Juan Brignardello Vela
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La Navidad, celebrada el 25 de diciembre, es una festividad rica en historia y cargada de tradiciones que han evolucionado significativamente a lo largo de los siglos. Mientras que la mayoría de los cristianos marcan este día como el nacimiento de Jesucristo, la elección de la fecha carece de confirmación histórica y ha sido moldeada por influencias culturales a lo largo del tiempo. Inicialmente, la Navidad era una observancia estrictamente religiosa que incluía escenas de nacimiento y servicios en la iglesia, pero a medida que la sociedad avanzó, la celebración se expandió para abarcar un espectro más amplio de costumbres que reflejan tanto la fe como la alegría festiva. Uno de los aspectos más intrigantes de la Navidad es que no todos los cristianos la celebran el mismo día. Por ejemplo, muchos cristianos ortodoxos en Rusia, Ucrania y Rumania observan la festividad el 7 de enero, siguiendo el calendario juliano. La divergencia en las fechas resalta el rico tapiz de tradiciones que rodean esta querida ocasión, significando la naturaleza global de su celebración. El término "Navidad" en sí tiene un origen interesante, derivado de la frase en inglés antiguo "Cristes Maesse," que se traduce como "misa de Cristo." Por el contrario, la popular abreviatura "Xmas" se remonta al siglo XVI y precede el uso moderno. La "X" en Xmas es en realidad una representación de la letra griega Chi, la primera letra en Χριστός (Christos), conectando las celebraciones contemporáneas con sus raíces antiguas. La tradición del árbol de Navidad, ampliamente adoptada hoy en día, se originó en Alemania en el siglo XVI, donde las familias decoraban árboles de abeto con frutas, nueces y velas. Esta encantadora costumbre migró a Inglaterra a principios de 1800 y floreció en popularidad durante el reinado de la reina Victoria. Curiosamente, el uso de árboles de hoja perenne en celebraciones invernales se remonta aún más, con los antiguos egipcios y romanos utilizándolos como símbolos de vida eterna. Santa Claus, una figura icónica sinónimo de la Navidad, traza su linaje hasta San Nicolás, un obispo del siglo IV conocido por su generosidad. La versión holandesa de su nombre, Sinterklaas, eventualmente se transformó en el Santa Claus moderno. La tradición dice que en Nochebuena, Santa vuela por el cielo en un trineo tirado por renos, llevando alegría a los niños de todo el mundo. A pesar de su aceptación generalizada, la Navidad no siempre se ha celebrado abiertamente. En 1644, los puritanos en Inglaterra adoptaron una postura estricta contra las festividades navideñas, considerándolas frívolas y no alineadas con los principios cristianos. No fue hasta que la monarquía fue restaurada casi dos décadas después que la alegría de la Navidad resurgió en la sociedad. Culturalmente, la Navidad muestra un caleidoscopio de tradiciones en todo el mundo. En Japón, las familias han adoptado la costumbre de disfrutar de comidas de KFC en el día de Navidad, una práctica que se ha convertido en un ritual único de estas festividades. Mientras tanto, en Austria, la figura de Krampus sirve como un recordatorio severo para los niños que se portan mal, contrastando bruscamente con la imagen jovial de Santa. En Italia, el encantador cuento de La Befana—una amable bruja que entrega regalos en su escoba—agrega otra capa a la magia de la festividad. En Islandia, el espíritu festivo toma un giro más caprichoso con los Yule Lads, 13 trolls traviesos que dejan regalos o patatas podridas a los niños según su comportamiento. Tales narrativas destacan las diversas maneras en que diferentes culturas interpretan y celebran la Navidad. Muchas de las queridas tradiciones que valoramos hoy, como el intercambio de regalos y las comidas festivas, encontraron su lugar durante la era victoriana. La festividad se volvió sinónimo de villancicos, con canciones como "Cascabeles" convirtiéndose en parte integral de la experiencia navideña. Sin embargo, la Navidad trasciende meras decoraciones e intercambios de regalos; encarna el espíritu de unidad, caridad y conciencia ambiental. Con un énfasis en la sostenibilidad a través de decoraciones naturales y adornos de madera, la celebración fomenta una conexión más profunda con el mundo que nos rodea. En última instancia, la Navidad sirve como un recordatorio conmovedor de amor, alegría y armonía comunitaria—resonando con el sentimiento de buena voluntad que surgió con el nacimiento de Cristo. A medida que diciembre se acerca, las familias y comunidades se reúnen, encarnando la verdadera esencia de la temporada navideña.