Aumento del presupuesto real británico genera descontento y críticas en la sociedad

Aumento del presupuesto real británico genera descontento y críticas en la sociedad

El aumento del presupuesto de la familia real británica genera descontento entre ciudadanos, quienes piden mayor transparencia y reducción de gastos.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Mundo 14.01.2025

El reciente aumento del presupuesto asignado a la familia real británica ha generado un descontento significativo en el Reino Unido, poniendo de manifiesto un profundo descontento entre los ciudadanos. Desde que el rey Carlos III asumió el trono tras el fallecimiento de la reina Isabel II, ha enfrentado un creciente escrutinio sobre la gestión de las finanzas de la monarquía, especialmente en un contexto económico delicado que afecta a la gran mayoría de la población. La controversia comenzó cuando el rey solicitó en julio del año pasado un incremento de la Subvención Soberana, que es la asignación anual que el Tesoro británico destina a la familia real. Este aumento, programado para entrar en vigor en el ejercicio fiscal 2025-2026, representa un incremento sobresaliente de más del 50% respecto al presupuesto anterior, elevándolo de 86.3 millones de libras a 132 millones de libras al año. Esta decisión ha sido recibida con críticas contundentes, dado que se traduce en un desembolso adicional de 45 millones de libras, lo que equivale a alrededor de 54 millones de euros. Desde el Palacio de Buckingham, la justificación del monarca para este aumento se centra en la necesidad de financiar proyectos de renovación de la flota aérea real y las costosas reformas en el Palacio de Buckingham. Estas reformas, que comenzaron en 2017, han superado los 300 millones de euros y se proyecta que costarán en total 445 millones. La lentitud de estas obras y su impacto en los ingresos generados por el turismo han contribuido a alimentar la percepción de un gasto excesivo e innecesario en tiempos de austeridad. Las reacciones de descontento no han tardado en llegar. La Subvención Soberana se financia con dinero de los contribuyentes, y muchos ciudadanos consideran inaceptable que este gasto aumente en un momento en que servicios públicos esenciales, como la educación y la sanidad, enfrentan recortes presupuestarios. Un residente de Londres, indignado, expresó: “Es una bofetada para los ciudadanos comunes que luchan por llegar a fin de mes mientras la monarquía disfruta de privilegios inauditos”. La manifestación de este sentimiento de frustración ha sido evidente, con grupos como Republic, que aboga por la abolición de la monarquía, alzando sus voces. Graham Smith, su líder, ha declarado que el gasto de la familia real no solo debería mantenerse, sino que debería reducirse drásticamente. La preocupación se acentúa al ver que mientras el gobierno lucha por cumplir con las necesidades básicas de los ciudadanos, la familia real se permite un incremento en su presupuesto. Un factor adicional que ha contribuido al descontento es el modelo de financiación de los ducados de Lancaster y Cornualles, que generan ingresos significativos para la familia real. Un reciente documental reveló que estos terrenos son alquilados a instituciones públicas, lo que ha llevado a cuestionar la moralidad de esta práctica. Los grupos opositores argumentan que los ingresos de estos terrenos deberían ser gestionados por el Estado en lugar de por la familia real, de modo que los beneficios pudieran destinarse al Tesoro Público. A medida que la indignación colectiva crece, algunos parlamentarios han comenzado a proponer una revisión del sistema de financiación de la monarquía. Desde el palacio, se ha afirmado que la Subvención Soberana será reevaluada en la sesión parlamentaria correspondiente al ejercicio 2026-2027, aunque el aumento de este año no será revertido. Esta postura ha dejado a muchos en la población sintiéndose aún más frustrados. Este episodio subraya la complejidad de la relación entre la monarquía y una ciudadanía cada vez más crítica. Mientras algunos ven a la monarquía como un símbolo de unidad y continuidad, otros consideran que los costos asociados son demasiado altos frente a los beneficios percibidos. La familia real enfrenta, sin duda, un desafío significativo en cuanto a cómo se adapta a un contexto en el que la transparencia y la rendición de cuentas son cada vez más demandadas por la sociedad. El periodista Richard Palmer ha comentado que los días de la familia real cumpliendo con más de tres mil compromisos anuales parecen haber quedado atrás. La percepción actual es que los ciudadanos sienten que están recibiendo menos a cambio de un gasto creciente. Es crucial que la monarquía no solo sea eficaz, sino también que demuestre un compromiso con la transparencia y la responsabilidad ante una sociedad que busca respuestas. A medida que se intensifica el debate sobre la Subvención Soberana y los ingresos de la familia real, el futuro de la monarquía británica parece estar en una encrucijada. Con un movimiento republicano en crecimiento y una población que se vuelve cada vez más consciente de las desigualdades económicas, el tiempo dirá si la familia real podrá adaptarse a las demandas de un Reino Unido en constante cambio, o si esta crisis será el preludio de un cambio más profundo en la estructura de poder en el país.

Ver todo Lo último en El mundo