Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los investigadores están monitoreando de cerca el Axial Seamount, un volcán submarino ubicado aproximadamente a 470 kilómetros de la costa de Oregón, ya que está a punto de erupcionar, lo que podría ocurrir entre julio de 2024 y finales de 2025. Esta previsión se produce en medio de indicadores geológicos significativos, incluyendo un notable abultamiento en la superficie y un aumento de la actividad sísmica, lo que ha llevado a los científicos a hacer una de las predicciones más precisas sobre eventos volcánicos submarinos hasta la fecha. Las últimas mediciones, tomadas en noviembre, revelaron que la superficie del Axial Seamount ha aumentado a alturas comparables a las registradas antes de su última erupción en 2015. Este abultamiento es una clara indicación de la acumulación de magma bajo el lecho marino, lo que lleva a los investigadores a creer que se está acumulando presión en anticipación de una erupción. Durante la última década, un equipo dedicado liderado por el geofísico William Chadwick ha recopilado y analizado datos del Axial Seamount, rastreando señales como la deformación de la superficie y enjambres de terremotos que se asemejan a los precursores de sus erupciones anteriores. "Predecir erupciones volcánicas con más de unas pocas horas de anticipación es bastante único", comentó Chadwick, subrayando la importancia de las predicciones en torno a este gigante submarino. El Axial Seamount se erige como uno de los volcanes submarinos más activos del Pacífico Noreste. Elevándose hasta 1,100 metros de altura mientras se encuentra sumergido a más de 1,400 metros bajo las olas del océano, es uno de los volcanes submarinos más monitoreados a nivel mundial. Desde la instalación del primer equipo de grabación en 1997, los científicos han documentado los temblores del lecho marino que precedieron a tres erupciones: en 1997, 2011 y 2015. Se espera que los recientes avances en tecnología de monitoreo mejoren aún más las capacidades de los investigadores para predecir erupciones. Si se produce una erupción como se predice en 2025, marcará un hito significativo en la volcanología, ya que sería una de las primeras erupciones submarinas que se pronostican con precisión. La volcanóloga Rebecca Carey de la Universidad de Tasmania expresó su entusiasmo ante la posibilidad de desplegar vehículos operados de forma remota para observar la erupción cuando ocurra, una oportunidad rara en el campo de la volcanología. Las erupciones relativamente frecuentes del Axial Seamount permiten a los científicos probar y refinar continuamente sus modelos de actividad volcánica y predicción. Valerio Acocella, un volcanólogo de la Universidad Roma Tre, señaló los riesgos asociados con la predicción volcánica, afirmando: "Siempre existe el riesgo de que un volcán siga un patrón que no hemos visto antes y haga algo inesperado". Michael Poland, un geofísico del Servicio Geológico de EE. UU., enfatizó la importancia del reconocimiento de patrones en estos esfuerzos predictivos. "Se trata de reconocer patrones", dijo, destacando el papel crítico de los datos históricos en la formación de predicciones futuras. Si bien el Axial Seamount no representa actualmente una amenaza significativa para las poblaciones humanas debido a su ubicación remota, el potencial de una erupción plantea importantes preguntas sobre la preparación. Aunque los volcanes submarinos generalmente representan un riesgo menor para las comunidades costeras en comparación con los volcanes terrestres, sus erupciones aún pueden tener efectos de gran alcance, como lo evidenció la erupción de Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en 2022, que provocó un tsunami destructivo a través del Pacífico. El reciente aumento en la actividad sísmica alrededor del Axial Seamount, caracterizado por cientos de terremotos que ocurren diariamente, sirve como una evidencia adicional del movimiento de magma bajo el volcán. Esta inflación ocurre a medida que el magma subterráneo se acumula y ejerce presión sobre la corteza, resultando en el abultamiento observado en la superficie. El sistema de monitoreo implementado resultó invaluable durante la erupción de 2015, cuando se notaron los primeros signos de abultamiento, lo que llevó a previsiones precisas de la actividad volcánica que siguió. Los investigadores esperan que, al observar de cerca los desarrollos durante el próximo año, obtendrán una comprensión más profunda de los patrones de erupción del Axial Seamount. En un enfoque innovador, los científicos ahora están aprovechando la inteligencia artificial para analizar datos sísmicos de erupciones pasadas, identificando patrones específicos que podrían servir como precursores para futuras actividades. La posible erupción también podría tener importantes implicaciones ecológicas, afectando ecosistemas submarinos y sistemas hidrotermales. Capturar una erupción en progreso brindaría una oportunidad única para que los científicos estudien sus efectos ambientales, ofreciendo información sobre cómo la actividad volcánica influye en las comunidades biológicas circundantes. A medida que se acerca la fecha de la erupción esperada, los científicos intensificarán sus esfuerzos de monitoreo en el Axial Seamount, centrándose en el abultamiento del suelo, la actividad sísmica y otros indicadores geológicos para refinar aún más sus predicciones. El objetivo final es desarrollar un sistema de alerta robusto que pueda mejorar la preparación para posibles erupciones, contribuyendo así a la seguridad de las comunidades costeras de todo el mundo. A medida que los investigadores se preparan para lo que podría ser un evento revolucionario en el campo de la predicción de erupciones, el trabajo en el Axial Seamount sigue siendo un punto crítico para comprender las complejidades de los procesos volcánicos submarinos y mejorar la precisión de las predicciones futuras.