Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que las operaciones de rescate continúan tras el devastador terremoto de magnitud 7.3 que golpeó Vanuatu a principios de esta semana, la nación se enfrenta a informes contradictorios sobre el número oficial de muertos. Inicialmente, la Oficina Nacional de Manejo de Desastres de Vanuatu (NDMO) informó el 17 de diciembre que la cifra de fallecidos era de 14, incluyendo víctimas de un deslizamiento de tierra y un edificio colapsado. Sin embargo, una actualización posterior redujo el número confirmado de muertes en hospitales a nueve, dejando incertidumbre y preocupación entre las familias y los equipos de rescate. Además de las muertes, más de 200 personas han sufrido lesiones, y muchas buscan tratamiento por fracturas en hospitales locales. Con el enfoque desplazándose hacia la búsqueda y el rescate, los equipos han concentrado sus esfuerzos en el Distrito Central de Negocios de Port Vila, la capital, donde los daños han sido más extensos. La zona permanece cerrada al público, facilitando las operaciones de rescate en medio de los escombros de estructuras que han sufrido daños estructurales significativos. El impacto del terremoto no solo se ha sentido en términos de pérdida de vidas, sino que también ha interrumpido gravemente los servicios esenciales. Los dos principales reservorios de agua que abastecen a Port Vila fueron completamente destruidos, lo que ha llevado a emitir un aviso de hervir el agua para los residentes mientras se realizan evaluaciones de la red de agua en general. La restauración del suministro eléctrico también es una prioridad, con la empresa de servicios públicos local Unelco trabajando diligentemente para restablecer la electricidad en las áreas afectadas. En el ámbito de las comunicaciones, Vodafone Vanuatu ha avanzado en la restauración de algunos servicios, y las funcionalidades de mensajería instantánea ya están en línea. Sin embargo, las llamadas de audio y video siguen sin estar disponibles, mientras la empresa continúa trabajando para la restauración total del servicio de internet. En respuesta a la crisis, el presidente Nikenike Vurobaravu declaró un estado de emergencia de una semana para las regiones más afectadas, instaurando un toque de queda nocturno de 6 PM a 6 AM para mantener la seguridad. La policía ha expresado su preocupación por la posibilidad de delitos oportunistas tras el desastre y está instando a la comunidad a estar alerta. Los viajes hacia y desde Vanuatu siguen viéndose gravemente afectados, con el Aeropuerto Internacional Bauerfield cerrado a vuelos comerciales durante 72 horas para reparaciones de daños. Algunas aerolíneas ya han reprogramado vuelos, mientras que otras están monitoreando la situación de cerca. Notablemente, equipos internacionales de defensa y médicos de Nueva Zelanda, Australia y Francia han llegado a Port Vila para asistir a los respondedores de emergencia locales, quienes han estado trabajando incansablemente las 24 horas desde que ocurrió el terremoto. El tiempo es crítico para los equipos de rescate que están corriendo contra el reloj para localizar a cualquier sobreviviente enterrado entre los escombros. El desastre ha dejado a la nación en un estado de incertidumbre y desesperación, con la comunidad unida para apoyarse mutuamente en este momento difícil. A medida que continúa la búsqueda, la resiliencia del pueblo de Vanuatu se muestra en todo su esplendor, incluso frente a una adversidad tan profunda.