Emergen las 'armas fantasma' como preocupación creciente en la seguridad española

Las 'armas fantasma', o ghost guns, están emergiendo como un tema preocupante en el ámbito de la seguridad pública en España. Aunque su impacto todavía no se compara con la crisis que enfrentan otros países, como Estados Unidos, las autoridades están alertas ante un fenómeno que empieza a tomar forma. La reciente noticia del asesinato del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, a manos de un individuo que utilizó una pistola fabricada con una impresora 3D, ha puesto en primer plano la problemática de estas armas, caracterizadas por su falta de identificación y su fácil accesibilidad. El desarrollo de tecnologías como la impresión 3D ha facilitado la creación de armas caseras que pueden ser ensambladas a partir de kits disponibles en línea. Estas armas, que carecen de un número de serie y son difíciles de rastrear, representan un desafío significativo para las fuerzas de seguridad. Pedro Carmona, secretario de Comunicación de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), advierte que, aunque en España la situación no es alarmante, se ha registrado un "aumento progresivo" de delitos asociados a estas herramientas letales. En el contexto español, la Guardia Civil ha desmantelado varios talleres clandestinos dedicados a la fabricación de armas 3D, siendo el primero de ellos desarticulado en Tenerife en 2021. Este taller albergaba no solo una impresora 3D, sino también manuales, moldes y diversos materiales usados en la fabricación de armas. En la operación más reciente, se requisaron 42 armas de fuego y una cantidad considerable de munición y explosivos. Sin embargo, las 'armas fantasma' son solo una pequeña fracción de las aproximadamente 8.000 armas ilegales incautadas anualmente en el país. Las cifras son reveladoras: hay más de 2,6 millones de armas registradas en España, la mayoría de las cuales son escopetas y armas de tiro deportivo. Esto sugiere que, a pesar del aumento en la fabricación de armas caseras, el control de la posesión de armas todavía es relativamente efectivo. No obstante, la facilidad para acceder a los planos y materiales necesarios puede convertirse en una puerta abierta para aquellos con intenciones delictivas. El fenómeno de las 'armas fantasma' se ve alimentado por la proliferación de información en línea, que incluye tutoriales y guías sobre cómo fabricar estas pistolas. Un armero militar, que desea permanecer en el anonimato, afirma que alguien con las habilidades adecuadas puede conseguir los planos de un arma en cuestión de minutos. Este acceso a información es preocupante, ya que permite a los delincuentes adquirir y ensamblar armas sin necesidad de un canal regulado. El portavoz de la AUGC destaca que la mayoría de las piezas esenciales para la fabricación de estas armas se pueden encontrar en plataformas de compraventa en línea, a menudo en el mercado negro. Mientras que las autoridades pueden rastrear ciertos movimientos en línea, los delincuentes son astutos y buscan piezas que no son consideradas como componentes críticos de un arma, lo que dificulta el seguimiento de sus actividades. A pesar de ser menos precisas y más propensas a fallos, las 'armas fantasma' son igualmente peligrosas. El armero advierte que, aunque su diseño es básico, pueden resultar letales a corta distancia y representan un riesgo significativo para quienes las manipulan y para terceros. La rapidez con la que estas armas pueden ser ensambladas y utilizadas complica la labor de las fuerzas de seguridad, que deben lidiar con un tipo de armamento que puede ser desechado fácilmente tras su uso. El perfil de quienes fabrican o poseen estas armas es variado. Por un lado, hay miembros del crimen organizado que buscan armamento indetectable para llevar a cabo actividades ilegales. Por otro lado, delincuentes comunes ven en estas armas una opción económica y discreta para acceder a armamento. Este dualismo en el perfil de usuarios resalta la versatilidad y el atractivo de las 'armas fantasma' para diferentes tipos de criminales. A pesar de la creciente preocupación, los expertos coinciden en que, por el momento, este fenómeno representa una amenaza de baja intensidad en España. La mayoría de las armas ilegales que se utilizan en crímenes provienen de otros países, y aunque la fabricación de armas caseras está en aumento, su uso se limita a casos específicos. La situación actual exige que las autoridades mantengan un monitoreo constante y desarrollen estrategias efectivas para abordar este problema que, aunque aún incipiente, podría evolucionar si no se toman las medidas adecuadas.