El aumento sísmico del monte Spurr genera preocupaciones de erupción cerca de Anchorage, Alaska.

El aumento sísmico del monte Spurr genera preocupaciones de erupción cerca de Anchorage, Alaska.

Los científicos advierten sobre una posible erupción en el Monte Spurr, Alaska, a medida que aumenta la actividad sísmica, con un 50% de probabilidad de un evento inminente.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Desastres Naturales HACE 19 HORAS

Los científicos están monitoreando de cerca el Monte Spurr, un volcán de 11,000 pies de altura ubicado a solo 77 millas de Anchorage, Alaska, ya que está experimentando un aumento significativo en la actividad sísmica, lo que indica una posible erupción en un futuro cercano. Según los expertos del Observatorio de Volcanes de Alaska (AVO), ahora hay un 50-50 de posibilidades de que el Monte Spurr pueda erupcionar, un escenario que los residentes de Anchorage y las áreas circundantes están observando con preocupación. En los últimos 10 meses, el número de terremotos en la región se ha disparado. Inicialmente, se registraban un promedio de 30 terremotos por semana, cifra que ha aumentado a aproximadamente 125 por semana desde principios de octubre. Esta actividad sísmica incrementada, que comenzó en abril de 2024, se cree que es impulsada por el nuevo magma que asciende bajo el volcán, un desarrollo que a menudo precede a una erupción. En caso de una erupción, el Monte Spurr podría producir explosivas nubes de ceniza, destructivos deslizamientos de tierra conocidos como lahares, y flujos piroclásticos de movimiento rápido que podrían descender por las laderas del volcán a velocidades superiores a 200 mph. Afortunadamente, los expertos señalan que actualmente no hay comunidades en el camino directo de estos peligrosos flujos, lo que podría mitigar algunos riesgos inmediatos. Sin embargo, la posibilidad de caída de ceniza plantea una amenaza significativa para la salud. La ceniza volcánica puede causar problemas respiratorios y se ha relacionado con varias toxinas, lo que genera alarmas sobre el posible impacto en la salud pública. La última erupción del Monte Spurr en 1992 sirve como un recordatorio contundente del poder del volcán. Ese evento siguió a un período similar de actividad sísmica aumentada, resultando en una enorme columna de ceniza que alcanzó los 65,000 pies y depositó alrededor de un cuarto de pulgada de ceniza en Anchorage. Durante esa erupción, se recomendó a la mayoría de los residentes que permanecieran en interiores o que usaran mascarillas al estar afuera, mientras que los aeropuertos locales enfrentaron interrupciones, ya que las partículas de ceniza volcánica son notorias por causar fallos en los motores a reacción. Matt Haney, el científico a cargo en el AVO, destacó las posibles consecuencias de una nueva erupción, especialmente dado el aumento del tráfico aéreo dentro y fuera de Anchorage desde el evento de 1992. "Una gran nube de ceniza también podría afectar los vuelos que atraviesan Alaska en su camino entre América del Norte y Asia", señaló, enfatizando las implicaciones más amplias de la actividad volcánica en los viajes aéreos. A pesar de las señales alarmantes, los expertos advierten que también es posible que la actual actividad sísmica disminuya sin llevar a una erupción. Existen precedentes históricos, incluidos los años 2004 y 2005, cuando la actividad sísmica aumentada en el Monte Spurr no culminó en una erupción. Además, aunque hay una posibilidad teórica de una erupción desde el conducto de la cumbre, no se han registrado erupciones allí desde que comenzó el registro. Con la actividad sísmica ahora trasladada más cerca del conducto lateral del Pico del Cráter, los expertos creen que este conducto lateral es el sitio más probable para cualquier erupción futura. El AVO está en alta alerta, preparado para monitorear cualquier signo de cambios adicionales en la actividad sísmica. Dichos cambios podrían incluir un aumento en los terremotos, temblores sostenidos, incremento en las emisiones de gases y cambios en la deformación de la superficie que podrían indicar que el magma se está moviendo más cerca de la superficie. Mientras los residentes permanecen vigilantes, el AVO asegura al público que están equipados para proporcionar actualizaciones oportunas y mantener los esfuerzos de monitoreo frente a esta situación en evolución. La comunidad científica está preparada para lo que pueda venir, esperando navegar la delgada línea entre la alerta y la sobrerreacción mientras mantienen un ojo atento en el comportamiento del volcán en los días y semanas siguientes.

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