
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




En los últimos meses, la región del Mediterráneo-Balcánico ha sido sacudida por un considerable aumento en la actividad sísmica, lo que ha llevado a los expertos a examinar las implicaciones de estos eventos. La renombrada sismóloga Ana Mladenović ha emitido alertas sobre la inusual frecuencia y magnitud de los recientes terremotos, y aunque la región es conocida por su actividad tectónica, los patrones actuales han generado preocupación. Mladenović, hablando en Blic TV, enfatizó que las áreas del Mediterráneo y los Balcanes están entre las más activas sísmicamente en el mundo. "No es sorprendente que estemos experimentando terremotos aquí", comentó. Sin embargo, destacó una tendencia peculiar: la ocurrencia de muchos terremotos de magnitud similar en un período relativamente corto de tiempo. "Esto es inusual", afirmó, explicando que típicamente, los terremotos más fuertes son seguidos por réplicas más débiles. La activación continua de las mismas fallas sin las variaciones esperadas plantea preguntas dentro de la comunidad científica. Además, se cierne la posibilidad de un terremoto más fuerte, particularmente en Grecia, que recientemente experimentó 550 eventos sísmicos alarmantes en solo tres días. Los expertos temen que el estrés acumulativo en las fallas de esta región podría liberarse pronto en un temblor más significativo, representando riesgos no solo a nivel local, sino potencialmente cruzando fronteras hacia territorios vecinos. Si bien Mladenović descartó una correlación directa entre la actividad volcánica y estos recientes terremotos, reconoció que ciertas condiciones podrían llevar a erupciones volcánicas, aunque no es probable que ocurran en un futuro inmediato. "El magma debe formarse primero bajo condiciones específicas antes de que pueda ascender a la superficie", aclaró. Una de las preocupaciones más urgentes planteadas por Mladenović es la posibilidad de un tsunami en el mar Adriático. Existen precedentes históricos, con estudios que indican que los terremotos han desencadenado tsunamis en la región en el pasado. Sin embargo, advirtió que para que ocurra un tsunami, deben cumplirse varias condiciones específicas, incluyendo un movimiento descendente del lecho marino durante un terremoto. Este tipo de evento sísmico es mucho menos común en cuerpos de agua más pequeños en comparación con los océanos más grandes. A medida que la conversación se desplaza hacia las implicaciones más amplias de la actividad sísmica, los expertos están poniendo su mirada en Turquía como un posible epicentro para terremotos más fuertes en un futuro cercano. Mladenović señaló la aparición de una grieta en la placa tectónica a lo largo de la frontera turca, sugiriendo que las fuerzas geológicas en juego podrían conducir a eventos sísmicos significativos. Más cerca de casa, Mladenović ha pronosticado un posible terremoto con una magnitud de alrededor de 5 en la escala de Richter en la región de Šumadija en Serbia dentro de la próxima década, basándose en estudios geológicos y datos históricos. Si bien aseguró que Serbia está en gran medida aislada de terremotos más fuertes—cualquier cosa por encima de una magnitud de 6 es poco probable dado su distancia de las principales fuentes de estrés tectónico—destacó la necesidad de estar alerta y preparados. En resumen, aunque la región del Mediterráneo-Balcánico sigue siendo un hervidero de actividad sísmica, los patrones peculiares observados en los últimos meses presentan una narrativa compleja y en evolución. Con expertos como Ana Mladenović a la vanguardia de esta investigación, el enfoque sigue siendo comprender las causas subyacentes y las posibles consecuencias de estos terremotos, mientras las comunidades se preparan para la posibilidad de temblores más fuertes y sus efectos en cascada.