Reyes de Europa recuerdan el Holocausto y contrastan reacciones de la monarquía

Reyes de Europa recuerdan el Holocausto y contrastan reacciones de la monarquía

Los Reyes de España rinden homenaje en Auschwitz, resaltando las diversas posturas de monarquías europeas durante el Holocausto.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Mundo 27.01.2025

El reciente homenaje realizado por los Reyes Felipe VI y Letizia, junto a otras casas reales, en Auschwitz, reabre un doloroso capítulo de la historia que pone de relieve las diferentes reacciones de las monarquías europeas ante el horror del nazismo. A medida que el mundo recuerda las atrocidades cometidas durante el Holocausto, es vital indagar en el papel que jugaron los monarcas y príncipes de la época, desde aquellos que se alinearon con el régimen nazi hasta los que arriesgaron sus vidas para ayudar a las víctimas del genocidio. El Holocausto es una de las tragedias más atroces que ha vivido la humanidad, y la indiferencia de muchos líderes, incluidos algunos miembros de la realeza, ante el sufrimiento de los judíos es desconcertante. Aunque la extensión de la barbarie nazi no se hizo plenamente visible hasta después de la Segunda Guerra Mundial, algunos príncipes y reyes hicieron elecciones que cambiaron el rumbo de muchas vidas. Amadeo-Martín Rey Cabieses, experto en historia real, ofrece un panorama sobre estas decisiones, contrastando a quienes se opusieron y a quienes apoyaron el ideario hitleriano. Entre los nombres más notorios, se encuentran aquellos que representaron la lealtad al régimen nazi. El príncipe Augusto Guillermo de Prusia, por ejemplo, no solo se unió al Partido Nazi, sino que también ocupó un puesto en las SA, las milicias nazis. Su creencia de que Hitler restauraría a la dinastía Hohenzollern refleja una postura que, lamentablemente, fue compartida por otros miembros de la nobleza. El rey Víctor Manuel III de Italia, por su parte, promulgó leyes raciales que llevaron a la muerte a miles de judíos italianos, un hecho que su familia ha tenido que confrontar incluso décadas más tarde. Aunque el apoyo al nazismo fue un fenómeno que se extendió por varias casas reales, también existieron figuras que se levantaron en contra de la tiranía. Uno de ellos fue el príncipe heredero Rupprecht de Baviera, quien rechazó las ofertas de Hitler para restaurar la monarquía en su región. Asimismo, el rey Haakon VII de Noruega y su hijo, el rey Olav V, se alzaron como símbolos de resistencia ante la opresión, mostrando una firme oposición a los ataques nazis. La historia también nos presenta a Isabel Bowes-Lyon, la Reina Madre británica, quien se convirtió en un símbolo de resistencia durante los bombardeos de Londres. Su decisión de permanecer en el país y compartir las dificultades con su pueblo la hizo destacar en un momento en que las monarquías podían haber optado por la seguridad personal. Su famosa frase, "Me alegro de que fuéramos bombardeados", subraya su inquebrantable espíritu frente a la adversidad. En este contexto, la figura de la princesa Alicia de Battenberg también merece ser resaltada. Mientras tres de sus hijas se unieron a oficiales nazis, su propia acción en la salvación de una familia judía en Grecia, escondiéndola de la Gestapo, muestra un coraje notable. Este acto de humanidad, arriesgando su vida, se contrasta con la actitud de otros miembros de la aristocracia que eligieron ignorar la persecución. El caso de Dinamarca durante la ocupación nazi resalta el poder de la resistencia civil, en la que la familia real jugó un papel simbólico crucial. La colaboración entre ciudadanos daneses y la monarquía permitió salvar a cerca de 8.000 judíos, un testimonio del valor de la solidaridad en tiempos de horror. Mientras que algunos reyes y príncipes se alinearon con los nazis, otros, como el rey Gustavo VI Adolfo de Suecia, se manifestaron públicamente en favor de ofrecer asilo a los perseguidos. Estas decisiones, tomadas en momentos críticos, moldearon el destino de muchos y reflejan cómo la posición de una monarquía puede influir en el curso de la historia. A medida que se conmemora el 80º aniversario de la liberación de Auschwitz, es fundamental recordar no solo las atrocidades sino también los actos de heroísmo que surgieron en respuesta. Las lecciones de la historia nos enseñan que el silencio y la complicidad pueden llevar a tragedias inimaginables, mientras que la valentía y la compasión pueden salvar vidas y dar esperanza en los momentos más oscuros. El reconocimiento de la historia de las monarquías durante el Holocausto no solo es un tributo a las víctimas, sino también un llamado a la responsabilidad y a la acción. En la actualidad, es imperativo que las figuras de poder, incluidas las monarquías, se erijan en defensa de los derechos humanos y la dignidad de todos los pueblos, aprendiendo de las lecciones del pasado para construir un futuro más justo y humano.

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