Irene Montero publica un libro donde denuncia la traición del PSOE y su lucha política

Irene Montero publica un libro donde denuncia la traición del PSOE y su lucha política

Irene Montero publica "Algo habremos hecho", donde denuncia la ofensiva del PSOE y critica a excompañeros, generando elogios y controversia.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Irene Montero, exministra y actual europarlamentaria, ha llamado la atención con su reciente publicación, "Algo habremos hecho", donde se presenta como una víctima del PSOE y denuncia lo que califica como una "reaccionaria ofensiva judicial" dirigida contra ella y su partido, Podemos. En este libro, la política vaticina una redención futura para su carrera y pone de manifiesto una serie de desencuentros con sus antiguos aliados. Esta obra ha suscitado tanto elogios como críticas, dejando claro que la política española sigue polarizada y marcada por la presión mediática y las luchas internas entre las formaciones progresistas. A través de sus memorias, Montero no solo repasa sus experiencias dentro del gobierno de coalición, sino que también intenta establecer un relato que la coloque en una posición de lucha y resistencia. Con un tono que recuerda a sus discursos de campaña, se dirige a los lectores con un mensaje claro: la oposición en su contra no es solo política, sino también judicial y mediática. En este sentido, sus palabras evocan un sentido de victimización que resuena entre aquellos que se sienten marginados por las estructuras de poder tradicionales. Montero critica abiertamente a sus excompañeros del PSOE, a quienes acusa de traicionar a los ideales progresistas y de haber abandonado a la clase trabajadora. Se refiere a figuras como Pedro Sánchez y María Jesús Montero, acusándolos de haber contribuido a un contexto en el que la vivienda es menos accesible que nunca y donde los desahucios siguen siendo una dura realidad para muchos españoles. Esta crítica se enmarca en un análisis más amplio sobre las promesas incumplidas de un gobierno que, según ella, ha perdido de vista a sus votantes. A pesar de los logros que sugiere haber alcanzado, como avances en derechos democráticos y feministas, Montero parece tener una visión distorsionada de la realidad actual. La falta de mejoras en cuestiones críticas como el desempleo, la desigualdad y la crisis habitacional se contrasta con su optimismo inquebrantable, dejando a muchos lectores con la sensación de que la desconexión entre la política y la vida cotidiana es más palpable que nunca. El libro, aunque presentado como un testimonio personal, en realidad es el resultado de conversaciones con su jefa de comunicación, Lidia Rubio. Este hecho ha llevado a cuestionar la autenticidad del relato y la profundidad de las reflexiones que se presentan. A medida que se avanza en su lectura, el lector puede notar la repetición de frases hechas y el tono mitinero característico de Montero, lo que puede restarle credibilidad a su mensaje. Es significativo que Montero, en sus páginas, se aferre a la figura de Pablo Iglesias, su mentor y exlíder de Podemos, como un símbolo de resistencia y esperanza. A pesar de las críticas hacia la "progresía política y mediática", su afirmación de que "sin Pablo Iglesias no se puede entender el siglo XXI español" pone de manifiesto su necesidad de reivindicar una figura que, en su opinión, ha sido fundamental en la historia reciente de España. Sin embargo, la crítica recibida por el libro sugiere que muchos ven en estas memorias un intento de desviar la atención de la falta de logros tangibles durante su mandato. La afirmación de que "algo habrán hecho" puede interpretarse como un intento de justificar el fracaso colectivo y de anhelar un cambio que, hasta el momento, parece esquivo. La frustración acumulada en la ciudadanía se contrasta con su mensaje de optimismo, lo que subraya la desconexión que muchos sienten hacia los representantes políticos. Mientras Montero aboga por un cambio social y político, el trasfondo de su discurso evoca un sentido de lucha que resuena con la experiencia de muchos en un contexto de crisis. Sin embargo, la pregunta que persiste es si su mensaje tendrá la capacidad de movilizar a los votantes o si, por el contrario, se convertirá en un eco de las promesas no cumplidas que han caracterizado a su partido. La existencia de una "guerra sucia judicial" y la percepción de asedio mediático que Montero expone, aunque puede ser real, también refleja una política en la que la victimización se ha convertido en una herramienta discursiva, utilizada para justificar fracasos en lugar de abordar directamente los problemas que afectan a la sociedad. Este enfoque podría resultar contraproducente, ya que muchos electores buscan soluciones concretas en lugar de narrativas de lucha. En última instancia, "Algo habremos hecho" ofrece una visión de la política desde la perspectiva de quien se siente marginado, pero también plantea interrogantes sobre la capacidad de los líderes para conectar con la realidad de sus seguidores. El desafío que enfrenta Montero y su partido es doble: no solo deben ganar la batalla mediática, sino también demostrar que sus políticas pueden conducir a un cambio real y positivo en la vida de los españoles.

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