Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que la frecuencia e intensidad de los huracanes parecen aumentar, muchos residentes de Florida están reevaluando sus situaciones de vida, buscando alternativas más seguras. La agente inmobiliaria Patti DiMarco, de 76 años, ejemplifica este cambio, ya que recientemente realizó un cambio significativo en su vida al mudarse de la comunidad costera de Nápoles al enclave resistente a huracanes de Babcock Ranch, situado a unos 20 minutos al norte de Fort Myers. El viaje de DiMarco comenzó con una creciente inquietud acerca de los daños causados por huracanes y el aumento de los costos de seguros. Viviendo en una comunidad cerrada a solo tres millas del Golfo de México, se volvió cada vez más consciente de las vulnerabilidades que conlleva vivir en la costa. El trágico colapso del edificio en Surfside en 2018 alimentó aún más sus preocupaciones, lo que llevó a una reevaluación de su situación de vivienda. Como miembro de la junta de su asociación de condominios, tuvo experiencia de primera mano al lidiar con las secuelas de los huracanes, siendo testigo de la destrucción causada por el huracán Irma en 2017 y el huracán Ian en 2022. El estrés de gestionar estos desafíos la llevó a considerar alternativas que pudieran ofrecer un mayor sentido de seguridad. Su búsqueda culminó con una visita a Babcock Ranch, una comunidad diseñada con la resiliencia en mente. Con casas construidas en terrenos elevados a 30 pies sobre el nivel del mar y diseñadas para resistir condiciones climáticas extremas, Babcock Ranch se destacó como una opción prometedora. La comunidad cuenta con lagos inteligentes para mitigar inundaciones, servicios subterráneos y una casa de campo capaz de soportar vientos de hasta 150 mph, que también sirve como refugio de evacuación durante huracanes. Inspirada por el estudio de sostenibilidad de su nieto en la zona, DiMarco tomó la decisión de comprar una casa de tres habitaciones por $480,000, mudándose solo dos semanas después de su primera visita. Establecerse en su nuevo hogar ha sido una experiencia refrescante para DiMarco. Aprecia el ambiente acogedor de la comunidad y disfruta de los espacios abiertos, a pesar de no ser golfista. Después de desempacar, rápidamente adoptó el estilo de vida, aprovechando las comodidades, incluyendo una piscina e interacciones sociales con vecinos amigables. La atención al detalle en el diseño de la comunidad, desde los servicios subterráneos hasta los lagos inteligentes, le ha infundido un sentido de seguridad, especialmente durante la temporada de huracanes. Durante la reciente temporada de huracanes, DiMarco se sintió libre de preocupaciones, incluso mientras permanecía en Nueva Jersey. Una cámara Ring la mantuvo conectada con su propiedad, mostrándole nada más que una palmera balanceándose durante la tormenta. Esta tranquilidad también ha ayudado a sus vecinos a adaptarse, ya que ella ha compartido su confianza en las características de seguridad de la comunidad. A pesar de la tranquilidad de su nuevo hogar, DiMarco extraña algunos aspectos de su estilo de vida anterior, particularmente las opciones de compras y restaurantes en Nápoles. Sin embargo, es optimista sobre el desarrollo de nuevos negocios en Babcock Ranch, con un distrito comercial más grande que se abrirá el próximo año. El encanto único de la comunidad se refleja en su población diversa, que incluye familias jóvenes, jubilados y trabajadores remotos de varias regiones, aportando una mezcla animada de antecedentes y experiencias. Para DiMarco, la mudanza a Babcock Ranch no es solo un cambio de paisaje; representa una decisión estratégica para lograr tranquilidad en medio de los desafíos climáticos. Su historia es un recordatorio conmovedor de la adaptabilidad y resiliencia que muchos están abrazando mientras navegan por la vida en un mundo cambiante.