Equipos de Rescate Internacionales se Mobilizan en Vanuatu Tras Devastador Terremoto de 7.3

Equipos de rescate internacionales de Australia y Nueva Zelanda han llegado a Vanuatu en un esfuerzo concertado por localizar sobrevivientes tras un devastador terremoto que golpeó a la nación el martes. Con una magnitud de 7.3 en la escala de Richter, el terremoto ya ha cobrado la vida de al menos nueve personas, y los funcionarios advierten que el número de muertos probablemente aumentará a medida que continúen las operaciones de rescate. A medida que se intensifica la búsqueda de sobrevivientes, más de 100 personas, incluidos perros de rescate altamente entrenados y suministros de ayuda vital, están siendo transportados en aviones militares a la capital, Port Vila. El gobierno de Vanuatu ha declarado un estado de emergencia de siete días debido a los graves impactos del terremoto, que ha dejado a su paso una escena de destrucción, con edificios de varios pisos reducidos a montones de escombros, infraestructura agrietada y daños extensos en los suministros de agua y redes de comunicación. Los residentes locales se han unido a los esfuerzos de búsqueda, enfrentándose a múltiples réplicas mientras excavan entre los escombros con la esperanza de encontrar a víctimas atrapadas. Los rescatistas se centran actualmente en dos edificios colapsados, con informes que confirman que algunas personas han sido rescatadas, aunque la dura realidad de las fatalidades también es evidente. Glen Craig, del Consejo de Resiliencia Empresarial de Vanuatu, compartió una nota personal de pérdida, afirmando: "Mi buen amigo que murió en el terremoto -- el funeral es a las 2 pm de hoy -- pero también tengo que pensar en las otras 300,000 personas en Vanuatu." La respuesta de Australia incluye un equipo de ayuda de desastre de 64 personas, acompañado de médicos y gerentes de respuesta de emergencia. Nueva Zelanda también está contribuyendo a los esfuerzos de rescate con un equipo de 37 especialistas. Estos equipos internacionales son vitales ya que la infraestructura local ha sufrido daños estructurales importantes, afectando hospitales, puentes y líneas eléctricas. El principal hospital de Port Vila se encuentra entre las instalaciones que se reportan significativamente afectadas. Dos de las fatalidades confirmadas eran ciudadanos chinos y uno era francés, lo que ha provocado respuestas de sus respectivas embajadas. La magnitud total de los daños aún se está evaluando, con informes que indican que más de diez edificios, incluida infraestructura crítica, han sufrido daños importantes. Las preocupaciones económicas son grandes, ya que Vanuatu depende en gran medida del turismo y la agricultura. Glen Craig enfatizó la importancia de reactivar el turismo rápidamente, afirmando: "No podemos tener un desastre económico encima de un desastre natural." Se están realizando esfuerzos para reabrir el aeropuerto para vuelos comerciales lo antes posible, facilitando el regreso de turistas y el flujo de ayuda. Craig mencionó que algunos resorts ya estaban operativos, aunque con un suministro de energía limitado, y tienen la esperanza de un regreso de visitantes en un futuro cercano. Además, el terremoto ha creado desafíos para los suministros de alimentos y agua, particularmente en las islas circundantes donde los deslizamientos de tierra han obstruido el acceso. Los equipos médicos están actualmente abrumados, tratando diversas lesiones, incluidas fracturas y heridas en tejidos blandos. Se están realizando esfuerzos para traer apoyo médico de países vecinos para ayudar a los equipos locales. A raíz de esta calamidad, la resiliencia colectiva del pueblo de Vanuatu, apoyada por socios internacionales, será crucial mientras navegan por los desafíos inmediatos y comienzan el largo camino hacia la recuperación.