Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un panorama político turbulento marcado por crecientes frustraciones sobre el sistema de salud de EE. UU., el cineasta Michael Moore ha agitado las aguas una vez más. Tras el impactante asesinato del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, supuestamente a manos de Luigi Mangione, Moore ha adoptado una postura audaz, negándose a sofocar la ira dirigida hacia la industria del seguro de salud, que ha sido desde hace tiempo un punto focal de sus documentales. En un detallado artículo en Substack, Moore abordó las secuelas del asesinato de Thompson, afirmando que la ira resonando en el público es "justificada" y hace mucho tiempo que se esperaba. Sus comentarios llegan en medio de un creciente descontento en torno al sistema de salud, que muchos argumentan prioriza el lucro sobre el cuidado del paciente. El supuesto manifiesto de Mangione indicaba que su motivación provenía de la desilusión con una industria que él cree explota a los ciudadanos vulnerables, un sentimiento que refleja la crítica de larga data de Moore. Moore, conocido por películas como "Sicko", ha pasado años destacando las fallas dentro del sistema de salud estadounidense, comparándolo desfavorablemente con los sistemas universales de Canadá, el Reino Unido y Cuba. En lugar de distanciarse de la violencia conectada a las acciones de Mangione, ha abrazado el discurso en torno a la ira que ahora ha estallado en la esfera pública. "No voy a 'apaciguar' o pedir a la gente que se calle", declaró, enfatizando que la frustración sentida por muchos está arraigada en un contexto más amplio de sufrimiento e injusticia perpetuado por las compañías de seguros. En su escrito, el director yuxtapuso la tragedia individual del asesinato de Thompson contra un telón de fondo mucho más grande de fracasos sistémicos dentro de la industria de la salud. Describió un escenario donde "la deuda médica, las quiebras y las reclamaciones denegadas" se han vuelto comunes, lo que ha llevado a una crisis de salud pública que ha sido ignorada durante demasiado tiempo. Moore criticó de manera contundente tanto a los ejecutivos corporativos como a los legisladores, acusándolos de habilitar un sistema poco ético que prioriza el lucro sobre el bienestar de los ciudadanos. Mientras el público lidia con las implicaciones de este asesinato de alto perfil, los comentarios de Moore han encendido una nueva ola de diálogo sobre la necesidad de una reforma significativa—o incluso el desmantelamiento completo—del actual sistema de salud en favor de un enfoque más humano y universal. Aboga por un sistema que encarne la compasión y la accesibilidad, uno que se alinee con las prácticas vistas en otras naciones "civilizadas". En medio de este ambiente candente, la respuesta del público aún está por verse. Mientras algunos pueden considerar los comentarios de Moore como incendiarios, otros pueden encontrar validación en su llamado a la acción. El diálogo en torno a la salud en América ha alcanzado un punto de ebullición, y figuras como Moore no están rehuendo este crucial momento de reconocimiento. A medida que los ciudadanos continúan expresando su ira y exigiendo cambios, la conversación sobre el futuro de la atención médica en los Estados Unidos sin duda evolucionará, impulsada tanto por la tragedia como por la esperanza de un mejor sistema.