Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un poderoso terremoto de 7.3 golpeó cerca de la capital de Vanuatu, Port Vila, el martes, desatando caos y destrucción en toda la región. El sismo, uno de los eventos sísmicos más significativos en los últimos años, ha dejado un rastro de devastación mientras las autoridades locales comienzan a evaluar el alcance total de los daños. El terremoto provocó una alerta de tsunami inmediata para partes de Vanuatu; sin embargo, los funcionarios confirmaron más tarde que la amenaza se había disipado a las 14:14 hora local. A pesar de esto, la realidad en el terreno es sombría, con al menos una fatalidad reportada y múltiples heridas mientras los esfuerzos de rescate se intensifican. Dan McGarry, un periodista en Port Vila, compartió detalles desgarradores desde el Hospital Central de Vila, donde la policía confirmó la muerte de una persona y reportó a otras tres en estado grave. Las imágenes compartidas a través de las redes sociales capturan la magnitud de la destrucción, mostrando edificios reducidos a escombros, vehículos aplastados por la caída de escombros y hogares volcados con muebles esparcidos por el suelo. El terremoto ha interrumpido las redes de comunicación, dificultando cada vez más que los residentes y los equipos de rescate evalúen el impacto total del desastre. Entre los edificios afectados se encuentra la Embajada de Estados Unidos, que sufrió daños considerables y permanecerá cerrada hasta nuevo aviso. En respuesta, la embajada en Papúa Nueva Guinea ha expresado condolencias y ofrecido apoyo a Vanuatu en este momento difícil. Michael Thompson, director de Vanuatu Jungle Zipline, describió una escena de urgencia y desesperación al informar sobre cuerpos tendidos en las calles y numerosas estructuras colapsadas. Las operaciones de rescate están en marcha, con equipos trabajando incansablemente para localizar y liberar a personas que puedan estar atrapadas bajo los escombros. El Servicio Geológico de Estados Unidos registró varios temblores después del sismo inicial, con magnitudes que oscilan entre 4.7 y 5.5. Estos temblores, que ocurrieron a una profundidad de 10 kilómetros (aproximadamente 6.2 millas), han añadido a la ansiedad de los residentes que ya están lidiando con las secuelas del terremoto principal. A pesar de los desafíos inmediatos, los países vecinos han expresado solidaridad y apoyo. Funcionarios de Nueva Zelanda y Australia han confirmado que no existe amenaza de tsunami para sus naciones. La Ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong, reafirmó su compromiso de ayudar a Vanuatu, afirmando: "Vanuatu es familia, y siempre estaremos ahí en tiempos de necesidad." Vanuatu, un archipiélago de alrededor de 80 islas, está situado en una región sísmicamente activa y no es ajeno a los desastres naturales. A medida que la comunidad comienza a recuperarse de este último terremoto, la resiliencia de su gente será puesta a prueba una vez más, y la necesidad de apoyo y asistencia internacional será fundamental para navegar el camino hacia adelante.