Malawi enfrenta catástrofes climáticas: se avecina un desafío de recuperación de 1.7 mil millones de dólares.

Malawi enfrenta catástrofes climáticas: se avecina un desafío de recuperación de 1.7 mil millones de dólares.

Malawi enfrenta graves impactos del cambio climático, con desastres que han costado 1.19 mil millones de dólares desde 2015, amenazando la estabilidad económica y los esfuerzos de recuperación.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Malawi está lidiando con una serie de desastres inducidos por el cambio climático que han socavado gravemente las aspiraciones de desarrollo y la estabilidad económica del país. En los últimos seis años, una sucesión de eventos climáticos extremos ha causado estragos en la nación, dejando la infraestructura en ruinas y los medios de vida devastados. Las calamidades más recientes, incluidos el ciclón Freddy y los efectos inminentes de El Niño, pintan un panorama sombrío de un país que lucha por recuperarse del implacable asalto de la naturaleza. El Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres (Dodma) estima que, desde 2015 hasta 2023, el costo económico de estos desastres ha alcanzado la asombrosa cifra de 1.19 mil millones de dólares estadounidenses. El director adjunto de recuperación de la agencia, Fedson Chikuse, señala que el costo total de recuperación se proyecta en alrededor de 1.7 mil millones de dólares, principalmente destinado a ayudar a las familias en situación de crisis y reconstruir la infraestructura agrícola esencial. La agricultura, columna vertebral de la economía de Malawi, se ha visto afectada desproporcionadamente, con muchos agricultores incapaces de volver a la normalidad debido a los desastres sucesivos. El impacto del ciclón Idai en 2019, que resultó en inundaciones extensas y pérdida de vidas, fue un precursor de un ciclo de devastación en curso. Residentes locales, como Pilirani Mtupa, de 35 años, del distrito de Nsanje, relatan la angustiante experiencia de perder sus hogares y medios de subsistencia. Mtupa reflexiona sobre la incesante serie de desastres que han seguido, incluidos la tormenta tropical Ana en 2022 y el ciclón Freddy en 2023. Este último ciclón, que ha sido descrito como el más largo registrado, causó inundaciones catastróficas que arrasaron hogares y medios de vida. El costo en vidas humanas ha sido profundo. El ciclón Freddy dejó a las familias destrozadas, como ilustra la trágica historia de Rosebay Suman, quien perdió a su hijo y a su esposo a causa de la tormenta. Las cicatrices emocionales y psicológicas de tales pérdidas son profundas, agravadas por la devastación física de sus comunidades. El presidente de Malawi, Lazarus Chakwera, reconoció la grave situación, especialmente a medida que los efectos de El Niño comienzan a manifestarse, exacerbando las condiciones de sequía y amenazando la seguridad alimentaria. Con aproximadamente 749,113 hectáreas de maíz afectadas, la necesidad de asistencia humanitaria es crítica, ascendiendo a un estimado de 190 millones de dólares únicamente para los esfuerzos de recuperación del maíz. Los informes de la Organización Meteorológica Mundial destacan un problema sistémico más amplio en África, donde las naciones están perdiendo porciones significativas de su PIB debido a peligros relacionados con el clima. Malawi, como muchos países de África subsahariana, enfrenta una batalla cuesta arriba mientras intenta desviar presupuestos para combatir estos desafíos, todo mientras aspira a alcanzar los objetivos de desarrollo a largo plazo delineados en su agenda Malawi 2063. Este ambicioso plan busca transformar a Malawi en una nación autosuficiente e industrializada para 2063, con la expectativa de lograr un estatus de ingresos medios bajos para 2030. Sin embargo, los frecuentes desastres climáticos son cada vez más vistos como obstáculos que podrían frustrar estas aspiraciones. Thomas Chataghalala Munthali, director general de la Comisión Nacional de Planificación de Malawi, expresó su preocupación de que la reciente frecuencia y gravedad de los desastres podrían descarrilar el progreso y extender el cronograma para alcanzar hitos de desarrollo. Los defensores de la justicia climática, incluida la ex presidenta Joyce Banda, enfatizan la urgente necesidad de un aumento en el apoyo financiero internacional para iniciativas de adaptación y recuperación climática. El llamado de Banda a un fondo sustancial para pérdidas y daños en la COP29 subraya la carga financiera que enfrentan naciones como Malawi a raíz del cambio climático. A medida que Malawi se encuentra en este momento crítico, la interacción entre la resiliencia climática y el progreso socioeconómico se vuelve cada vez más vital. Sin mecanismos financieros robustos y estrategias innovadoras para construir resiliencia contra los implacables impactos del cambio climático, las aspiraciones del país por un futuro próspero podrían ser arrastradas por las tormentas de la adversidad. Los desafíos son inmensos, pero también lo es el potencial de una respuesta global concertada para apoyar a las naciones vulnerables en su momento de necesidad.

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