Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
DKV, una de las principales aseguradoras en España, ha anunciado su decisión de retirarse del concierto de Muface, una medida que afectará a 1,5 millones de funcionarios y a sus familias. Esta noticia ha generado un gran revuelo en el ámbito de la sanidad pública y ha dejado a Asisa como la única opción válida para los funcionarios que buscan cobertura de salud a través de este servicio. La empresa ha argumentado que la retirada se debe a las pérdidas económicas que ha venido sufriendo en esta actividad, una situación que se ha vuelto insostenible. Desde su entrada en el convenio de Muface, DKV ha estado proporcionando atención sanitaria a un total de 199.619 funcionarios y sus familias. Sin embargo, con la prórroga de tres meses que ha ordenado el Gobierno, la aseguradora continuará brindando sus servicios hasta que esta finalice, lo que significa que los afectados tendrán que buscar un nuevo proveedor de asistencia sanitaria poco después de su salida definitiva. Este escenario plantea un desafío significativo para los beneficiarios, quienes deberán adaptarse a las nuevas condiciones y opciones disponibles. Uno de los puntos centrales de la controversia ha sido la discusión sobre la subida de las primas. DKV había solicitado un aumento del 41% para 2025, mientras que la propuesta de la Administración era un incremento acumulado del 33,5% para los años 2025, 2026 y 2027. Estas diferencias sustanciales en las expectativas de ajuste de tarifas han llevado a un punto de quiebre en la relación entre la aseguradora y el sistema de Muface, dejando claro que las negociaciones no estaban alineadas con las necesidades financieras de DKV. La salida de DKV de Muface se produce en un contexto en el que Adeslas también había tomado la misma decisión el pasado 28 de diciembre. Estos movimientos generan una preocupación considerable sobre la estabilidad del mercado de seguros para funcionarios públicos, y la capacidad de Asisa para cubrir la demanda generada por la pérdida de estas aseguradoras. La presión se intensifica en un entorno en el que la sanidad pública y la salud de los funcionarios son temas muy sensibles y críticos. Asisa, que es la única aseguradora que queda en competencia para el contrato, ha manifestado su interés en continuar ofreciendo cobertura a los funcionarios. Sin embargo, este interés se presenta a pesar de las pérdidas que ha venido enfrentando en este segmento del mercado. La compañía está actualmente analizando las condiciones de la licitación lanzada por la Administración, que está abierta a cualquier compañía de seguros que quiera participar. El plazo para que las aseguradoras se unan a este servicio termina el próximo miércoles 15, lo que añade urgencia a la situación. Mientras tanto, Asisa está evaluando sus opciones y la viabilidad de adherirse al convenio, lo que representa una oportunidad para que mantenga su presencia en un mercado que se está volviendo cada vez más competitivo y complicado. La decisión que tome en los próximos días será crucial no solo para su futuro, sino también para la continuidad de la cobertura sanitaria de un amplio número de funcionarios. Además, es importante señalar que la salida de DKV no se limita únicamente a Muface. La aseguradora también ha decidido no adherirse al convenio de Mugeju, la mutualidad de los jueces, para 2025 y 2026. Esta decisión refuerza la percepción de que hay un cambio significativo en la estrategia de DKV en lo que respecta a su participación en mutualidades y seguros públicos. El impacto de estas decisiones se sentirá a largo plazo, tanto en el ámbito de la salud pública como en la relación entre las aseguradoras y el Estado. Los funcionarios, que dependen de una atención médica de calidad, tendrán que adaptarse a esta nueva realidad y a la centralización de la oferta en manos de una sola compañía. A medida que se aproxima la fecha límite para las inscripciones en el nuevo convenio, la incertidumbre se cierne sobre el futuro de la atención sanitaria para los trabajadores del sector público. En última instancia, este episodio evidencia las complexidades a las que se enfrenta el sistema de salud en España. Con la presión de las pérdidas económicas, las exigencias administrativas y la creciente demanda de servicios, es crucial que se encuentren soluciones sostenibles que garanticen que los funcionarios y sus familias reciban la atención médica que necesitan sin interrupciones ni recortes en la calidad del servicio.