Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un contexto de creciente insatisfacción con el sistema de salud de Estados Unidos, Andrew Witty, CEO de UnitedHealth, ha dado un paso al frente para reconocer públicamente las profundas imperfecciones que caracterizan a esta estructura. En un momento especialmente delicado tras el asesinato de Brian Thompson, CEO de su subsidiaria UnitedHealthcare, Witty se ha hecho eco de las frustraciones que sienten millones de estadounidenses respecto a su atención médica. Este lamento no solo refleja el dolor por la pérdida de un colega, sino también un llamado a la reflexión sobre la necesidad urgente de reformas en el sistema de salud. Witty, en una conmovedora columna publicada en The New York Times, no se escudó en el dolor personal para evadir el tema más amplio. "Sabemos que el sistema de salud no funciona tan bien como debería", afirmó, marcando un hito en la conversación sobre cómo se gestionan los servicios de salud en el país. Su declaración es un testimonio de la realidad: los ciudadanos, especialmente aquellos con necesidades médicas, luchan a menudo con un sistema que parece estar más diseñado para complicar que para facilitar el acceso a la atención. El CEO describió el sistema de salud estadounidense como "un mosaico construido a lo largo de décadas", una composición que ha resultado en una red confusa y fragmentada. Según Witty, la misión de UnitedHealth es precisamente contribuir a mejorar este entramado, aunque su propia narrativa reconoce que todavía queda un largo camino por recorrer. La meta, según él, es construir un sistema que ofrezca atención de alta calidad a un costo razonable, un objetivo que, a día de hoy, sigue siendo una utopía para muchos. En su análisis, Witty también se refirió a las decisiones que las compañías de seguros deben tomar y cómo estas afectan la experiencia del paciente. En un sistema que combina lo personal y lo complicado, la falta de claridad en las decisiones de cobertura se convierte en un obstáculo significativo. "No se entienden bien las razones que hay detrás de las decisiones de cobertura", subrayó, sugiriendo que este desconocimiento alimenta aún más la frustración. La muerte de Thompson, quien fue asesinado en circunstancias aún poco claras, añade una capa de gravedad al asunto. Mientras las autoridades investigan las motivaciones detrás del ataque, se ha mencionado el descontento hacia las aseguradoras médicas como un posible desencadenante. Este trágico suceso no solo resalta la vulnerabilidad de los líderes en la industria, sino que también pone de manifiesto la inquietud generalizada en torno a cómo se perciben estas instituciones en la sociedad. Witty enfatizó la necesidad de que las empresas, los gobiernos y otros actores involucrados en la atención médica colaboren para mejorar la comunicación sobre las coberturas. "Debemos mejorar la forma en que explicamos qué cubre el seguro y cómo se toman las decisiones", afirmó, destacando que la transparencia es esencial para ganar la confianza de los pacientes y la sociedad en general. En su defensa de Thompson, Witty recordó que las iniciativas del fallecido CEO estaban enfocadas en hacer que los servicios de salud fueran más accesibles, transparentes y humanos. Estos son principios que, si bien pueden parecer ideales, son la base sobre la cual se puede construir un sistema más equitativo y efectivo. La memoria de Thompson se convierte así en un recordatorio de que la transformación del sistema no debe ser solo un esfuerzo empresarial, sino un compromiso social. El reto, sin embargo, es monumental. La interconexión de intereses económicos, políticos y sociales hace que cualquier intento de reforma sea complicado. La resistencia al cambio es común en muchos sectores, especialmente en uno tan arraigado como el de la salud. A pesar de esto, Witty parece decidido a empujar por una transformación que, si bien puede ser incómoda, es necesaria. Mientras el sistema sanitario estadounidense navega por aguas turbulentas, el llamado de Witty a la acción no puede ser ignorado. La combinación de un liderazgo consciente y una ciudadanía crítica puede ser el catalizador necesario para forjar un futuro más prometedor en la atención médica. De esta manera, la muerte de Brian Thompson podría convertirse en un punto de inflexión en la historia de la salud en Estados Unidos, estimulando no solo un debate, sino una acción real hacia un sistema que funcione mejor para todos.