Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que el mundo conmemora el 20 aniversario del tsunami del Océano Índico, que cobró la vida de más de 227,000 personas, un sombrío recordatorio del catastrófico evento pesa en la mente de los sobrevivientes y expertos por igual. El desastre, que desató su furia el 26 de diciembre de 2004, sigue resonando profundamente en aquellos que lo vivieron, como Cut Sylvia, quien recuerda el momento en que perdió a su hija de dos años, Siti, ante las implacables olas. El desgarrador relato de Sylvia sobre aquel día—observando cómo su hija fue arrastrada mientras se aferraba a ella en su hogar de Banda Aceh—pinta un vívido cuadro del caos y la desesperación que siguieron. Ella y su esposo, Budi Permana, se encontraron separados en medio del desorden, reuniéndose una semana después sin rastro de Siti. Su duelo sigue siendo una herida abierta, resaltando el costo personal del tsunami que devastó comunidades en 14 países. Aunque se han logrado avances significativos en la investigación sobre tsunamis, sistemas de alerta temprana y defensas costeras desde aquel fatídico día, los expertos están cada vez más preocupados por una peligrosa complacencia que se está instalando. David McGovern, un profesor senior y experto en tsunamis, enfatizó que los tsunamis no son ocurrencias raras, señalando que, en promedio, hay dos tsunamis cada año que causan muertes o daños. Advirtió que a medida que los recuerdos del desastre del Océano Índico se desvanecen, también lo hace la urgencia de mantener la vigilancia. Un simposio reciente en Londres, realizado para conmemorar el aniversario, subrayó esta preocupación. Las discusiones adquirieron un significado adicional cuando se conoció la noticia de un terremoto de magnitud 7 frente a la costa oeste de EE. UU., lo que provocó una alerta de tsunami y sirvió como un recordatorio contundente de la amenaza siempre presente. Los comentarios de McGovern destacaron la necesidad continua de investigación y financiamiento para mejorar la preparación ante tsunamis, particularmente a medida que el cambio climático agrava los riesgos que enfrentan las comunidades costeras. Si bien expertos como Phil Cummins han logrado avances significativos en la comprensión de las amenazas sísmicas, el espectro de otro tsunami catastrófico se cierne. Cummins, quien predijo con precisión el riesgo de un gran tsunami antes del desastre de 2004, reflexiona sobre la extraña dicotomía del conocimiento y la preparación. A pesar de los avances, le preocupa que las comunidades se hayan vuelto complacientes, particularmente en áreas de alto riesgo como Padang, que aún no ha experimentado el desastre anticipado. Rina Suryani Oktari, profesora en la Universidad de Syiah Kuala, hace eco de estos sentimientos, señalando que la densidad de población a lo largo de la costa norte de Sumatra ha aumentado significativamente desde 2004. Muchos se sienten atraídos por terrenos económicos cerca del océano, poniéndose en riesgo. Oktari advierte que, aunque se han realizado mejoras en la gestión de desastres, el potencial de altas cifras de víctimas sigue siendo alto si otro tsunami golpea. A medida que el aniversario sirve como un recordatorio sombrío, Budi y Sylvia continúan compartiendo su historia, subrayando la importancia de la preparación y la vigilancia ante la imprevisibilidad de la naturaleza. Su esperanza perdurable por el regreso de Siti y su defensa de la concienciación sobre tsunamis reflejan un compromiso para asegurar que las lecciones del pasado no sean olvidadas. Al final, los expertos afirman que predecir el momento de otro tsunami es imposible, pero la evidencia sugiere que tal desastre no es una cuestión de "si", sino de "cuándo". El mundo no debe permitir que el paso del tiempo adormezca la urgencia de la preparación, pues la sombra del tsunami de 2004 sigue siendo un poderoso recordatorio del potencial devastador de la naturaleza.