Los viajes de Don Juan Carlos: clave en el crecimiento económico de España

La presentación del libro "Ancla de Barlovento. Los viajes oficiales de Juan Carlos I y el crecimiento económico de España", realizada el 19 de diciembre de 2024 en la Fundación Rafael del Pino, ha puesto de relieve el impacto que los viajes del Rey Don Juan Carlos tuvieron en la economía española durante su reinado, que se extendió desde 1976 hasta 2014. La obra es fruto de un exhaustivo trabajo de investigación liderado por la profesora Elena San Román, quien, junto a sus coautores, ha analizado cómo las gestiones diplomáticas del monarca contribuyeron al crecimiento de las exportaciones en un notable 4,1% en el período estudiado. Elena San Román ha destacado que la figura del Rey proporcionó una estabilidad institucional que permitió a España posicionarse como un socio confiable en el ámbito internacional. En momentos críticos de la Transición, su liderazgo facilitó la reintegración de España en el concierto global, siendo esencial para establecer relaciones diplomáticas con otros países y abrir mercados para las empresas españolas. A lo largo de su reinado, Don Juan Carlos realizó un total de 226 viajes oficiales, en los que buscaba tanto reforzar la presencia de España en el exterior como promover su economía. La investigación sugiere que la repetición de estos viajes a destinos específicos no solo fortaleció los lazos diplomáticos, sino que también resultó en un aumento en las exportaciones españolas, especialmente en el contexto de la integración en la Comunidad Económica Europea en 1986. Esta integración no solo modernizó la economía, sino que también atrajo inversiones extranjeras que fueron cruciales para el desarrollo económico del país. Las exploraciones de la obra revelan que Europa e Iberoamérica fueron las regiones más visitadas por el Rey, destacando que los viajes iniciales tenían un enfoque político, pero que con el tiempo se fueron consolidando en un marco económico. En Iberoamérica, el monarca realizó 62 visitas, promoviendo no solo la Hispanidad, sino también apoyando procesos de democratización que beneficiaron a la región. Los autores subrayan que esta acción diplomática permitió a España convertirse en el segundo mayor inversor en Iberoamérica, solo por detrás de Estados Unidos. En cuanto a la inversión directa extranjera, la investigación indica que los viajes del Rey tuvieron un impacto significativo en la percepción internacional de España como un mercado atractivo, lo que facilitó la llegada de capitales foráneos. Además, se destaca cómo las empresas españolas, gracias a esta apertura externa, lograron una exitosa internacionalización, equilibrando la dinámica de ser receptores y emisores de inversiones. La relevancia del trabajo en equipo durante la investigación ha sido fundamental, según San Román. La diversidad de perspectivas entre los autores ha permitido un análisis más amplio y enriquecedor, abordando la historia y las instituciones económicas desde múltiples ángulos. En su presentación, tanto Carlos Espinosa de los Monteros como Miguel Ángel Aguilar resaltaron la importancia de la figura del Rey en la creación y fortalecimiento de la marca España. Sin embargo, a pesar de los logros económicos, la memoria colectiva sobre Don Juan Carlos a menudo se centra en su papel durante la Transición. El libro busca ampliar esa visión, resaltando el impacto positivo que tuvo en el crecimiento económico del país a través de su activa diplomacia. Este legado, según los autores, merece ser reconocido y valorado en su totalidad. Para el futuro, la profesora San Román sugiere la necesidad de investigar más profundamente sobre cómo la diplomacia de Don Juan Carlos influyó en la creación del concepto de Hispanidad y cómo su hijo, el rey Felipe VI, está siguiendo un camino similar con un enfoque en temas contemporáneos como el medioambiente y la migración. La relevancia de la acción exterior en la creación de la marca España sigue vigente y merece atención. En conclusión, el trabajo exhaustivo presentado en "Ancla de Barlovento" resalta la importancia de los viajes de Don Juan Carlos no solo como una herramienta de representación política, sino también como un motor esencial para el crecimiento económico de España. Su legado, que combina la política y la economía, debe ser recordado como un capítulo crucial en la historia reciente del país, donde la figura del monarca se erige como un símbolo de estabilidad y modernización.