, incluyendo a Rob Moore del Consejo de Defensa de Recursos Naturales, argumentan que en una era de cambio climático, la relevancia de los códigos de construcción ha aumentado. Él señala que la infraestructura que construimos hoy debe estar equipada para resistir las realidades de un clima cambiante, y ignorar las lecciones históricas de desastres anteriores sería un grave error. Las recientes reducciones de personal de FEMA, que resultaron en la despedida de más de 200 empleados, están aumentando las preocupaciones sobre la preparación de la agencia para las próximas temporadas de huracanes e incendios forestales. La agencia, que ha enfrentado escasez crónica de personal, ahora se encuentra aún menos equipada para responder efectivamente a emergencias. Precedentes históricos, como las secuelas del huracán Andrew, demuestran cómo las lecciones aprendidas de las experiencias de desastre han informado mejores prácticas y códigos de construcción. A medida que el ICC avanza hacia la finalización de su próximo conjunto de estándares, la ausencia de la orientación y experiencia de FEMA podría obstaculizar el progreso que se ha logrado en el refuerzo de la resiliencia comunitaria. Los críticos comparan esta retirada con la eliminación de una supervisión crítica de seguridad, similar a que el gobierno federal se aleje de su compromiso con las investigaciones de seguridad en el transporte. Las implicaciones de este cambio de política van más allá de los edificios residenciales; amenazan con interrumpir importantes mecanismos de financiamiento vinculados a la mitigación de inundaciones, con muchas subvenciones federales condicionadas a la adherencia a estándares de construcción actualizados. Esto podría dejar a las comunidades más vulnerables a futuros desastres, exacerbando el ya preocupante impacto del cambio climático. A medida que el ICC continúa su trabajo en códigos de construcción, la llamada a un FEMA fuerte y proactivo se vuelve cada vez más urgente. Los expertos abogan por un regreso a la priorización de la preparación ante desastres, instando a que las lecciones aprendidas de catástrofes recientes deben guiar nuestra forma de abordar la construcción y las regulaciones de seguridad en los años venideros.
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