Silencio de Vox sobre discurso del Rey genera debate interno y cambio de rumbo

Silencio de Vox sobre discurso del Rey genera debate interno y cambio de rumbo

El silencio de Vox tras el discurso del Rey Felipe VI genera debate sobre su postura hacia la monarquía en un contexto político polarizado.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 28.12.2024
El silencio de Vox tras el discurso navideño del Rey Felipe VI ha generado un interesante debate sobre la postura del partido hacia la monarquía en un contexto político cada vez más polarizado. En un año donde las palabras del monarca han suscitado intensas reacciones tanto de la izquierda como de la derecha, la falta de un pronunciamiento oficial por parte de Vox resulta especialmente llamativa. Esta omisión no solo refleja una estrategia calculada, sino también un cambio en la percepción del Rey entre las bases del partido. Las fuentes internas de Vox sugieren que el silencio sobre la valoración del discurso del Rey no es casual. “No hemos hecho valoración oficial”, repiten los líderes del partido, mientras algunos miembros afirman que “normalmente, se marca una directriz desde Bambú, pero este año nada”. Esta ausencia de comentarios contrasta con la creciente voz de disidencia dentro de la formación, donde algunos militantes consideran que Felipe VI no está a la altura de sus expectativas y demandan un liderazgo más decidido. Uno de los aspectos más destacados de este fenómeno es la crítica que algunos sectores de Vox han comenzado a dirigir hacia la figura de Felipe VI. La declaración de un ideólogo del partido que afirmó que “los jóvenes se manifestaron hace unos meses gritando 'Felipe, masón, defiende tu nación'. No quieren Constitución, quieren patria” revela un descontento profundo y una búsqueda de identidad que trasciende la mera defensa de la monarquía. Este cambio de enfoque podría marcar un punto de inflexión en la relación entre Vox y la Corona, ya que la figura del Rey es vista cada vez más como una representación de un modelo de Estado que algunos dentro del partido están comenzando a cuestionar. La crítica hacia la monarquía no es nueva en el discurso de Vox, pero ha cobrado un nuevo ímpetu desde la controversia en torno a la ley de amnistía. La presión ejercida por Vox para que Felipe VI no suscribiera esta norma ha dejado al partido ante un dilema: por un lado, seguir manteniendo su apoyo a la figura real como símbolo de unidad nacional; por otro, adaptarse a las demandas de una base que clama por un cambio radical que, en algunos casos, incluso cuestiona la misma existencia de la monarquía. Las manifestaciones que se llevaron a cabo frente a la sede del PSOE, donde se exhibieron banderas con el escudo de la Corona recortado, son un claro indicador de la complejidad del panorama en el que se mueve Vox. Al mismo tiempo que algunos de sus miembros se muestran críticos con la figura del Rey, otros, como el ex portavoz Iván Espinosa de los Monteros, enfatizan la importancia de apoyar a la monarquía frente a los ataques de la izquierda. Esta dualidad crea un ambiente de tensión dentro del partido que podría tener consecuencias en su futuro político. El dilema se complica aún más al considerar la creciente radicalización de algunos sectores del electorado de Vox, quienes parecen buscar un discurso más contundente y menos conciliador. La presencia de figuras como Alvise Pérez, que demandan un enfoque más extremo, está empujando al partido a definir sus posturas de manera más clara. En este contexto, el silencio sobre el discurso del Rey podría interpretarse como un intento de no alienar a ninguna de las facciones que coexisten dentro de Vox. La diversidad de opiniones que existe en el seno del partido se ha vuelto evidente. Algunos miembros se sienten cómodos con la figura del Rey y su papel institucional, mientras que otros consideran que la monarquía debe ser cuestionada. Esta dicotomía podría llevar a Vox a una encrucijada donde deberá decidir si se alinea con la defensa de la Corona o si se aproxima a un enfoque más crítico hacia la misma. El hecho de que Vox no haya expresado un apoyo explícito al Rey en un momento en que su popularidad se encuentra en ascenso plantea interrogantes sobre la capacidad del partido para mantener su coherencia ideológica. Mientras Felipe VI gana puntos por su intervención en situaciones difíciles, como su aparición en Paiporta, Vox parece estar revaluando su relación con él. Esto se traduce en una pérdida de narrativa que antes le era favorable y que ahora puede ser explotada por sus adversarios. Finalmente, la actitud de Vox ante la monarquía será un punto clave a observar en los próximos meses. Su silencio podría ser interpretado como una falta de liderazgo o una estrategia de adaptación a un electorado en transformación. Lo que queda claro es que el partido se enfrenta a un dilema interno que puede redefinir su futuro y su papel en el panorama político español. La relación de Vox con la monarquía, un tema que ha sido fundamental en su discurso, está en un proceso de transformación que podría tener repercusiones en su base electoral y en su imagen pública.
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