Devastador terremoto de magnitud 7.3 golpea Vanuatu, dejando caos en Port Vila.

Devastador terremoto de magnitud 7.3 golpea Vanuatu, dejando caos en Port Vila.

Un terremoto de magnitud 7.3 sacudió la capital de Vanuatu, Port Vila, causando una destrucción generalizada, heridas y esfuerzos de rescate en curso.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Un poderoso terremoto de 7.3 en la escala de Richter golpeó la capital de Vanuatu, Port Vila, el martes por la tarde, causando una destrucción generalizada y pánico en toda la región. El temblor, que ocurrió a las 12:47 p.m. a una profundidad de 57 kilómetros, se produjo aproximadamente a 30 kilómetros de la costa de Efate, la isla principal del país. Este evento sísmico fue seguido por un aftershock significativo de 5.5, desencadenando una serie de temblores menores que sacudieron aún más a la nación insular, que alberga a alrededor de 320,000 residentes. El impacto inmediato del terremoto se sintió con mayor intensidad en Port Vila, donde se derrumbaron edificios, incluido un bloque de concreto de cuatro pisos que alberga embajadas extranjeras. Los testimonios de testigos describen una escena de devastación, con informes de cuerpos tendidos en las calles y daños extensos a la infraestructura. El residente local Michael Thompson, hablando a través de un teléfono satelital, detalló la destrucción que presenció, afirmando que la planta baja del edificio diplomático estaba "completamente plana" y que los rescatistas ya estaban trabajando para localizar a aquellos atrapados bajo los escombros. El número de víctimas aún no está claro, pero Thompson informó haber visto heridos y cuerpos en las secuelas del terremoto. Con los equipos de respuesta de emergencia movilizándose, las personas heridas fueron trasladadas de urgencia a hospitales locales, muchas de ellas vistas descansando en camillas o sillas de plástico afuera, envueltas en vendajes. La destrucción también se extendió a infraestructuras vitales, con al menos dos puentes colapsando y deslizamientos de tierra enterrando carreteras, incluido un autobús. A medida que el terremoto interrumpió las redes de comunicación, Thompson describió el caos inmediato, con operaciones de rescate en curso a pesar de los desafíos planteados por los aftershocks y las instalaciones dañadas. Imágenes que circulan en las redes sociales capturaron la realidad de la situación, mostrando a rescatistas uniformados hurgando entre los escombros de edificios colapsados. Las calles de Port Vila estaban cubiertas de vidrios rotos y escombros, pintando un sombrío panorama de las secuelas del terremoto. En respuesta a la catástrofe, se emitió brevemente una alerta de tsunami, pronosticando olas de hasta un metro para ciertas áreas; sin embargo, esta alerta fue posteriormente levantada. Las aerolíneas regionales, incluidas Qantas, Jetstar y Fiji Airways, alteraron o suspendieron vuelos a Vanuatu, citando posibles daños a la infraestructura del aeropuerto. El apoyo de los países vecinos fue rápido, con la Ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong, declarando que Australia está lista para ayudar, enfatizando los lazos estrechos entre las dos naciones. Vanuatu es conocido por su vulnerabilidad a desastres naturales, y a medida que continúan surgiendo detalles sobre la devastación, los líderes locales han destacado la necesidad de ayuda internacional, particularmente en evacuaciones médicas y operaciones de rescate especializadas. A medida que se asienta el polvo y continúan las operaciones de rescate, se hará más claro el alcance total del impacto del terremoto en Vanuatu. Las comunidades se están uniendo para apoyarse mutuamente en este momento de crisis, pero el camino hacia la recuperación, sin duda, será largo y desafiante.

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