Barquisimeto enfrenta crisis sanitaria: escasez de medicamentos agrava enfermedades crónicas

Barquisimeto, la capital del estado Lara, se enfrenta a una de las más cruentas realidades del sector salud en Venezuela. La escasez de medicamentos y tratamientos adecuados ha convertido la atención médica en un desafío casi insuperable para los pacientes que padecen enfermedades crónicas y complejas. No solo se trata de condiciones difíciles de manejar, sino de un contexto que agrava aún más la lucha diaria por la salud. Dentro de las patologías que más preocupan a los profesionales de la salud y a los pacientes en la región, se encuentran el cáncer, la insuficiencia renal, la diabetes, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y las enfermedades intestinales. Cada una de estas condiciones representa no solo un reto médico, sino también una carga económica que muchas familias no pueden soportar. Particularmente alarmante es la situación de los pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales, como la Colitis Ulcerosa y la Enfermedad de Crohn. La Fundación Larense de Pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (Fudaeii) ha alertado sobre la escasez de medicamentos esenciales, tales como la Mesalazina y la Azatioprina. Muchos pacientes se ven obligados a buscar estas medicinas en mercados paralelos, donde los precios han aumentado drásticamente. Un claro ejemplo es un paciente que reportó que el costo de una caja de Mesalazina ha saltado de entre 9 y 13 dólares a 23 dólares, incrementando el gasto mensual a más de 150 dólares, lo que se vuelve inalcanzable para la mayoría. La diabetes, otra de las enfermedades crónicas que afecta a una gran parte de la población larense, también se encuentra en una situación crítica. La escasez de insulina y otros medicamentos como la metformina obliga a los pacientes a recurrir al mercado negro o a importar tratamientos de alto costo, lo que les coloca en una encrucijada entre seguir sus tratamientos y caer en la pobreza extrema. Esta realidad incrementa el riesgo de complicaciones severas que podrían derivar en la muerte. En el caso del VIH, más de 2.200 personas en el estado Lara están en una situación de desesperación. La falta de acceso a antirretrovirales ha llevado a algunos pacientes a abandonar su tratamiento, mientras que otros llegan a los centros de salud en estados terminales, sin haber recibido la atención médica adecuada. Autoridades como el doctor Ruy Medina y Deyanira Gentile han advertido que la escasez de pruebas diagnósticas ha convertido al VIH en una de las enfermedades más desafiantes de tratar en la región. Los pacientes con insuficiencia renal sufren una doble carga: por un lado, la falta de tratamientos adecuados y, por otro, la crisis en los servicios públicos. La escasez de cupos en las unidades de diálisis y la falta de insumos médicos hacen que muchos no puedan recibir la atención necesaria. Carmen Padilla, una paciente renal, señala que los medicamentos básicos del Seguro Social son insuficientes y que muchas consultas deben ser costeadas de forma privada, algo imposible para la mayoría. El cáncer, que afecta a un creciente número de larenses, presenta igualmente un panorama desolador. La carencia de equipos médicos y tecnología adecuada, así como la falta de medicamentos, obstaculiza el tratamiento de diversas formas de cáncer, desde el cerebral hasta el de mama. Especialistas como el cirujano Fernando Tilo Gómez han señalado un notorio aumento en los diagnósticos de cáncer de mama, con hasta seis nuevos casos en solo una semana, una tendencia alarmante que resalta la desidia del sistema de salud. La crisis sanitaria que vive Venezuela no solo es el resultado de las enfermedades en sí, sino también de un sistema de salud que ha colapsado. La falta de medicamentos, el deterioro de los servicios de salud y la precariedad de recursos convierten la lucha de estos pacientes en una batalla en múltiples frentes. No solo están luchando contra sus enfermedades, sino que también se ven obligados a enfrentarse a un sistema que debería ser su apoyo. La situación en Barquisimeto es un claro reflejo de la crisis sanitaria que golpea a todo el país, y el sufrimiento de los pacientes es un testimonio de la urgencia de cambios significativos en el sector salud. Sin acceso a tratamientos adecuados y con un sistema de salud que no responde a sus necesidades, los pacientes no solo enfrentan enfermedades, sino la amenaza constante de una vida de sufrimiento y precariedad. En conclusión, las cinco enfermedades más difíciles de tratar en Barquisimeto no son solo un problema médico; son un llamado a la acción para repensar y revitalizar un sistema de salud que, en este momento, está fallando a sus ciudadanos. La esperanza de una atención digna y accesible es un derecho que todos merecen, y es hora de que la sociedad, junto con las autoridades, busque soluciones para enfrentar esta alarmante crisis.