ETB no emitirá el mensaje navideño del rey, un acto de resistencia en el País Vasco

ETB no emitirá el mensaje navideño del rey, un acto de resistencia en el País Vasco

ETB no emitirá el mensaje navideño del rey Felipe VI, generando un debate sobre la monarquía y la identidad vasca en un contexto de resistencia.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 23.12.2024

Mañana, la radiotelevisión pública vasca, ETB, se apartará de la tradición y no emitirá el mensaje navideño del rey Felipe VI, una decisión que ha generado un amplio debate en la sociedad vasca. El contexto de esta decisión no es simplemente una cuestión de protocolo; se trata de un acto de resistencia simbólica contra una monarquía que, para muchos, sigue anclada en un pasado de corrupción y opresión. La historia reciente de España ha estado marcada por la controversia en torno a la figura del rey emérito, Juan Carlos I, cuyo legado ha dejado una huella de desconfianza y rechazo en amplios sectores de la población. Durante el breve periodo en que se emitieron los discursos del monarca en ETB, de 2009 a 2011, la percepción pública sobre la monarquía era radicalmente diferente. En aquel entonces, se vivía bajo la sombra de una crisis económica que dejó expuestas muchas de las falencias del sistema, y la figura del rey, lejos de ser un símbolo de unidad, se convirtió en un foco de críticas. Las acusaciones de corrupción y el escándalo de su fortuna personal, acumulada en un contexto de privilegios, eran difíciles de ignorar. Hoy, los ecos de aquel descontento resuenan con fuerza en la decisión de no emitir el discurso real. La renuncia de ETB a difundir el mensaje del rey también pone de manifiesto un cambio cultural en el País Vasco. A medida que la sociedad avanza hacia una mayor afirmación de su identidad, la posición de la monarquía se ve cuestionada. Este es un claro rechazo a la idea de que se debe rendir homenaje a una institución que muchos consideran obsoleta y que, para algunos, representa la opresión de un pasado que aún no se ha superado. La propuesta de que se "debería" emitir el discurso por mera cortesía resulta insostenible en un contexto donde la dignidad y el respeto por la propia identidad son primordiales. La discusión sobre el mensaje del rey no se limita a un simple dilema protocolario. Es un reflejo de un conflicto más profundo sobre la naturaleza de la autoridad y el respeto que se le debe a las figuras públicas. Para algunos, la emisión del discurso sería un signo de normalidad; sin embargo, otros consideran que rendir pleitesía a la monarquía es un acto que perpetúa una jerarquía basada en el poder y la sumisión. La inclinación de la cabeza, ya sea en forma de reverencia o genuflexión, es vista como una humillación inaceptable en una sociedad que aspira a la igualdad y la justicia. Las reacciones a esta decisión están siendo diversas. Algunos sectores defienden la emisión del mensaje como parte del protocolo institucional, mientras que otros argumentan que la normalidad no puede ser sinónimo de sumisión. La historia reciente está llena de episodios donde la libertad de expresión y la resistencia a las imposiciones del poder han sido fundamentales en la construcción de una sociedad más justa. En este sentido, la decisión de ETB podría ser vista como un paso hacia la afirmación de una identidad propia, que se niega a someterse a la figura del rey. Es previsible que la omisión del discurso real traiga consigo una serie de críticas, acusaciones de insubordinación y deslealtad. Algunos medios y sectores más conservadores seguramente verán en esta decisión un acto de provocación o una falta de respeto hacia las instituciones. Sin embargo, en una sociedad que valora su autonomía, es vital que se escuchen todas las voces y que se respeten las decisiones que reflejan el sentir popular. El desafío que presenta esta controversia es el de la construcción de una sociedad que, a través del diálogo y el respeto mutuo, pueda encontrar un camino que respete las distintas identidades y visiones del futuro. La historia de España está marcada por tensiones entre las diversas comunidades, y cada paso hacia la autodeterminación es un paso hacia la reconciliación. En este contexto, el rechazo a la propaganda monárquica no es un acto de rebeldía, sino de afirmación identitaria. Al final, la decisión de no emitir el mensaje del rey en ETB es más que una simple cuestión de televisión; es una declaración de principios sobre la dignidad, el respeto y la necesidad de mirar hacia adelante. La sociedad vasca, con su rica historia y cultura, merece ser tratada con la dignidad que le corresponde, sin la necesidad de inclinar la cabeza ante ninguna figura que no represente sus valores. La independencia y el respeto propio son, finalmente, los auténticos regalos que se pueden ofrecer en estas fiestas. Eguberri on!

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