La princesa Ana declara que no tiene planes de jubilación y promete continuar con sus deberes reales sin descanso.

La princesa Ana, a menudo llamada la "royal que más trabaja", ha afirmado firmemente que la jubilación no está en sus planes. En una reciente entrevista con la Press Association, la princesa real, de 74 años, expresó su firme compromiso con sus deberes reales, enfatizando que la idea de dar un paso atrás simplemente "no es realmente una opción". Esta declaración es particularmente significativa, ya que se produce en un momento en que la familia real enfrenta varios desafíos, incluidos problemas de salud y el legado de una "monarquía reducida" que su hermano, el rey Carlos, había imaginado. Durante su entrevista, Ana comentó: "No creo que haya un programa de jubilación en esta vida particular", subrayando su creencia de que su papel dentro de la familia real y en el ojo público sigue siendo tan vital como siempre. Su compromiso con los deberes reales se pone de manifiesto en su participación con más de 300 organizaciones benéficas y entidades tanto en el Reino Unido como en el extranjero, lo que es un testimonio de su dedicación de larga data al servicio público, que comenzó con su primer compromiso público a los 18 años. Los expertos en la realeza no se sorprenden de la determinación de Ana de continuar con su servicio. La locutora británica Helena Chard señaló que la aguda inteligencia y experiencia de Ana son esenciales para el funcionamiento de la monarquía, especialmente en un momento en que la familia real busca mantener su relevancia y apoyo público. Richard Fitzwilliams, comentarista real, mencionó que la idea de una monarquía reducida ya es una realidad, señalando que las salidas del príncipe Andrés y el duque y la duquesa de Sussex han reducido significativamente el número de royals activos. Las recientes preocupaciones de salud dentro de la familia real han enfatizado aún más la importancia de la presencia constante de Ana. En enero de 2023, tanto el rey Carlos como Kate Middleton enfrentaron serios problemas de salud, lo que ejerció una presión adicional sobre los royals restantes para cumplir con sus obligaciones públicas. Esta tensión fue evidente mientras los deberes reales continuaban en medio de la enfermedad, haciendo que la fiabilidad de Ana fuera aún más crucial. A pesar de enfrentar sus propios desafíos, incluida una grave conmoción cerebral por un incidente relacionado con un caballo en junio de 2024, la princesa Ana hizo un rápido regreso al servicio público, demostrando su resiliencia y compromiso. Ian Pelham Turner, experto en la realeza, señaló que muchos creían que esta lesión podría obstaculizar su trabajo, pero ella reanudó rápidamente sus deberes, reflejando la ética laboral inculcada en ella por su difunta madre, la reina Isabel II. El reciente regreso de Ana incluyó un viaje internacional a Sudáfrica, marcando un reinicio positivo para su papel. Tales compromisos refuerzan su reputación como un miembro dedicado de la familia real, que a menudo es vista como un modelo a seguir para la generación más joven. Chard destacó la estrecha relación entre Ana y su sobrina, la princesa Charlotte, señalando que Ana está lista para guiar a Charlotte mientras navega por sus deberes reales en el futuro. Los comentaristas reales especulan que el enfoque firme de Ana hacia el servicio podría servir como una valiosa lección para los royals más jóvenes, ejemplificando un modelo de fiabilidad y dedicación que resuena con el público británico. A pesar del paisaje cambiante de la monarquía, donde las nuevas generaciones pueden adoptar diferentes estrategias en sus roles, la actitud empresarial de Ana y su impresionante total de 457 compromisos reales el año pasado, superando con creces los de su hermano Carlos y otros royals senior, consolidan aún más su posición como un miembro indispensable de la familia real. A medida que la monarquía se adapta a las expectativas y desafíos contemporáneos, la determinación de la princesa Ana de seguir activa y comprometida podría servir como una fuerza estabilizadora mientras el rey Carlos guía a su familia hacia el futuro. Con la familia real enfrentando escrutinio y cambios, su inquebrantable compromiso con sus deberes es visto como un faro de fiabilidad, tranquilizando a aquellos que apoyan la institución de la monarquía.