La entrevista de Lynn Ngugi revela inquietantes prácticas de culto en la controversia de una iglesia keniana.

En un giro dramático de los acontecimientos para la personalidad de los medios kenianos Lynn Ngugi, su reciente entrevista con la exmiembro de la iglesia Josephine Lwal ha desatado un acalorado debate sobre las prácticas similares a cultos que supuestamente son prevalentes en una iglesia prominente liderada por el autoproclamado 'Profeta Más Poderoso', Elijah. La entrevista, que se volvió viral poco después de su lanzamiento el 23 de enero, ha atraído una atención significativa, acumulando más de 500,000 vistas e incendiando discusiones sobre la influencia de líderes carismáticos en entornos religiosos. Josephine Lwal, una exmiembro de la iglesia, relató de manera asertiva sus experiencias que pintaron un cuadro perturbador de la vida bajo las estrictas doctrinas de la iglesia. Al unirse durante sus años universitarios, describió un ambiente lleno de manipulación, tácticas de miedo y aislamiento del mundo exterior. A medida que ascendía en las filas de liderazgo de la iglesia, las inquietantes prácticas se volvieron más difíciles de ignorar. Con una narrativa conmovedora, Josephine destacó la abrumadora presión para conformarse a códigos de vestimenta específicos y la carga financiera impuesta a los miembros, señalando que la vestimenta más económica de la iglesia costaba más de Sh5000, lo que puede ser una cantidad significativa para muchos. Una de las revelaciones más alarmantes fue la manipulación de los títulos bíblicos por parte del líder de la iglesia y la insidiosa forma en que fomentaba un ambiente de miedo entre los congregantes. Josephine relató cómo los miembros fueron condicionados a referirse al pastor con títulos grandiosos como 'El Todopoderoso' y 'Profeta Más Poderoso', cuestionando las implicaciones de tales auto-referencias infladas. "Los milagros no son una medida del entorno divino. Cualquiera puede hacerlo", afirmó, enfatizando que la legitimidad de un líder espiritual no debería depender únicamente de los milagros que realicen, sino más bien de su carácter y las enseñanzas que profesan. La cultura del miedo dentro de la iglesia se destacó aún más a través del relato de Josephine sobre las amenazas emitidas por el pastor hacia aquellos que se atrevían a irse. Al abandonar la iglesia, ella y otros miembros fueron advertidos de graves consecuencias, con amenazas de condenación eterna planeando sobre ellos. Esta táctica de infundir miedo es una estrategia común utilizada por muchos cultos para mantener el control sobre sus seguidores, y las experiencias de Josephine resuenan con muchos que se han encontrado atrapados en situaciones similares. A raíz de la viralidad de la entrevista, las reacciones han llegado de los internautas, muchos de los cuales comparten sus propios encuentros inquietantes y otros que desaprueban las prácticas de la iglesia. Aunque Lynn y Josephine se abstuvieron de nombrar la iglesia directamente, la especulación apunta hacia la Iglesia de la Santidad y el Arrepentimiento, liderada por otra figura controvertida, el Profeta David Owuor. Las repercusiones de la entrevista escalaron rápidamente cuando Lynn reveló que el líder de la iglesia había supuestamente dirigido a sus seguidores a reportar el video en un intento de que fuera eliminado de YouTube. Respondiendo a esta directiva, Lynn expresó escepticismo sobre la capacidad del pastor para manejar la situación por sí mismo, cuestionando con humor: "Dado que es un gran hacedor de milagros, ¿por qué no hace un milagro rápido y hace que el video desaparezca de YouTube?" Este comentario destaca no solo la absurdidad de la situación, sino también el creciente escrutinio sobre la autoridad y la influencia de los líderes religiosos. A medida que se desarrollan las discusiones en torno a las revelaciones de Josephine, muchos se quedan reflexionando sobre las implicaciones más amplias de las dinámicas de poder dentro de las instituciones religiosas. La entrevista de Lynn ha suscitado un diálogo necesario sobre las responsabilidades de las organizaciones religiosas y la importancia de proteger a las personas de posibles explotaciones. Mientras las alabanzas llegan por arrojar luz sobre cuestiones tan críticas, otros critican a Lynn por lo que perciben como un ataque a una iglesia en particular, subrayando las complejidades de navegar la fe y el escepticismo en la sociedad contemporánea. En última instancia, la entrevista se erige como un testimonio del coraje de aquellos dispuestos a hablar en contra de prácticas que consideran dañinas, abriendo caminos a discusiones más profundas sobre la responsabilidad, la transparencia y la necesidad de reformas dentro de las comunidades religiosas.