Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los esfuerzos de rescate en la capital de Vanuatu, Port Vila, continúan mientras los equipos de búsqueda mantienen la esperanza de localizar a sobrevivientes atrapados bajo los escombros de las estructuras colapsadas tras un devastador terremoto de magnitud 7.3. A medida que la situación se desarrolla, el número de muertos ha alcanzado aproximadamente 16, con más de 200 personas reportadas como heridas, según el presidente del país. Un equipo especializado de Búsqueda y Rescate Urbano de Nueva Zelanda ha sido desplegado para ayudar a las autoridades locales, enfocando sus esfuerzos en un sitio particularmente desafiante: el edificio Billabong, que experimentó un colapso catastrófico durante el terremoto. Este equipo está trabajando junto a rescatistas australianos, quienes fueron los primeros en llegar al lugar y que hasta ahora han logrado rescatar a siete personas de los escombros. Brendan Nally, comandante nacional adjunto de Fire and Emergency New Zealand, enfatizó el compromiso del equipo para encontrar sobrevivientes, afirmando: “Estamos concentrando todos nuestros esfuerzos en encontrar personas con vida.” Explicó que, aunque algunas áreas del colapso se consideran inalcanzables, el uso de maquinaria pesada es crucial para despejar caminos hacia zonas donde las personas aún pueden estar vivas. En un esfuerzo por detectar posibles signos de vida en medio del caos, Nally destacó el enfoque dual que emplea el equipo: utilizar tecnología avanzada junto con métodos tradicionales. “Todavía hacemos lo realmente antiguo, todos están en silencio, se detienen y escuchan. Escuchar golpes y posibles signos de vida”, elaboró. La experiencia del equipo con desastres similares, incluidos terremotos pasados en Christchurch y Kaikōura, les ha proporcionado las habilidades necesarias para enfrentar los desafíos únicos que plantea tal destrucción. Nally señaló: “El colapso está dentro de nuestra base de conocimientos. Es un trabajo de descaparazón: levantar los pisos y las paredes, hacia arriba y fuera de la pila de escombros, y luego buscar personas, atrapadas o no.” Además de sus operaciones de búsqueda y rescate, el equipo también está abordando problemas de infraestructura causados por el terremoto. Están ayudando en la limpieza de un deslizamiento de tierra que ha obstruido el acceso al puerto principal y asistiendo en la estabilización del edificio de la Alta Comisión, que, aunque fue evacuado durante el terremoto, sigue en riesgo de un colapso adicional debido a las réplicas que continúan. A medida que avanza la operación de rescate, las esperanzas de las familias y comunidades están en juego, con cada esfuerzo realizado para localizar a aquellos que aún están desaparecidos. La resiliencia de las personas afectadas, así como la dedicación de los equipos de rescate, subraya el espíritu de solidaridad frente a la adversidad.