La FDA prohíbe el colorante Rojo 3, un paso importante para la seguridad alimentaria en medio de preocupaciones sobre el riesgo de cáncer.

La FDA prohíbe el colorante Rojo 3, un paso importante para la seguridad alimentaria en medio de preocupaciones sobre el riesgo de cáncer.

La FDA ha prohibido el colorante artificial Rojo 3 en los alimentos debido a riesgos de cáncer, tras una petición tardía de defensores de la salud, que entrará en vigor en 2027.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En un movimiento decisivo para la salud pública y la seguridad, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) ha prohibido oficialmente el colorante artificial conocido como Rojo 3 en el suministro de alimentos del país, un paso significativo casi 35 años después de que se prohibiera en cosméticos debido a su posible riesgo de cáncer. Esta prohibición tan esperada responde a una petición presentada por una coalición de defensores de la seguridad alimentaria y la salud, enfatizando la necesidad de regulaciones más estrictas respecto a sustancias consideradas dañinas para los consumidores. El Rojo 3, también identificado como eritrosina o FD&C Rojo No. 3, se utiliza comúnmente para impartir un vibrante color rojo a varios productos alimenticios, incluidos caramelos, pasteles de merienda y cerezas al marrasquino. La decisión de la FDA se alinea con evidencia de estudios que indican que el colorante está relacionado con el cáncer en ratas de laboratorio, lo que genera preocupaciones sobre sus implicaciones para la salud humana. En un comunicado, Jim Jones, el comisionado adjunto de la FDA para alimentos humanos, aclaró que, aunque los hallazgos científicos apuntan a un riesgo de cáncer en ratas, el mecanismo por el cual el colorante induce cáncer en estos animales no parece traducirse a los humanos. El organismo regulador ha establecido un cronograma para que los fabricantes de alimentos y los productores de medicamentos ingeridos cumplan con la prohibición, otorgándoles hasta enero de 2027 y enero de 2028, respectivamente, para eliminar el colorante de sus productos. Este cronograma refleja un compromiso con la protección de los consumidores, al tiempo que permite a las empresas adaptarse a los nuevos requisitos. Aunque el colorante aún está permitido en ciertas aplicaciones en otros países, cualquier alimento importado vendido en EE. UU. debe adherirse a estos nuevos estándares. Los defensores de los consumidores han aclamado la acción de la FDA como una corrección muy esperada a lo que muchos consideran un enfoque inconsistente en la seguridad alimentaria. El Dr. Peter Lurie, director del Centro para la Ciencia en el Interés Público, que encabezó la petición, señaló: "Esta es una acción bienvenida, pero muy tardía, de la FDA: eliminar el insostenible doble rasero en el que el Rojo 3 fue prohibido en lápiz labial pero permitido en caramelos." Esta declaración subraya la creciente demanda pública de una supervisión más estricta de los aditivos alimentarios y un deseo de transparencia en el suministro de alimentos. Sin embargo, la prohibición podría no estar exenta de controversia. Los expertos sugieren que los fabricantes de alimentos podrían presentar desafíos legales contra la decisión, particularmente dado que no hay evidencia concluyente que demuestre que el Rojo 3 causa cáncer en humanos. El comisionado de la FDA, Dr. Robert Califf, reconoció el potencial de disputas legales durante una audiencia en el Congreso, indicando que la agencia necesitaría un respaldo científico sólido para resistir cualquier desafío en los tribunales. "Cuando prohibimos algo, irá a la corte... Y si no tenemos la evidencia científica, perderemos en los tribunales," declaró Califf, destacando el delicado equilibrio entre la protección del consumidor y la aplicación de regulaciones. A medida que la FDA avanza con esta prohibición, representa un punto crítico en la política de seguridad alimentaria, reflejando una creciente conciencia y respuesta a los riesgos para la salud asociados con los aditivos alimentarios. Las implicaciones de esta decisión podrían allanar el camino para una mayor supervisión regulatoria de los colorantes y otras sustancias en el suministro de alimentos, marcando un cambio hacia una protección más robusta del consumidor en los próximos años.

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