Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los recientes incendios catastróficos en Los Ángeles han puesto de manifiesto una necesidad urgente de investigaciones exhaustivas e imparciales sobre sus causas y consecuencias. Con vidas perdidas y daños estimados en cientos de miles de millones, los riesgos son altos, y las discusiones en torno a estos desastres a menudo se han convertido en un intercambio de culpas entre funcionarios de la ciudad, líderes estatales y el gobierno federal. El debate en curso ha resaltado la necesidad de un estudio nacional y no partidista que guíe la preparación y gestión de desastres en el futuro. Como profesor de ingeniería con más de cuatro décadas de experiencia estudiando desastres, sostengo que la complejidad de estos incendios va más allá de lo que es inmediatamente evidente. Factores como la mala gestión de los recursos hídricos, el apoyo inadecuado en la lucha contra incendios, los recortes de financiación a los departamentos de bomberos y la implacable fuerza del cambio climático se han identificado como elementos contribuyentes. Sin embargo, la verdadera profundidad de la crisis puede radicar en una comprensión más amplia de cómo las acciones—o inacciones—humanas interactúan con los eventos naturales. El senador estadounidense Adam Schiff ha destacado la necesidad de una revisión independiente y multidisciplinaria de los incendios en Los Ángeles, reflejando un sentimiento de que una investigación exhaustiva es esencial para una respuesta efectiva ante desastres. Los precedentes históricos establecidos por investigaciones sobre desastres significativos, como el accidente nuclear de Three Mile Island y el derrame de petróleo de BP en Deepwater Horizon, ilustran el papel crítico que las comisiones independientes pueden desempeñar en la revelación de los fracasos sistémicos que a menudo subyacen a tales eventos. Estas revisiones no solo brindan claridad sobre los fallos que contribuyeron a los desastres, sino que también ofrecen recomendaciones prácticas para la prevención futura. Las investigaciones sugieren que los desastres naturales desencadenan una compleja interacción de respuestas sociales que pueden mitigar o exacerbar sus efectos. En el caso de los incendios en Los Ángeles, las investigaciones iniciales se han centrado de manera estrecha en problemas específicos, como la insuficiencia de hidrantes en ciertos vecindarios. Sin embargo, este enfoque carece de la perspectiva integral necesaria para abordar la multitud de factores contribuyentes que afectan a diferentes regiones. Para garantizar una revisión exhaustiva, propongo que el Congreso dirija a las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina a establecer una comisión independiente para investigar los incendios de Los Ángeles. Esta organización tiene una sólida reputación por producir informes no partidistas y científicamente creíbles, que podrían ofrecer valiosas perspectivas sobre cómo prepararse y responder mejor a desastres similares en el futuro. Las lecciones aprendidas de los incendios en Los Ángeles van más allá de California; sirven como una advertencia para comunidades en todo el país. A medida que el cambio climático se intensifica, se espera que la frecuencia y severidad de los eventos climáticos extremos aumenten. Esta realidad requiere un cambio de paradigma en cómo los municipios abordan la planificación de desastres y la gestión de riesgos. Las estrategias tradicionales que se han empleado pueden no ser suficientes frente a amenazas que evolucionan rápidamente. Las agencias gubernamentales en todos los niveles deben reevaluar sus estrategias de respuesta a emergencias y estar preparadas para enfrentar escenarios que antes podrían haber parecido implausibles. Con el marco adecuado en su lugar, informado por una investigación exhaustiva de los eventos recientes, podemos mejorar nuestra resiliencia ante los desastres del mañana. En la estela de los incendios en Los Ángeles, es imperativo que adoptemos un enfoque visionario hacia la preparación ante desastres, uno que reconozca la interacción entre las elecciones humanas y los factores ambientales. Al fomentar una cultura de indagación y colaboración, podemos equiparnos mejor para los desafíos que se avecinan y trabajar para salvaguardar nuestras comunidades de los devastadores impactos de tales desastres.