Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El 14 de enero de 2024 marcó un hito en la historia de Dinamarca, cuando Federico de Dinamarca ascendió al trono de manera inesperada tras la abdicación de su madre, la reina Margarita. Este movimiento sorpresivo no solo conmovió a la nación, sino que también generó un interés mediático sin precedentes, dado el largo reinado de Margarita, que se había mantenido firme y respetada durante 52 años. La proclamación de Federico como rey, en la que destacó su lema "Unidos y comprometidos por el Reino de Dinamarca", prometía un nuevo capítulo en la historia de la Casa Real danesa, un capítulo que ha estado marcado por retos y logros. A pesar del sorprendente cambio en la cima de la monarquía, la reina Margarita se retiró con dignidad y reconocimiento, dejando un legado de apoyo en la institución. Durante su reinado, la popularidad de la monarquía creció considerablemente, pasando del 42% al 80% de respaldo entre los daneses. Este aumento en la aprobación se traduce en una percepción positiva hacia Federico, quien, en su primer año como rey, cuenta con un 80% de popularidad, aunque un 66% de los encuestados considera que aún tiene un camino por recorrer para igualar el impacto de su madre. La figura de la reina Margarita sigue siendo una sombra alargada en el nuevo reinado de Federico, quien ha sido consciente de la responsabilidad que implica ocupar el trono. En su discurso inicial, Federico expresó su admiración por su madre y su deseo de ser un rey que se adapte a los tiempos modernos. Este reconocimiento de su predecesora ha sido clave en su primer año en el trono, donde ha tratado de mantener la continuidad y al mismo tiempo introducir cambios que reflejen las demandas de la sociedad contemporánea. El primer año de Federico y Mary como reyes ha estado marcado por una serie de eventos y actividades que han solidificado su posición en la esfera pública. Su participación en el Día de la Constitución en Copenhague y las visitas a los reinos escandinavos, así como a Groenlandia e Islas Feroe, han puesto de manifiesto su compromiso con la diplomacia y la unidad en la región. Estos viajes, realizados a bordo del yate real Dannebrog, no solo reafirmaron la cooperación entre estos países, sino que también establecieron el papel de la nueva pareja real en la esfera internacional. Sin embargo, no todo ha sido sencillo para la nueva monarquía. La familia real enfrenta tensiones internas, especialmente con el príncipe Joaquín, quien ha expresado su descontento con su lugar en la jerarquía. Este conflicto ha sido un tema recurrente en los medios, y la decisión de la reina Margarita de quitar los títulos a los hijos de Joaquín ha dejado claro que la familia real debe navegar por aguas complicadas en el futuro. A medida que Federico se establece en su papel, la gestión de estas relaciones familiares se convierte en un tema crucial para su reinado. El príncipe Christian, el nuevo heredero, también ha comenzado a tomar forma en el nuevo orden. Su reciente mayoría de edad le ha permitido asumir un rol más activo, aunque hasta ahora ha optado por un año sabático que le ha llevado a África. Con su ingreso al ejército programado para el próximo año, el futuro del príncipe Christian parece estar enmarcado por la tradición militar que caracteriza a las familias reales europeas, al igual que sus homólogos en otros países. Por otro lado, Mary ha aprovechado su posición como reina consorte para reinventar su papel en la monarquía. Desde su llegada a Dinamarca desde Australia, ha demostrado su capacidad para adaptarse y ser un referente en temas contemporáneos, lanzando iniciativas como pódcast sobre la soledad y el bienestar juvenil. Su enfoque práctico y accesible ha contribuido a fortalecer la imagen de la monarquía como una institución relevante en la sociedad danesa actual. El primer año de reinado ha transcurrido con una notable calma, y las únicas controversias han sido mínimas, como un viaje privado de Federico en momentos de preocupación de salud sobre su madre. Esta gestión del tiempo y la atención a la nación han demostrado que la pareja tiene una comprensión de la importancia de su papel en la vida pública danesa, aunque los desafíos internos continúan en la familia real. A medida que el año se acercó a su fin, el rey Federico y la reina Mary se enfrentan a un futuro que, aunque lleno de posibilidades, también está impregnado de retos inherentes a la gestión de una monarquía moderna. La percepción elevada de Federico, aunque admirable, también establece un estándar alto que debe cumplir, mientras que la historia de la reina Margarita sigue viva en la memoria colectiva del país. El verdadero éxito de Federico y Mary reside en su capacidad para equilibrar la tradición con la modernidad, logrando que la monarquía no solo sobreviva, sino que prospere en el tiempo que les espera.