Ambicioso pero defectuoso: "Any Given Sunday" de Oliver Stone aborda las complejidades del fútbol.

Ambicioso pero defectuoso: "Any Given Sunday" de Oliver Stone aborda las complejidades del fútbol.

"Any Given Sunday" de Oliver Stone recaudó más de 100 millones de dólares, pero enfrentó críticas por su narrativa caótica y la falta de profundidad de los personajes.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En diciembre de 1999, Warner Bros. presentó el tan esperado drama de la NFL de Oliver Stone, "Any Given Sunday", que finalmente cruzó la marca de los 100 millones de dólares a nivel global. A pesar del éxito comercial de la película, la crítica original de The Hollywood Reporter ofreció una perspectiva matizada y crítica, destacando tanto su ambición como sus deficiencias. Oliver Stone, reconocido por sus retratos de la guerra, cambia su enfoque al campo de batalla del fútbol profesional en "Any Given Sunday". La película aborda de manera ambiciosa las múltiples capas del deporte, llena de cinismo e imágenes impactantes, pero la ejecución flaquea bajo el peso de su propia ambición. Si bien la narrativa ofrece una mirada vívida al mundo de los ficticios Miami Sharks, a menudo sucumbe a una presentación caótica caracterizada por la acción de alto impacto y la edición rápida, lo que representa un desafío incluso para los aficionados más fervientes al deporte. Con un elenco que incluye a Al Pacino, Cameron Diaz y Jamie Foxx, la trama de la película se centra en las luchas a mitad de temporada de los Miami Sharks, particularmente en torno a la lesión de la estrella del equipo, el mariscal de campo "Cap" Rooney, interpretado por Dennis Quaid. La aparición del mariscal de campo de tercer string, Willie Beamen, interpretado por Jamie Foxx, añade una capa de intriga mientras navega las presiones de la fama y las implacables demandas del deporte. La dicotomía entre el entrenador principal, interpretado por Pacino, y el propietario del equipo, interpretado por Diaz, sirve como punto focal, con temas de competencia, poder y la comercialización del deporte que surgen a lo largo de la película. La película de Stone, aunque rica en su exploración de temas como la raza, el ego y el impacto de los medios en el deporte, termina estirando la credulidad. La confluencia de tantos problemas dentro de un solo equipo en un periodo tan corto se siente forzada. A medida que se desarrolla la narrativa de Stone, se hace evidente la contundencia de la crítica, a menudo dejando a los espectadores abrumados por la avalancha de temas presentados. Las conversaciones entre los personajes, cargadas de nostalgia y desaprobación hacia las prácticas modernas, amplifican aún más el tono moralista de la película. A pesar de su espectáculo cinematográfico, "Any Given Sunday" lucha por profundizar en las psique de sus personajes. Las percepciones ofrecidas son simplistas, a menudo alineándose con tropos convencionales en lugar de revelar verdades profundas. Esta falta de profundidad socava inadvertidamente las apuestas de la narrativa, dejando a las audiencias con entendimientos superficiales de las motivaciones de los personajes. El trabajo del director de fotografía Salvatore Totino, junto con el diseño de producción de Victor Kempster, logra crear una experiencia visualmente impactante. Sin embargo, a medida que la película se extiende a una duración de 160 minutos, la ley de los rendimientos decrecientes se hace evidente. La emoción visceral de los momentos brutales del juego se contrarresta con la incapacidad de la película para forjar conexiones más profundas con su audiencia. A medida que "Any Given Sunday" alcanza su clímax, la película, paradójicamente, abraza los mismos clichés que busca criticar, invocando los tropos familiares de las narrativas deportivas, desde los inspiradores discursos en los vestuarios hasta la valorización del trabajo en equipo. Al final, aunque la película ofrece un espectáculo deportivo que resuena con algunos espectadores, su incapacidad para reconciliar plenamente sus ambiciosos temas deja una sensación persistente de inconsistencia y oportunidad perdida. En contraste, el espíritu audaz de "Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra", que debutó en 2003, se opone de manera contundente a la exploración sombría del fútbol por parte de Stone. Esta película, que se convirtió en una piedra angular del cine de aventuras moderno, captura la imaginación con su mezcla de fantasía, humor y acción, marcando un momento significativo en el legado cinematográfico de Disney. Juntas, estas películas muestran los diversos enfoques narrativos en Hollywood, reflejando temas culturales más amplios y preferencias del público en el cambio de milenio.

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